ABORDAJE DEL TERATOMA QUÍSTICO
EN EL EMBARAZO
APPROACH TO CYSTIC TERATOMA
IN PREGNANCY
Pedro Rafael Sanmartín Ceballos
Universidad de Cartagena, Colombia
Erlinda del Carmen Padilla Martínez
Universidad del Sinú, Colombia
Néstor Andrés Cortés Benavides
Universidad de Santander, Colombia
John Hamer Peñaranda Castilla
Universidad de Sucre, Colombia
Andrea Cristina Hernández Pérez
Universidad de Sucre, Colombia
Melisa Eugenia Ordosgoitia Betín
Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum, Colombia
Karina Mercedes Soto Lara
Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum, Colombia
Norela Serrano Mercado
Médico Universidad del Sinú - Colombia
pág. 258
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.10431
Abordaje del Teratoma Quístico en el Embarazo
Pedro Rafael Sanmartín Ceballos1
pedrosanmartin028.prsc19@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-1732-1925
Médico General
Universidad de Cartagena
Colombia
Erlinda del Carmen Padilla Martínez
erypa3@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-4589-1383
Médico General
Universidad del Sinú
Colombia
Néstor Andrés Cortés Benavides
nestor.cortes.benavides@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9499-5939
Médico General
Universidad de Santander
Colombia
John Hamer Peñaranda Castilla
John.penarandac@gmail.com
Médico general
Universidad de Sucre
Colombia
Andrea Cristina Hernández Pérez
hernandezperezan[email protected]m
https://orcid.org/0009-0006-6358-3671
Médico general
Universidad de Sucre
Colombia
Melisa Eugenia Ordosgoitia Betín
Melibetin9712@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-3433-7512
Médico general
Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum
sede Montería, Colombia
Karina Mercedes Soto Lara
Karinasotolara@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-4373-6956
Médico general
Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum
sede Montería, Colombia
Norela Serrano Mercado
sinu3013422014nore_2028@hotmail.com
Médico Universidad del Sinú
Colombia
1
Autor principal
Correspondencia: [email protected]
pág. 259
RESUMEN
Los teratomas quísticos son las neoplasias o tumores de células germinales más comunes. Su
clasificación se basa en las características anatomopatológicas por lo que se clasifica en teratoma
inmaduro y teratoma maduro. En nuestra revisión bibliográfica nos basamos en el teratoma quístico
inmaduro caracterizado por estar compuesto por tejidos maduros derivados de una o más capas
germinales. La incidencia de masas anexiales es aproximadamente 1 de cada 600 embarazos, siendo
malignas hasta en un 5% de estas. Aunque en su mayoría son asintomáticos, pueden presentar diversos
sintomas como dolor abdominal, hemorragia uterina anormal o concomitante o aumento del volumen
abdominal. Su tratamiento se basa principalmente en la parte quirúrgica. Por ello, decidimos realizar
una búsqueda bibliográfica de artículos en inglés y español con el uso de diferentes descriptores dando
como resultados diferentes reportes de casos que evidencian el abordaje del teratoma quístico durante
el embarazo.
Palabras Clave: teratoma quístico, manejo, paciente obstétrica, embarazo, tumor
Artículo recibido 20 febrero 2024
Aceptado para publicación: 25 marzo 2024
pág. 260
Approach to Cystic Teratoma In Pregnancy
ABSTRACT
Cystic teratomas are the most common neoplasms or germ cell tumors. Its classification is based on the
anatomopathological characteristics, which is why it is classified into immature teratoma and mature
teratoma. In our bibliographic review we based ourselves on the immature cystic teratoma characterized
by being composed of mature tissues derived from one or more germ layers. The incidence of adnexal
masses is approximately 1 in every 600 pregnancies, with up to 5% of these being malignant. Although
the majority are asymptomatic, they may present various symptoms such as abdominal pain, abnormal
or concomitant uterine bleeding, or increased abdominal volume. Its treatment is based mainly on the
surgical part. Therefore, we decided to carry out a bibliographic search of articles in English and Spanish
with the use of different descriptors, resulting in different case reports that demonstrate the approach to
cystic teratoma during pregnancy.
Keywords: cystic teratoma, management, obstetric patient, pregnancy, tumor
pág. 261
INTRODUCCIÓN
Los tumores de lulas germinales corresponden al 10-20% de todas las neoplasias de ovario (1).Los
teratomas quísticos son las neoplasias o tumores de las células germinales más comunes y representan
el 95% de los tumores benignos y solo el 1% corresponde a patología maligna de ovario. La palabra
"teratoma" se deriva de la palabra griega "teraton" que significa monstruo también pueden ser
denominados en algunas literaturas como quiste dermoide acuñado por Leblanc en 1831 (2)(3). Tal
neoplasia se caracteriza por una cápsula bien formada, gruesa, revestida por epitelio plano estratificado,
con gran variedad de apéndices cutáneos que incluyen glándulas sudoríparas, apocrinas y sebáceas
Figura 1 (4)(5).
Figura 1. Tumor ovárico que corresponde a paciente femenino de 29 años de aproximadamente 11 cm
de eje mayor que al corte de aspecto quístico.
Tomado de: Alá Paredes et al.Características anatomopatológicas del teratoma ovárico procedente de ooforectomías, en el
Instituto de Gastroenterológico Boliviano-Japones. Gaceta Médica Boliviana 36.2,2013,: 86-89.
Para clasificar los teratomas se debe tener en cuenta las características anatomopatológicas , acorde a
esta regla se dividen en: teratoma inmaduro y teratoma maduro Figura 2(6). En el primer caso, es un
tumor de aspecto carnoso cuya coloración es rosada o grisácea con zonas de hemorragia y necrosis,
representa el 3% de todos los teratomas ováricos y son comunes en mujeres jóvenes entre 17 y 21 años
(7).Microscópicamente es indispensable la presencia de tejido inmaduro para su diagnóstico
(neuroepitelio).En el segundo caso, cuando se habla de teratoma maduro hay que tener en cuenta que
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este se subdivide en dos: Teratoma sólido maduro, el cual es una variante poco frecuente y tiene una
edad de presentación similar a la de un teratoma inmaduro. Constituyen aproximadamente el 20% de
los teratomas maduros. Por definición sólo los tumores compuestos enteramente de tejidos maduros
pueden ser diagnosticados como teratoma sólido maduro sin evidencia de tejido inmaduro
(neuroectodermo). Macroscópicamente son similares a los teratomas inmaduros ya que poseen áreas
hemorrágicas de aspecto necrótico. Por su parte, el teratoma quístico o quiste dermoide que es el foco
de la presente revisión, como se dijo anteriormente, es la variante más frecuente, compuesto por tejidos
maduros derivados de una o más capas germinales, en algunos casos se puede apreciar una
predominancia ectodérmica y en muy raros casos puede estar presentarse resto de , timo,
páncreas,retina,glándulas adrenales y otros tejidos (8).
Figura 2. Clasificación de los teratomas
Elaboración propia
El teratoma quístico maduro casi siempre es benigno y su crecimiento es lento, con una tasa de
crecimiento estimada de 1.8 mm / año, aunque se ha demostrado que algunos presentan un crecimiento
más rápido y tener un alto grado de malignidad (9).En cuanto al cuadro clínico, la mayoría son
asintomáticos y los sintomáticos clínicamente se presentan con: dolor abdominal en el 48% de los
pacientes, hemorragia uterina anormal o concomitante en el 15%, o aumento del volumen abdominal
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en el 15%. La rotura del quiste dermoide es rara, se presenta en un 1 a 1,2% y constituye una urgencia
quirúrgica en el 2,5% de los casos (10).
Se estima que una mujer tiene un 5-10% de riesgo a lo largo de su vida de someterse a una cirugía por
sospecha de masa ovárica o un quiste (11). La incidencia de masas anexiales es aproximadamente 1 de
cada 600 embarazos, siendo malignas hasta en un 5% de estas (12). Durante el embarazo, el teratoma
quístico es común (25%) (Imagen 1), y su descubrimiento en la mayoría de casos es incidental por
ultrasonido prenatal, con una incidencia descrita que varía entre una de cada 76 a una de cada 2.328
embarazadas (13) (14) La opción de tratamiento para el teratoma maduro de ovario durante el embarazo
es el manejo expectante, ya que según las pautas del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia
afirmaron que las masas anexiales diagnosticadas durante el embarazo parecen tener un riesgo muy
bajo, tanto de malignidad como de complicaciones agudas, por ende el manejo debe realizarse
individualmente, y teniendo en cuenta los riesgos de torsión, ruptura u obstrucción del parto frente a la
posibilidad de un riesgo quirúrgico innecesario para la madre y el producto de la gestación (15).
Imagen 1. Paciente gestante asintomática de 16 semanas de gestación con diagnóstico definitivo de un
teratoma quístico maduro.
En la imagen A, se observan las ecografías abdominales en las que se visualiza la formación quística a estudio, con el polo
sólido en la zona de declive del mismo. En la imagen B, se observa la masa tumoral gigante anexial, su aspecto macroscópico
externo y el contenido del mismo tras la apertura intencionada post extirpación.
Tomado de: Novo, S. Rojo, et al. (2020): 153-160.
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El diagnóstico de estas lesiones anexiales puede pasar desapercibido debido a que las molestias muchas
veces son confundidas con las propias de la gestación, ademas, la torsión o la rotura del tumor son las
causas más frecuentes de hospitalización por ello, es importante reocnocer que el momento ideal para
la intervención quirúrgica es en el segundo trimestre ya que en este período la extirpación de cualquier
lesión ovárica que involucre al cuerpo lúteo no causará aborto (16). Entre las características a valorar
está el tamaño de la tumoración. Cuando dichas masas son mayores de 10 cm, a pesar de tener
características ecográficas benignas, pueden estar enmascarando una neoplasia en uno de cada 10 casos;
lo que haría considerar el tratamiento quirúrgico durante la gestación; y en estas ocasiones se opta con
frecuencia por realizar un abordaje por laparotomía para evitar, en la medida de lo posible, la rotura de
dichas tumoraciones gigantes (17).
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó una búsqueda bibliográfica detallada de información publicada más relevante en las bases de
datos pubmed, scielo , medline, bibliotecas nacionales e internacionales especializadas en los temas
tratados en el presente artículo de revisión. Se utilizaron los siguientes descriptores: Teratoma quístico,
manejo, paciente obstétrica, embarazo, tumor, quiste dermoide. La búsqueda de artículos se realizó en
español e inglés, se limitó por año de publicación y se utilizaron estudios publicados desde 2003 a la
actualidad.
RESULTADOS
Aunque durante el embarazo es poco frecuente la aparición de alguna alteración abdominal, es
importante su conocimiento y las causas de esto en la que se incluyen las masas anexiales. El teratoma
quístico maduro representa hasta un 50% de las masas anexiales durante el embarazo siendo su
localización más frecuente en el ovario (18). De igual forma, es poco frecuente la torsión del ovario
debido a masas ováricas, solo se estima que complica uno y 10 de cada 10.000 partos (19), y los casos
presentes de torsión ovárica relacionados con teratomas quísticos maduros son escasos. Por ello, es
importante conocer la posibilidad de la presentación de estos casos.
Friedlin y Col en el año 2019 presentan el caso de una paciente de 29 años con un embarazo de 15.2
semanas y dolor pélvico agudo. No tiene antecedentes médicos relevantes, pero presenta resistencia
muscular y dolor en la fosa iliaca derecha durante la exploración física. Se detecta una masa anexial
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durante el examen ginecológico, confirmada por ultrasonido y resonancia magnética. Ante la
posibilidad de afectación vascular, se realiza una laparotomía exploradora, encontrando un útero
aumentado de tamaño y una tumoración en el anexo derecho, con afectación vascular. Se realiza la
resección, con salpingo-ooforectomía derecha sin complicaciones. El análisis patológico muestra un
tumor quístico multilobulado con áreas de hemorragia y congestión vascular. La paciente se recupera
satisfactoriamente y es dada de alta 48 horas después del procedimiento (20).
Igualmente, en el año 2021 Osto y colaboradores exponen el caso de una mujer de 22 años G2P1 con
19.5 semanas de embarazo, acudió a urgencias con dolor abdominal inferior derecho intenso y vómitos.
Aunque había tenido una masa anexial derecha en el primer trimestre, actualmente asintomática, la
ecografía reveló una masa quística de 9,1 cm en la pelvis derecha. A pesar de la ausencia de signos de
torsión en el estudio Doppler, se consideraron posibles diagnósticos como apendicitis, torsión ovárica,
fibroma degenerado y diverticulitis. La resonancia magnética mostró una masa ovárica compleja de 7,7
cm. En un examen laparoscópico, se encontró que el ovario derecho estaba torcido tres veces, lo que
llevó a una ooforectomía. Se confirmó un teratoma maduro benigno. La paciente se recuperó bien post
operatoriamente, continuó su embarazo sin complicaciones y dio a luz exitosamente (21).
Además, el teratoma quístico maduro suele presentarse de manera unilateral (22) pero el conocimiento
de la aparición en ambos ovarios también es de vital importancia. En el año 2008, Lopez y
colaboradores reportan el caso de una mujer de 21 años, con 14.1 semanas de embarazo, acudió al
hospital por dolor abdominal en la fosa ilíaca derecha de 24 horas de evolución. Durante la exploración,
se identificó un tumor doloroso en la misma área. Los exámenes indicaron un útero grávido y un tumor
quístico en el ovario derecho de 15 x 14 cm. Se preparó para una laparotomía exploradora y se
administraron medicamentos previos. Durante la intervención, se encontró un útero de 13 cm y se
extrajo un tumor quístico torsionado de 20 cm del ovario derecho, además de otro tumor en el ovario
izquierdo. El posquirúrgico fue sin complicaciones, y los controles ultrasónicos posteriores mostraron
un feto único de buen desarrollo. El estudio histopatológico confirmó teratoma bilateral maduro (23).
Asimismo, en el año 2018 Cáceres y colaboradores dan a conocer el caso de una paciente de 28 años
que ingresó a consulta por presentar amenorrea de aproximadamente nueve semanas y aumento de
volumen abdominal. Se diagnosticó un embarazo gemelar de nueve semanas con buen desarrollo.
pág. 266
Durante la gestación, se detectó un quiste gigante de ovario derecho de 28x16 cm. La paciente fue
ingresada a las 20 semanas, y a las 38 semanas se decidió intervenir quirúrgicamente debido al tamaño
constante del quiste. Se realizó una cesárea para extraer dos fetos gemelares con buen peso y puntaje
Apgar. Además, se realizó histerorrafia para proceder a la revisión de la cavidad abdominal y lograr
extraer el quiste del ovario cuando se encontró se realizó una anexectomía derecha, pero al revisar el
anejo izquierdo se encontró otro quiste gigante de ovario por lo que se llevó a cabo la extirpación de
dos teratomas de ovario, uno de 28x16 cm y otro de 26x15 cm, durante la misma intervención. La
paciente se recuperó favorablemente. El informe anatomopatológico confirmó que los quistes eran
teratomas de ovario con dimensiones significativas (24).
De la misma manera, como ya se ha mencionado anteriormente la laparotomía es el estándar de oro en
el manejo de esta patología. La cistectomía presenta la mejor opción para preservar al máximo el
parénquima ovárico (25). Joudar y colaboradores presentan en el año 2023 el caso de una mujer de 30
años que presentó dolor abdominal bajo y una masa pélvico-abdominal descubierta dos meses atrás. En
el cuarto mes de embarazo, la ecografía reveló una masa hiperecoica de 15 × 15 cm, confirmada por
resonancia magnética como un teratoma ovárico maduro con componentes de tejido, adiposo y calcio.
Se sometió a una laparotomía donde se encontró un ovario derecho agrandado, no adherente y sin
implantes peritoneales. Se realizó cistectomía derecha, y el análisis patológico confirmó un teratoma
ovárico maduro y multi tisular sin componente inmaduro (26).
DISCUSIÓN
El abordaje del teratoma quístico durante el embarazo representa un desafío clínico que requiere una
cuidadosa consideración de diversos factores para garantizar la salud tanto de la madre como del feto.
La gestión de este tipo de teratomas debe basarse en una evaluación exhaustiva de la naturaleza y
tamaño del tumor, así como en la ubicación y la presencia de complicaciones potenciales. La toma de
decisiones compartida entre el equipo médico y la paciente es esencial para determinar la estrategia más
adecuada, ya sea mediante la monitorización cuidadosa durante el embarazo, la intervención quirúrgica
prenatal o la planificación de la cirugía postnatal. La revisión de la literatura existente y el intercambio
de experiencias clínicas son fundamentales para mejorar los protocolos de tratamiento y optimizar los
resultados en casos de teratomas quísticos en el contexto del embarazo.
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En este tipo de casos, lo más importante es la preservación de la fertilidad de la madre, tal como
presentan Mateo y colaboradores en su reporte de caso, en el que se estudia una paciente de 22 años
que se presentó en la Clínica de Fertilidad del Hospital Santa Rosa de Lima en febrero de 2019,
buscando alternativas terapéuticas debido a un diagnóstico presuntivo de teratoma ovárico bilateral. Se
le había sugerido previamente someterse a una ooforectomía bilateral, a lo cual la paciente se negó.
Entre sus antecedentes heredofamiliares relevantes, mencionó abuelas paterna y materna con cáncer de
mama, madre con hipotiroidismo, dos hermanas con síndrome de ovario poliquístico y una prima (por
vía materna) diagnosticada con teratoma ovárico derecho a los 24 años. En febrero de 2019, la paciente
experimentó dolor ocasional en la fosa ilíaca izquierda, lo que llevó al diagnóstico de teratoma ovárico
bilateral. Después de buscar una segunda opinión en marzo de 2019, se decidió intervenirla
quirúrgicamente en mayo de 2019. Durante la laparotomía, se logró la enucleación exitosa de ambas
tumoraciones, preservando el tejido ovárico. El estudio histopatológico confirmó el diagnóstico de
teratoma quístico maduro bilateral de células germinales benigno. La paciente fue dada de alta 24 horas
después de la cirugía, mostrando una evolución favorable en las citas de control posteriores, donde se
realizaron estudios de perfil hormonal y marcadores tumorales. Con resultados estables en las sucesivas
citas de control, se le recomendó realizar seguimiento anual mediante exploración física y ultrasonido
pélvico debido al riesgo significativo de recurrencia. (27)
A su vez, Benitez y colaboradores presentan el caso de una mujer nuligesta de 39 años acudió a la
emergencia del centro médico por presentar un dolor punzante y de fuerte intensidad en la fosa ilíaca
derecha, irradiado al hipogastrio, acompañado de náuseas y vómitos con una evolución de 12 horas. Al
momento del ingreso, la paciente reportaba 22 días de amenorrea.
En el examen inicial, la paciente estaba hemodinámicamente estable, con una frecuencia cardíaca de 95
latidos por minuto, frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y tensión arterial de 110/80
mm Hg. El abdomen presentaba dolor en la fosa ilíaca derecha con signos de irritación peritoneal, y la
evaluación ginecológica reveló una vagina normotérmica, normoexpansible, con un cuello largo y
posterior, un orificio cervical externo cerrado y un anexo derecho palpable y doloroso. El fondo de saco
posterior aparecía libre. Los estudios paraclínicos mostraron una hemoglobina de 9.5 g/dL, una prueba
de embarazo positiva y un ultrasonido vaginal que evidenció escaso líquido en el fondo de saco
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posterior. Además, se observó una imagen hipoecoica con centro ecogénico parauterino derecho de 2
cm de diámetro y una lesión anecoica en el anexo derecho de 5 cm de diámetro.
Con el diagnóstico de embarazo ectópico, la paciente fue llevada a la mesa operatoria y abordada por
vía laparoscópica. Durante la intervención se encontraron 100 cm3 de líquido seroso y hemático en la
cavidad abdominal, un saco gestacional ampular de 8 cm de diámetro y un tumor quístico torcido de 10
cm de diámetro que ocupaba toda la superficie del ovario derecho. Se realizó una salpingooforectomía
derecha y una revisión exhaustiva de la cavidad abdominal sin evidenciar lesiones macroscópicas
notables.
La paciente evolucionó satisfactoriamente y fue dada de alta en condiciones clínicas estables al segundo
día de posoperatorio. El informe definitivo de la biopsia confirmó un embarazo ectópico en la trompa
derecha y un tumor seroso papilar de bajo potencial de malignidad en el ovario derecho. A pesar de la
recomendación de realizar toma de muestras histológicas complementarias, la paciente se negó a una
reintervención. Se planteó el diagnóstico de tumor seroso papilar de bajo potencial de malignidad en
estadio IA, y se decidió un seguimiento estricto trimestral con evaluaciones clínicas, marcadores
tumorales y controles imagenológicos periódicos. Al sexto mes de seguimiento, la paciente se encuentra
en excelentes condiciones clínicas y sin evidencias de recaída de su enfermedad. (28)
El tratamiento de esta enfermedad implica la colaboración de expertos de diversas disciplinas, quienes
deben evaluar el caso particular a abordar. En el caso de mujeres jóvenes, es esencial preparar medios
crioprotectores para preservar la fertilidad (29) y es fundamental destacar que la identificación temprana
a través de datos clínicos, examen físico, pruebas de diagnóstico y/o marcadores tumorales
(especialmente en el caso de teratomas malignos), junto con la extirpación completa del tumor en una
fase inicial, son aspectos cruciales para la supervivencia de las pacientes. En el caso de teratomas
maduros o benignos, especialmente en mujeres jóvenes en edad reproductiva, especialmente en
situaciones bilaterales (que representan el 15-20% de los casos), la cistectomía se presenta como la
opción quirúrgica más apropiada, con una tasa de recurrencia muy baja, y se recomienda reservar la
ooforectomía para aquellas pacientes en la peri y/o postmenopausia. (30)
pág. 269
CONCLUSIÓN
Durante el embarazo, es poco común la presencia de una patología abdominal. Sin embargo, es de gran
importancia para el equipo médico conocer sus diferentes causas, su diagnóstico y tratamiento. Los
teratomas quísticos maduros en el embarazo son muy comunes, normalmente son asintomáticos pero
pueden presentar sintomas que llevan a complicaciones como la torsión que requieren la hospitalización
de la madre. Por ello, el diagnóstico a través de la clínica de la paciente, con un buen diagnóstico
diferencial, las pruebas de imagen realizadas son fundamentales para la determinación del tratamiento
adecuado para la paciente. En nuestra revisión bibliográfica, dimos a conocer como el abordaje
quirúrgico es el gold standard para esta patología muy común durante el embarazo con la finalidad de
mantener siempre la fertilidad de la madre. Por ende, es de gran relevancia en el ámbito médico el
conocimiento de dichas patologías que pueden llevar a diversas complicaciones con el fin de brindar un
tratamiento oportuno frente a estas situaciones.
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