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folklore, obras, movimientos artísticos, cine, música, monumentos emblemáticos, lugares
conocidos, urbanismo, instrumentos musicales, técnicas de pesca y agricultura, medios de
transporte, etc.);
c) Cultura social: convenciones y hábitos de una cultura (forma de tratar y cortesía, modo de comer y
vestir, valores morales, gestos y saludos, sistemas políticos, legales y educativos, organizaciones,
oficios y profesiones, monedas, calendarios, eras, medidas y pesos, etc.);
d) Cultura lingüística: transliteraciones, refranes, frases hechas, nombres propios con significado
adicional, metáforas generalizadas, asociaciones simbólicas, interjecciones, insultos, blasfemias,
etc.
De esta manera, considerando que el entendimiento de un culturema implica el conocimiento del
significado pragmático, es preciso señalar que su traducción suele ser conflictiva. Por ello, diversos
autores han abordado las problemáticas que conlleva traducir estos elementos.
En el 2012, Gonzáles estudió la traducción y la cultura al analizar los elementos lingüísticos-culturales
o culturemas en textos turísticos, con el fin de identificar las técnicas de traducción empleadas
comúnmente. Desde la perspectiva de la autora, la globalización y por ende el intercambio cultural han
sido propiciados en gran parte por la industria turística y sus procesos de modernización empresarial,
lo que ha llevado a que los clientes o visitantes de un determinado lugar se encuentren mejor informados
y consuman más productos turísticos. Todo esto, ocasiona inevitablemente intercambios culturales entre
sociedades que pueden ser muy cercanas o muy alejadas. En este sentido, el papel del traductor como
mediador cultural ha cobrado fuerza, dado que debe aplicar una serie de técnicas traductológicas para
poder transmitir el mayor grado de equivalencia lingüística, contextual, funcional y pragmática. Así, en
esta investigación se llegó a la conclusión de que el texto turístico cuenta con distintas modalidades
discursivas, tipologías textuales y léxico variado y multitemático, lo cual hace que posea un grado de
dificultad importante, por lo que el traductor de este tipo de textos debe considerar que existen objetos,
costumbres, comidas, ideas, personajes célebres que son propios de una cultura y que pueden no tener
una correspondencia en otras culturas. Otro hallazgo surgido de este estudio es que los textos turísticos
suelen contener más elementos relacionados con la gastronomía, las fiestas y las tradiciones. Para su
traducción, se emplean diferentes técnicas de traducción que dependen del texto, siendo más comunes