HABILIDADES EMOCIONALES Y CONVIVENCIA
ESCOLAR: UN ANÁLISIS EN ESTUDIANTES DE
TERCERO A QUINTO DE PRIMARIA
EMOTIONAL SKILLS AND SCHOOL COEXISTENCE:
AN ANALYSIS IN STUDENTS FROM THIRD TO FIFTH GRADE
Monica Correal Gutiérrez
Universidad Metropolitana de Educación Ciencia y Tecnología, Panamá
Ricardo Vega Granda
Universidad Metropolitana de Educación Ciencia y Tecnología, Panamá
pág. 1444
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.10580
Habilidades Emocionales y Convivencia Escolar: Un Análisis en
Estudiantes de Tercero a Quinto de Primaria
Monica Correal Gutiérrez1
monicacorreal@umecit.edu.pa
https://orcid.org/0009-0008-1427-0294
Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación
Universidad Metropolitana de Educación
Ciencia y Tecnología, UMECIT
Panamá
Ricardo Vega Granda
ricardogranda.do[email protected]
https://orcid.org/0000-0001-8191-4741
Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación
Universidad Metropolitana de Educación
Ciencia y Tecnología, UMECIT
Panamá
RESUMEN
La presente investigación se centra en la relación entre habilidades emocionales y convivencia escolar
en estudiantes de tercer a quinto año de primaria en la unidad de planeación zonal de Britalia, Kennedy.
Se emplearon el Tests THInEmE de Merchán Romero (2017) y la escala de Convivencia de Sánchez
(2020) para analizar una muestra de 442 estudiantes de dos escuelas públicas en Bogotá. La metodología
fue confirmatoria y no experimental, con diseño de campo y control de variables. Se encontró una
estrecha asociación entre habilidades emocionales y convivencia escolar, lo que destaca la influencia
de la percepción, facilitación, comprensión y regulación emocional en las siete sinergias de la
convivencia escolar. Se concluye que intervenir de forma temprana para cultivar estas habilidades y
mejorar la convivencia es crucial, se resalta el papel de los docentes y directivas en la viabilización de
estos procesos. Los análisis revelaron un panorama desafiante en la convivencia escolar en los colegios
MCV (SEDE A y B) y CLASS, donde solo el 7,50% de los estudiantes mantuvieron niveles armoniosos.
Estos hallazgos sugieren la necesidad de abordar las habilidades emocionales de forma sistematica en
las escuelas, desde los planes de estdudio e implementar estrategias específicas para apoyar a los
estudiantes más pequeños, lo que iria en pro de mejorar la convivencia en estos entornos educativos.
Palabras clave: habilidades emocionales, convivencia escolar, desarrollo integral, inteligencia
emocional e infancia
1
Autor principal
Correspondencia: [email protected]
pág. 1445
Emotional Skills and School Coexistence: An Analysis in Students from
Third to Fifth Grade
ABSTRACT
The present research focuses on the relationship between emotional skills and school coexistence in
students from the third to fifth year of primary school in the zonal planning unit of Britalia, Kennedy.
Merchán Romero's (2017) THInEmE Tests and Sánchez's (2020) Coexistence Scale were used to
analyze a sample of 442 students from two public schools in Bogotá. The methodology was
confirmatory and not experimental, with field design and control of variables. A close association was
found between emotional skills and school coexistence, which highlights the influence of perception,
facilitation, comprehension and emotional regulation on the seven synergies of school coexistence. It is
concluded that intervening early to cultivate these skills and improve coexistence is crucial, highlighting
the role of teachers and managers in the viability of these processes. The analyses revealed a challenging
panorama in school coexistence in the MCV (SEDE A and B) and CLASS schools, where only 7.50%
of the students maintained harmonious levels. These findings suggest the need to address emotional
skills systematically in schools, from study plans and implement specific strategies to support younger
students, which would improve coexistence in these educational environments.
Keywords: emotional skills, school coexistence, comprehensive development, emotional intelligence
and childhood
Artículo recibido 20 febrero 2024
Aceptado para publicación: 25 marzo 2024
pág. 1446
INTRODUCCIÓN
En la búsqueda de mayores comprensiones con respecto a la presencia y desarrollo de las habilidades
emocionales en el contexto del aula escolar y mo estas influyen en la convivencia de la básica
primaria, la presente investigación se sumerge en la evolución histórica de las habilidades emocionales
en el contexto escolar y su influencia en la convivencia en la educación primaria. Donde los primeros
análisis de Charles Darwin en el siglo XIX, las teorías de Jean Piaget en los años 80 y la noción de
inteligencias múltiples de Howard Gardner en los 90, comenzaron a reconocer cada vez más la
importancia de entender las emociones para el desarrollo integral del individuo. Mayer y Salovey a
principios de los 90, marcaron un hito al identificar las habilidades clave de la inteligencia emocional:
percepción, facilitación, comprensión y regulación emocional. Estos hallazgos desafiaron la primacía
tradicional de las habilidades académicas y lingüísticas en el ámbito educativo.
De manera posterior con estudios como los fomentados por Daniel Goleman en obras como "La
Inteligencia Emocional. Por qué más importante que el cociente intelectual"(2010), generaron debates
sobre el papel crucial de las habilidades emocionales en el éxito individual y académico. Este autor y
su grupo de investigación desarrollaron fuertes críticas a la educación por su enfoque desproporcionado
en las habilidades académicas en detrimento de las emocionales, en donde argumentan que esto no
prepara de forma adecuada a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo real. Su perspectiva
desafía a la educación a priorizar las habilidades emocionales como parte esencial del desarrollo de los
estudiantes y su adaptación a la sociedad.
Para tiempos contemporáneos como el actual, la integración de las habilidades emocionales en el
contexto educativo ha sido objeto de atención por parte de destacados autores como Bisquerra y
Maturana. Bisquerra (2016), enfatiza la importancia de la educación emocional como un proceso
continuo que potencia el bienestar personal y social al desarrollar competencias emocionales desde
temprana edad. Por otro lado, Maturana (2020) critica el enfoque tradicional de la educación, centrado
exclusivamente en lo cognitivo, y destaca la relevancia de las emociones en la transformación de la
convivencia escolar.
Estos estudios, junto con los de Ortiz Ocaña, (2015), Maturana y Vignolo, (2017), Merchan (2020), y
otros, resaltan la necesidad de integrar de forma sistemática las habilidades emocionales en la educación
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para mejorar la convivencia escolar y promover el desarrollo integral de los estudiantes. Sin embargo,
el mayor desafío radica en la percepción de estas habilidades como secundarias frente a lo académico,
lo que se refleja en la falta de atención y preparación de los profesores para abordarlas. La Organización
de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO 2020), sostiene que estas habilidades son
fundamentales para el bienestar emocional de los estudiantes, pero muchas veces se descuidan en favor
de aspectos cognitivos e intelectuales.
A su vez, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destaca que, a pesar
del creciente reconocimiento de la importancia de las habilidades emocionales, estas raras veces se
consideran en las decisiones de admisión escolar y reciben menos atención una vez que los estudiantes
se adaptan a la escuela. En este sentido, autores como Cejudo (2015), enfatizan la necesidad de un
enfoque equilibrado que priorice tanto el desarrollo emocional como el cognitivo desde las etapas
iniciales del proceso educativo. Los antecedentes educativos subrayan la tradicional importancia que se
da al desarrollo intelectual sobre el emocional, lo que relega este último a un segundo plano. Es crucial
reconocer que la educación implica de forma inevitable elementos emocionales y demanda una atención
sistemática a estas habilidades desde el inicio del proceso educativo, como señala Vivas García (2013),
lo que evita que estas queden relegadas a acciones aisladas.
El objetivo de esta investigación no es privilegiar una habilidad sobre otra, sino integrar de manera
equilibrada lo emocional y lo cognitivo para el desarrollo pleno de los estudiantes como es enfatizado
por el grupo de trabajo de Bisquerra (2016). En este contexto se reconoce que estas habilidades
contribuyen a una convivencia escolar positiva y, a largo plazo, impactan de manera favorable en su
entorno social. La convivencia armónica en el entorno escolar se presenta como un desafío relevante
que va más allá del ámbito académico (Camacho Bonilla et al., 2017), lo que subraya la necesidad de
desarrollar habilidades emocionales para una interacción efectiva. Esto implica la incorporación
sistemática de estas habilidades en los planes de estudio desde los currículos, lo que asegura así un
desarrollo integral de los estudiantes y su preparación para enfrentar los desafíos contemporáneos.
Por lo tanto, los hallazgos de esta investigación profundizan en la relación entre las habilidades
emocionales y la convivencia escolar, lo cual enriquece la comprensión de aspectos fundamentales en
el desarrollo de los estudiantes de 8 a 12 años, población de la que se tiene pocos estudios en este
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ámbito. Se destaca la importancia de abordar las habilidades emocionales de manera individual y en su
interacción, lo que proporciona una visión más completa de su influencia en la convivencia y la
experiencia educativa. Además, se reconoce el impacto positivo de estas habilidades en la relación
profesor-estudiante, lo que facilita la creación de ambientes convivenciales favorables y promueve el
éxito social, académico y personal de los niños en esta etapa crucial de desarrollo como es propuesto
por Herrera Torres y Buitrago Bonilla (2019).
De igual manera, esta investigación también contribuye a profundizar en aspectos teóricos como el
direccionamiento emocional y los diferentes estados emocionales en el entorno escolar. Esto permite al
docente comprender mejor la presencia de estas habilidades y su influencia en la convivencia
estudiantil, según lo propuesto por Guerra, Blanco, y Méndez (2019). Además, destaca la importancia
de trabajar estas habilidades desde edades tempranas para promover una convivencia escolar positiva y
un desarrollo integral de los estudiantes en su interacción social en la escuela. En este sentido, se
sostiene que la escuela proporciona un ambiente propicio para enseñar y aprender estas habilidades a
lo largo de la vida escolar.
En este contexto, es fundamental comprender qué teorías sustentan el trabajo realizado en esta
investigación sobre las habilidades emocionales y su relación con la convivencia escolar. Por lo que a
continuación, se aborda los principales postulados, se clarifica la terminología relevante que guía este
estudio, que destaca las contribuciones de diversos autores y corrientes de pensamiento en este campo.
Para esto se inicia la conceptualización de las habilidades emocionales, las cuales se fundamentan en el
modelo teórico propuesto por Mayer y Salovey, el cual se ha construido a partir de una amplia gama de
investigaciones realizadas desde 1997 hasta la fecha.
Este modelo identifica un conjunto de habilidades necesarias para lograr un manejo efectivo de las
emociones, como señalan Ruiz, Ferrando, Sainz y Prieto (2019). A través de esta propuesta, se pueden
distinguir cuatro categorías de habilidades: percepción emocional, facilitación emocional, comprensión
emocional y regulación emocionales, que se organizan en dos áreas, la experiencial y estratégica como
se muestra en la figura 1.
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Figura 1. Habilidades Emocionales y sus Áreas
La percepción emocional se refiere a la habilidad de identificar, relacionar y expresar las emociones
tanto propias como ajenas, así como discernir entre diferentes estados emocionales. En otras palabras,
implica la capacidad de identificar con precisión las emociones y su contenido en situaciones
emocionales específicas, tanto las propias como las de los demás. Esta capacidad también permite
expresar los propios sentimientos y necesidades en la vida cotidiana, lo que permite distinguir de manera
clara cada una de las manifestaciones emocionales (Caruso, Salovey, Brackett, y Mayer, 2015).
La facilitación emocional se refiere a la capacidad de generar destrezas para utilizar de manera creativa
la información emocional presente en el entorno, con el fin de dirigir la atención hacia lo relevante y
priorizar el procesamiento de información para la toma de decisiones. Esta habilidad permite al
individuo manipular sus emociones y adquirir habilidades para dirigirlas según las demandas del
contexto. Estas dos habilidades forman parte del área experiencial, que implica la capacidad de
identificar y asimilar emociones en el pensamiento, relacionándolas con los sentimientos (Berrocal, et
al., 2018).
Según Caruso, Salovey, Brackett y Mayer (2015), la habilidad de comprensión emocional implica la
capacidad de expresar emociones con palabras y percibir las conexiones entre diferentes estados
emocionales. Las sub-habilidades de esta capacidad incluyen entender las relaciones entre distintas
emociones, identificar las causas y efectos emocionales, interpretar sentimientos complejos y reconocer
las transiciones entre emociones. Estas habilidades permiten a los estudiantes reconocer, describir y
comprender su estado emocional con mayor claridad, así como entender las emociones de los demás.
Área experiencial Área estratégica
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Comprensión
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Regulación emocional
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La habilidad de regulación o gestión emocional se refiere a la capacidad de adaptarse a estados
emocionales tanto positivos como negativos, regulándolos en uno mismo y en los demás de manera
adecuada, sin suprimirlos ni exagerarlos (Mayer, Salovey, y Caruso, 2016). Además, esta habilidad
contribuye a la integración del conocimiento emocional e intelectual, lo cual es fundamental para el
desarrollo integral del individuo. Estas dos últimas habilidades forman parte del área estratégica, que
consiste en la capacidad de evaluar y dirigir acciones en función de la información proporcionada por
los sentimientos y las emociones, lo que busca respuestas adaptadas al contexto.
Con respecto a la convivencia escolar, es esencial comprender las sinergias que se desarrollan entre
diferentes elementos, los cuales contribuyen al bienestar emocional, social y académico de los
estudiantes. Estas sinergias abarcan aspectos como la comunicación, el apoyo mutuo, el respeto, la
organización, la cordialidad, el sentido de pertenencia y la participación, las cuales son fundamentales
para promover un ambiente escolar positivo y propicio para el aprendizaje y la interacción. Para
entender el escenario en que se contempla cada una de las sinergias a continuación se dará amplitud de
estas desde los postulados desarrollados por Sánchez Henao (2020) y Ayala (2023).
Para estas autoras la comunicación efectiva facilita la interacción entre docentes y alumnos, suscita la
confianza y la resolución de conflictos. El apoyo mutuo fortalece la familiaridad entre los estudiantes y
les brinda un espacio seguro para desarrollar habilidades sociales y emocionales. El respeto hacia los
demás fomenta una convivencia armoniosa, lo que promueve la comprensión y la tolerancia desde una
edad temprana. A su vez, la organización desde el ámbito escolar se refiere a la implementación de
normas, procesos administrativos y sistemas de gestión para asegurar el funcionamiento adecuado de
la escuela. Esto implica crear un entorno estructurado con metas claras para satisfacer las necesidades
de la comunidad escolar, lo que incluye la coordinación de elementos como la estructura institucional,
los ambientes organizados, los procesos de enseñanza-aprendizaje y los actores educativos.
En cuanto a la cordialidad en las relaciones interpersonales dentro de la escuela esta promueve un
ambiente amable y afectuoso que facilita la comunicación, la organización y la participación de la
comunidad educativa, en donde los profesores son fundamentales en la promoción de estos climas
cordiales. Para el sentido de pertenencia, esta se identifica como una sinergia crucial para el desarrollo
de los estudiantes, ya que les proporciona alegría, orgullo y compromiso al sentirse parte de la
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institución educativa, lo que fomenta su participación, colaboración y convivencia armónica. Por
último, la participación de los estudiantes en el contexto educativo contribuye a la construcción de la
convivencia, el desarrollo social y la adquisición de valores democráticos, así como al fortalecimiento
de su identidad y habilidades sociales, lo que promueve un entorno escolar saludable y democrático. En
conjunto, estas sinergias contribuyen a crear un ambiente escolar positivo y favorecen el desarrollo
integral de los estudiantes.
Con base en todo lo anterior, la presente investigación se propone examinar la relación entre las
habilidades emocionales y la convivencia escolar en estudiantes de tercero, cuarto y quinto grado de
dos colegios públicos, el Manuel Cepeda Vargas (Sede A y B) y el colegio Class, de la Unidad de
Planeación Zonal de Britalia. En donde se tiene como hipótesis la posibilidad que existe una asociación
significativa entre estas variables, en donde con las hipótesis específicas, se busca analizar las
variaciones en las habilidades emocionales y su correlación con la convivencia escolar, así como
identificar posibles factores contextuales que puedan influir. Con el objetivo general de verificar esta
relación y los objetivos específicos de diagnosticar, analizar, determinar e identificar, este estudio espera
contribuir al entendimiento de la importancia de las habilidades emocionales en el contexto escolar y
su impacto en la convivencia entre los estudiantes.
METODOLOGÍA
Para verificar la relación entre las habilidades emocionales en el contexto escolar y la convivencia
propósito del presente estudio, se consideró que la investigación confirmatoria era la más pertinente
debido a su naturaleza y enfoque. Este tipo de investigación se centra en explicar las complejas
interacciones presentes en los fenómenos estudiados, en donde se reconoce su dinamismo y se focaliza
en aspectos parciales que reflejan la globalidad del fenómeno. Como lo afirma Hurtado de Barrera
(2010), la investigación confirmatoria permite contrastar teorías existentes con la realidad estudiada, en
donde se considera el contexto histórico y las circunstancias específicas que rodean el fenómeno en
estudio, lo que contribuye a una comprensión más profunda y contextualizada, aspectos fundamentales
en la presente investigación.
A su vez, en este tipo de investigación el enfoque no manipulativo prevalece, ya que el investigador no
maneja los eventos establecidos como es propuesto por Álvarez Risco (2020), sino que identifica una
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ruta de investigación que proporciona información real y contextualizada del fenómeno estudiado, algo
que fue tenido en cuenta con rigurosidad en todo el proceso. En conjunto, estos aspectos resaltan la
relevancia de la investigación confirmatoria para abordar de manera exhaustiva las habilidades
emocionales en el contexto escolar y su influencia en la convivencia.
Se opta por un diseño de campo para obtener información de fuentes vivas en su contexto natural, con
especificidad estudiantes de tercero, cuarto y quinto de colegios públicos. Además, se elige un diseño
transaccional/contemporáneo para analizar el estado actual del fenómeno. En cuanto a los criterios
específicos, se utiliza un diseño bivariado, centrado en las habilidades emocionales de los estudiantes
como variable independiente y la convivencia escolar como variable dependiente. El tipo de diseño
seleccionado es expostfacto, no experimental, lo que permite estudiar el fenómeno tal como se presenta
en su entorno natural como es propuesto por Hernández, Fernández, y Baptista (2014). Se destaca la
importancia del empleo de un diseño expostfacto de nivel integrativo para verificar hipótesis y evaluar
propuestas después de que las variables independientes ejercieron su influencia.
Para la recolección de datos, se aplicó el muestreo aleatorio simple (M.A.S.) a la población universo,
lo que permitió obtener una muestra de 442 niños de entre 8 y 12 años, que cursan los grados de tercero,
cuarto y quinto de primaria en dos colegios públicos de la ciudad de Bogotá, de manera específica de
la UPZ Britalia. Como instrumento se utilizó el Test de Habilidad de Inteligencia Emocional en la
Escuela (THInEmE) propuesto por Merchán Romero (2017), para evaluar las habilidades emocionales
de los niños. Este test consta de 7 situaciones de la vida cotidiana que permiten graduar la habilidad
emocional manifestada por los niños. Para reconocer y analizar la convivencia por parte de los
estudiantes de los 3 espacios de interacción se manejó la encuesta tipo Likert denominada Escala de
Convivencia Escolar desarrollado por Sánchez (2020), este instrumento consta de 70 preguntas, cada
una con tres opciones de respuesta que van desde nunca se presenta, algunas veces se presenta y
frecuentemente se presenta, lo cual permite reconocer de forma clara y específica las sinergias de la
convivencia que se evalúan y se logra hacer un análisis minucioso. Se utiliza el Statistical Package for
the Social Sciences (SPSS) versión 26, para identificar las correlaciones existentes entre las habilidades
emocionales y la convivencia escolar.
pág. 1453
En cuanto a las consideraciones éticas, se siguieron estrictos protocolos para proteger la
confidencialidad de los datos de los participantes, para lo cual se sigue las recomendaciones de Kurczyn
(2019). Esto incluyó restricciones de acceso a la información, control privado de datos y la obtención
del consentimiento informado de los representantes legales de los estudiantes menores de edad,
conforme a las regulaciones del Ministerio de Educación Nacional de Colombia, en particular la Ley
1581 de 2012 y el Decreto 1377 de 2012. Con lo anterior los riesgos para los participantes se
minimizaron, y se garantizó que el estudio no representara ningún peligro para los estudiantes, padres
de familia, ni las instituciones. Estos aspectos contribuyeron al desarrollo normalizado del proceso, al
seguir principios éticos establecidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL, 2020) y otros expertos en investigación social y educativa.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El entorno escolar es crucial para el desarrollo integral de los estudiantes, donde las habilidades
emocionales impactan la calidad de la convivencia y el éxito académico. Estos resultados exploran la
correlación entre las cuatro habilidades emocionales y las siete sinergias de convivencia, en donde se
destaca la importancia de fortalecer estas habilidades, las cuales pueden crear ambientes convivenciales
más armoniosos e inclusivos, lo que propicia el aprendizaje y el crecimiento personal de los estudiantes.
Sobre las habilidades emocionales y su relación con la convivencia escolar en los estudiantes de
tercero a quinto grado, en dos instituciones educativas de la UPZ Britalia.
La percepción emocional emerge como una habilidad fundamental en el desarrollo de la inteligencia
emocional, según lo propuesto por Mayer y Salovey (2016). Esta habilidad, como ya se mencionó
implica la capacidad de identificar y reconocer señales emocionales tanto en uno mismo como en los
demás; si se puede ver en el otro y reconocer la emoción que experimenta se puede entablar una relación,
lo que es crucial en la comunicación efectiva y el establecimiento de interacciones saludables en el
entorno social y escolar. Los hallazgos obtenidos en este estudio revelan una variabilidad en los puntajes
de percepción emocional entre los diferentes grupos de edad. Los niños de 11 años exhiben niveles
superiores al promedio, lo que sugiere una mayor sensibilidad y eficacia en el procesamiento de la
información emocional. Por otro lado, los niños de 8 y 9 años muestran puntajes por debajo del
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promedio, lo que podría indicar una menor conciencia emocional en estas edades y, consecuentemente,
una precisión reducida en la identificación de señales emocionales, como se presenta en la figura 2.
Figura 2. Variabilidad en los Puntajes de Percepción Emocional.
Es importante destacar la relación entre la percepción emocional y la comunicación efectiva, como lo
respalda Goleman con los estudios desarrollados en 2015, en donde afirma que el reconocer y
comprender las emociones propias y de los demás facilitan la expresión emocional adecuada y la
interpretación empática de las emociones ajenas. Esto contribuye no solo al éxito en las relaciones
interpersonales, sino también al bienestar emocional general.
Además, estudios como el realizado por Grosse Wiesmann, et al., (2017) han destacado la conexión
entre la percepción emocional y la comunicación efectiva en niños. Se ha observado que los niños con
una mayor habilidad en la percepción emocional tienden a tener una comunicación más fluida y
empática, lo que les permite expresar sus emociones de manera adecuada y comprender las emociones
de los demás.
Con respecto a la diferencia en los puntajes entre los grupos de edad se destaca la necesidad de un
abordaje de esta habilidad desde edades tempranas de manera sistemática. Es esencial apoyar y orientar
a los niños en el desarrollo de su percepción emocional para evitar que lleguen a edades mayores con
falencias en esta área. El modelo teórico del grupo de Colaboración para el Aprendizaje Académico,
Social y Emocional (CASEL, 2020), enfatiza la importancia de comenzar con la evaluación y expresión
de las emociones a través de la percepción de mensajes emocionales; lo cual es relevante para
estudiantes en los rangos de edad abordados en esta investigación.
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Ahora bien, la influencia de las emociones en el sistema cognitivo ha sido objeto de estudio en
investigaciones previas, como el realizado por Melamed (2016), que respaldan la idea de que las
emociones influyen con contundencia en la toma de decisiones, la atención y la organización de tareas.
Esta relación entre emociones y cognición es central para comprender la facilitación emocional,
definido por Mayer y Salovey (2017), como la capacidad de generar sentimientos que favorezcan el
pensamiento. Dicho con llaneza, la facilitación emocional implica utilizar las emociones para mejorar
los procesos cognitivos, lo que puede tener un impacto significativo en el desarrollo integral de los
estudiantes.
Los resultados de la evaluación de la facilitación emocional en niños de 8 a 12 años muestran
discrepancias en los niveles de habilidad, con los niños de 11 años los cuales obtuvieron puntajes
superiores en comparación con los niños más pequeños como se evidencia en la figura 3. Estas
diferencias sugieren que la capacidad de generar y utilizar emociones para facilitar el pensamiento se
desarrolla poco a poco con la edad y la experiencia.
Figura 3. Variabilidad en los Puntajes de Facilitación Emocional
La facilitación emocional no solo influye en la toma de decisiones individuales, sino que también
promueve un ambiente escolar de apoyo mutuo y colaboración entre los estudiantes mediante el uso de
estados emocionales para facilitar la resolución de problemas y fomentar la creatividad. En este sentido,
el apoyo de los compañeros cobra importancia en términos de esta habilidad durante el proceso de
enseñanza en el contexto escolar.
Esta habilidad permite a los estudiantes guiar y priorizar su pensamiento, basándose en los sentimientos
asociados a objetos, eventos u otras personas, lo que ayuda a crear un entorno escolar más rico y
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participativo. Esto fue confirmado con las investigaciones hechas por Durlak et al., (2015), los cuales
han investigado los efectos del programa de educación socioemocional en el desarrollo de habilidades
sociales y emocionales, y en donde se resalta la importancia del apoyo entre compañeros como un
componente clave para mejorar la convivencia escolar y promover el éxito académico de los estudiantes.
Investigaciones como las realizadas por Bisquerra et al., (2015) y Pérez y Bisquerra y (2012), respaldan
la premisa de enseñar y desarrollar habilidades emocionales a una edad temprana lo cual tiene beneficios
notables para el desarrollo integral y las relaciones interpersonales de los estudiantes. Estrategias como
los juegos de rol y las discusiones grupales se han identificado como eficaces para fomentar la
comprensión y la práctica de estas habilidades, así como para promover la colaboración y la gestión
positiva de conflictos. Además, proyectos en conjunto y eventos comunitarios han demostrado ser útiles
para cultivar un ambiente escolar inclusivo y de apoyo, donde se valoran las diferencias individuales y
se promueve el respeto mutuo. Estas experiencias brindan oportunidades para desarrollar habilidades
sociales y emocionales, al tiempo que fortalecen los lazos de amistad y colaboración entre los
compañeros.
En cuanto a la habilidad de comprensión emocional, que implica la identificación, etiquetado y
entendimiento de las emociones y sus implicaciones, se establece como un pilar esencial en el desarrollo
holístico de los estudiantes, tal como lo sostienen Mayer y Salovey (2017). A la luz de los resultados de
la presente investigación, se evidencia una asociación significativa entre la madurez emocional y la
edad de los estudiantes. En particular, los niños de 12 años exhibieron de manera consistente niveles
más altos en comparación con sus compañeros más pequeños de 8 y 9 años, como se ilustra en la figura4.
Figura 4. Variabilidad en los Puntajes de Comprensión Emocional.
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Esta tendencia sugiere un proceso gradual de desarrollo emocional a lo largo de la infancia y
preadolescencia, en donde se destaca la importancia de intervenir de manera temprana para fomentar
habilidades emocionales saludables y perdurables como es señalado por (Merchán Romero , 2017).
Así mismo, esta habilidad no solo los capacita para entender la complejidad de las emociones y/o
sentimientos sino de reconocer su simultaneidad: como también les permite visualizarlos en los demás,
lo que facilita la comunicación, la participación y la colaboración. En este sentido, la promoción de
estrategias que promuevan la interacción y el trabajo en equipo, como el debate abierto y la resolución
colaborativa de problemas, emerge como un aspecto crucial. Estas estrategias no solo fortalecen las
habilidades emocionales al permitir la interacción y la relación con sus pares, sino que también
fomentan un ambiente inclusivo y de participación. Los profesores desempeñan un papel crucial en la
creación de un entorno que promueve la participación y la colaboración entre los estudiantes afirma
(García et al., 2023). Al implementar estrategias pedagógicas que fomenten la interacción y
participación, los profesores pueden contribuir de manera significativa al desarrollo emocional y
académico de sus alumnos.
En cuanto a la regulación emocional, según el modelo de Mayer y Salovey (2017), es primordial para
el desarrollo holístico de los estudiantes y su capacidad de interactuar de forma efectiva en los entornos
sociales. Esta habilidad, que implica gestionar las propias emociones y las de los demás de manera
equilibrada, se ve influenciada por la orientación adulta en las primeras etapas de la vida según la
propuesta de Berrocal et al., (2021),
Los hallazgos de la presente investigación muestran que los niños de 8 y 9 años suelen tener niveles
más bajos de regulación emocional, pero que se ve una baja de esta habilidad al llegar a los 12 años
como se evidencia en la figura 5, lo que destaca la importancia de abordar el desarrollo emocional desde
edades tempranas para promover estos progresos específicos en el entorno escolar como es enfatizado
por (Bisquerra , 2015). Desde la teoría se señala que a medida que los niños crecen, muestran una mayor
claridad y efectividad en la regulación emocional, lo que sugiere un proceso de maduración emocional
progresivo que coincide con una mayor apertura a estados emocionales variados y una mejor capacidad
para evaluar la utilidad de sus emociones.
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Figura 5. Variabilidad en los Puntajes de Regulación.
La literatura revisada resalta que la regulación emocional se ve afectada por factores como el respeto
hacia las emociones de otros y la capacidad de reflexionar sobre los propios sentimientos. En este
sentido, los educadores desempeñan un papel crucial al promover un ambiente escolar organizado que
fomente el desarrollo emocional de los estudiantes. Autores como Marc Brackett (2019), enfatizan la
importancia de crear ambientes escolares que promuevan la regulación emocional para mejorar el
bienestar y el rendimiento académico.
Esta relación entre regulación emocional, respeto hacia las emociones y participación en el entorno
escolar resalta la necesidad de integrar estrategias que promuevan el respeto mutuo y la organización
en el aula. Al fomentar un ambiente de apoyo emocional y enseñar habilidades de afrontamiento, los
educadores pueden contribuir de manera significativa al desarrollo emocional de los estudiantes y su
participación efectiva en el entorno escolar.
Las dinámicas de la convivencia en el entorno escolar y las habilidades emocionales, factores e
influencias.
La relación entre las sinergias de convivencia escolar y las habilidades emocionales es un aspecto
importante para comprender y mejorar el ambiente educativo en las escuelas. La comunicación efectiva,
por ejemplo, no solo implica transmitir información, sino también expresar y comprender las emociones
de forma clara y respetuosa como lo demuestra Tang et al., (2021) en los estudios desarrollados en
neurociencia como fundamento de la educación emocional. Esta sinergia está relacionada con la
percepción emocional y la empatía, que son esenciales para promover relaciones saludables y la
resolución pacífica de conflictos en el entorno escolar. Los resultados de esta sinergia en los 3 espacios
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escolares revelan una preocupante falta de comunicación. Muchos estudiantes enfrentan problemas en
comprenderse, relacionarse y participar en actividades debido a esta deficiencia. Una mejor
comunicación es esencial para promover un ambiente escolar más armonioso y favorecer el desarrollo
conjunto de los estudiantes.
Por su lado, el apoyo mutuo entre compañeros y el deseo de ayudarse están relacionados con la
facilitación emocional, lo que permite a los estudiantes ponerse en el lugar de los demás y ve diferentes
opciones de respuesta y ofrecer apoyo cuando es necesario. Esto contribuye a fortalecer el sentido de
comunidad y pertenencia en la escuela, al crear ambientes solidarios y acogedores para todos los
estudiantes.
En los colegios estudiados, se observa una falta preocupante de apoyo mutuo, con más del 60% de niños
que experimentan conflictos en esta sinergia. Esto afecta la solidaridad de los compañeros, y alrededor
del 59,27% muestra niveles precarios en esta sinergia. El apoyo entre pares en el entorno escolar es
fundamental para fortalecer las conexiones y practicar habilidades emocionales, lo que contribuye a una
autoestima saludable y al desarrollo personal, factor que se constata en los estudios de Villa (2018).
El respeto, es base fundamental en la convivencia escolar, está ligado a las habilidades emocionales.
Reconocer y valorar las emociones de cada individuo requiere habilidades como la percepción y
regulación emocional, que permiten gestionar de forma adecuada las propias emociones en situaciones
interpersonales y mostrar respeto por los demás. En las dos instituciones (MCV y CLASS), se identifica
que el 36,20% mantiene niveles muy conflictivos de respeto, el 10,18% niveles conflictivos y el 53,62%
niveles regulares, lo que demuestra que la tercera parte de los estudiantes no generan ni reciben respeto.
Expertos en educación, como García Correa y Ferreira (2015), enfatizan la importancia del respeto
mutuo para promover una convivencia pacífica y constructiva, al fomentar la comprensión de los
sentimientos y pensamientos del otro, empatía y tolerancia hacia los demás.
Al continuar con estas discusiones, la siguiente sinergia es la organización escolar la cual proporciona
un entorno estructurado y predecible que promueva el bienestar emocional de los estudiantes al reducir
la ansiedad y el estrés como lo sostiene Fuentes-Sordo (2015). Esto se relaciona con la regulación
emocional ya que permite la adaptación de los estudiantes a su entorno y más si este es organizado y
satisface con las expectativas académicas y sociales de sus actores, lo que promueve un clima escolar
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más propicio para el aprendizaje y el desarrollo individual. El análisis de esta sinergia permite
evidenciar que existe un leve comportamiento conflictivo, dentro de la convivencia escolar, en donde
más del 50% de estudiantes manifiestan una escala armoniosa en organización en las instituciones. Esto
sugiere que tener una organización efectiva mejora la percepción de convivencia y permite el desarrollo
de los estudiantes.
Respecto a la cordialidad en los dos colegios que se subdividen en tres contextos se encontró que
alrededor del 80% de los estudiantes de a año de educación primaria enfrentan problemas de
cordialidad en la convivencia escolar, con más del 50% de estudiantes que describen situaciones de
burla y violencia física entre sus iguales, lo que genera enemistades. Aunque hay un grupo que muestra
amabilidad, la burla y el desprecio predominan. Se destaca la importancia de las habilidades
emocionales para promover relaciones saludables entre estudiantes y personal educativo. Además, la
habilidad de la facilitación también está vinculada esta sinergia, al destacar que generar y revivir
emociones, facilita juicios positivos y crea un ambiente escolar acogedor. Como es apoyado por
Ibarrola, B. (2014) en su libro Aprendizaje emocionante: neurociencia para el aula, cuando habla de las
habilidades estratégicas en la interacción en el aula.
El sentido de pertenencia en la comunidad escolar está vinculado a conexiones emocionales y de
arraigo. Las habilidades emocionales como la regulación emocional son esenciales para cultivar este
sentido de pertenencia, promover una imagen positiva de mismo y adaptarse de forma eficaz al
entorno escolar. Por los hallazgos encontrados en la presente investigación un 12,9% de los estudiantes
pueden tener problemas en este ámbito, pero aproximadamente el 87% de los estudiantes mantienen
una afiliación armoniosa en los colegios estudiados lo cual es un aspecto favorable para la convivencia
escolar. Bisquerra (2018), sostiene que el sentido de pertenencia impulsa a los individuos a participar
en la vida escolar, por lo que se promueve una mayor colaboración y convivencia armónica cuando los
estudiantes se sienten parte integral de la comunidad educativa y que sus necesidades están cubiertas,
lo que promueve una mayor cooperación y convivencia.
Ya para finalizar este apartado, la participación en la vida escolar requiere habilidades emocionales
como la comprensión, la regulación emocional y la capacidad de afrontar el fracaso de manera
constructiva. Estas habilidades son esenciales para fomentar el compromiso de los estudiantes en el
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aprendizaje y la comunidad escolar, en donde se crea un ambiente de colaboración y crecimiento
personal. Ochoa Cervantes y Pérez Galván (2019), afirman que la participación infantil en el contexto
educativo integra conocimientos, actitudes y habilidades que prepara a los niños para enfrentar los
desafíos personales y sociales. Sin embargo, en los colegios estudiados, se observa una baja
participación, con un 69,01% de los estudiantes que enfrentan problemas para participar por sí mismos,
mientras que solo el 21% muestra niveles armoniosos de participación. Aspecto que debe convocar la
atención de la escuela como escenario estructurado de interacción de sus integrantes, con preferencia
los estudiantes.
CONCLUSIONES
El presente estudio ha puesto de manifiesto la importancia de la percepción emocional, la facilitación
emocional, la comprensión emocional y la regulación emocional en el desarrollo integral de los
estudiantes en el entorno escolar y la convivencia. Estas habilidades, fundamentales para la inteligencia
emocional, han demostrado tener una variabilidad significativa en diferentes grupos de edad, lo que
destaca la necesidad de intervenir de manera temprana para promover su desarrollo saludable.
El análisis de los datos reveló que los niños de 11 años exhibieron niveles superiores en percepción
emocional, mientras que los niños de 8 y 9 años mostraron puntajes más bajos, lo que sugiere una
correlación entre la edad y la conciencia emocional. Esta diferencia puede influir en la capacidad de los
estudiantes para interactuar de manera efectiva en el entorno escolar y establecer relaciones saludables
con sus compañeros. Asimismo, se observó una discrepancia en los niveles de facilitación emocional
entre diferentes grupos de edad, con los niños de 11 años al mostrar puntajes más altos. Esto resalta la
importancia de fomentar la capacidad de utilizar las emociones para facilitar el pensamiento, lo que
puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico y el bienestar emocional de los
estudiantes.
En cuanto a la comprensión emocional también emergió como una habilidad clave en el desarrollo
emocional de los estudiantes, con diferencias significativas entre los grupos de edad. Los niños de 12
años mostraron niveles más altos de comprensión emocional, lo que sugiere un proceso gradual de
desarrollo emocional a lo largo de la infancia y la preadolescencia. Con respecto a la regulación
emocional se identificó como un factor crucial para promover la participación activa en el entorno
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escolar y el respeto mutuo entre los estudiantes. Los hallazgos sugieren que los niños tienden a mejorar
en la regulación emocional a medida que crecen, lo que destaca la importancia de integrar estrategias
que promuevan el respeto hacia las emociones, la organización en el aula y la participación.
Al analizar las dinámicas de convivencia en el entorno escolar y su relación con las habilidades
emocionales, se vislumbran aspectos cruciales que influyen en la calidad de la experiencia educativa de
los estudiantes. La comunicación efectiva implica tanto la expresión y la comprensión de las emociones,
se muestra como un pilar esencial para establecer relaciones saludables y resolver conflictos de manera
pacífica. La falta de comunicación identificada en las escuelas estudiadas enfatiza la necesidad de
mejorar esta habilidad para promover un ambiente escolar más armonioso. Con respecto al apoyo entre
pares, vinculado a la facilitación emocional, es esencial para fortalecer el sentido de comunidad y
pertenencia en la escuela. Sin embargo, existe preocupación por la falta de apoyo mutuo en las
instituciones estudiadas, lo que afecta la solidaridad entre los estudiantes, la cordialidad y cooperación.
Estrategias de trabajo conjunto favorece esta sinergia y permite que los estudiantes practiquen sus
habilidades emocionales.
Ahora bien, al hablar del respeto el cual está estrechamente relacionado a las habilidades emocionales
como son la percepción y regulación, las cuales son esenciales para promover una convivencia pacífica
y constructiva en las escuelas. La falta de respeto identificada en un porcentaje significativo de
estudiantes apunta a la importancia de fomentar estas habilidades para promover la comprensión, la
empatía y la tolerancia hacia los demás. Al modelar comportamientos respetuosos por parte de los
docentes se está incentivando el manejo de esta sinergia entre los estudiantes y si a ello se suma la
enseñanza de habilidades comunicativas no solo se trabaja en cuanto a la sinergia sino se crean
ambientes para aprender, pulir o estructural las habilidades emocionales que se quieren desarrollar.
Referente a la organización escolar efectiva se muestra como un factor que promueve el bienestar
emocional de los niños al proporcionar un entorno estructurado y predecible. Esto puede reducir la
ansiedad y el estrés, lo que suscita un clima escolar más propicio para el aprendizaje y el desarrollo
individual. Esto puede estar apoyado con la creación de rutinas predecibles, en donde el profesor
establecer horarios, rutinas claras y predecibles, lo que ayuda a los niños a sentirse seguros y tranquilos.
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Esto le brinda un sentido de estructura y manejo del su entorno, lo que puede reducir la ansiedad y
mejorar su capacidad para regular sus emociones.
Acerca de la cordialidad en la convivencia escolar y su relación con la habilidad de facilitación
emocional, esta es crucial para promover relaciones saludables entre los estudiantes y el personal
educativo. Sin embargo, se observa un alto porcentaje de estudiantes que enfrentan problemas de
cordialidad, lo que destaca la necesidad de promover estas habilidades emocionales para crear un
ambiente escolar más acogedor; con estrategias como enseñar habilidades de resolución de conflictos,
y técnicas de negociación, mediación entre pares y prácticas de comunicación asertiva.
Frente al sentido de pertenencia a la comunidad escolar, es esencial reconocer su estrecha relación con
la regulación emocional, ya que esta última contribuye a cultivar conexiones y arraigos emocionales
entre los estudiantes. Aunque la mayoría de los estudiantes mantienen niveles armoniosos de
pertenencia, es fundamental continuar fortaleciendo estas habilidades emocionales para promover una
mayor colaboración y convivencia en el entorno escolar. Una estrategia clave para lograr esto es
implementar programas de mentoría entre compañeros, donde los estudiantes mayores puedan ofrecer
apoyo y orientación a los más jóvenes, creando así un sentido de comunidad y pertenencia más
profundo. Esto no solo fortalecerán el sentido de pertenencia, sino que también promoverán un ambiente
escolar más inclusivo y acogedor para todos los estudiantes
Para finalizar, la participación en la vida escolar requiere habilidades emocionales como comprensión
y regulación emocional. El bajo nivel de participación observado en las escuelas estudiadas destaca la
necesidad de fortalecer estas habilidades para fomentar el compromiso de los estudiantes con su
aprendizaje y en la comunidad escolar. Integrar habilidades emocionales en el entorno escolar es
esencial para promover la convivencia armoniosa, el bienestar emocional de los estudiantes y el éxito
académico y personal. Es necesario trabajar en la promoción y el desarrollo de estas habilidades a fin
de crear un entorno escolar inclusivo, solidario y propicio para el aprendizaje y el crecimiento personal
de todos los niños en la franja objeto de estudio.
Por otra parte, en cuanto a las interrogantes pendientes, sería relevante investigar más a fondo cómo
influyen factores como la autoestima y lo que se espera de los estudiantes en el desarrollo de estas
habilidades y la convivencia escolar. Además, sería interesante explorar mo las intervenciones
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educativas específicas pueden contribuir al fortalecimiento de estas habilidades y mejorar el bienestar
emocional, el rendimiento académico y convivencial de los estudiantes en el largo plazo.
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