pág. 2389
El estudio de este tema permitirá identificar algunos aspectos importantes como la demanda creciente
de los productos orgánicos, la optimización de costos en la producción orgánica, la mejora en el
rendimiento de los pollos, la sostenibilidad e impacto ambiental, y en el bienestar y seguridad
alimenticia.
La dieta diaria de cada uno de los seres humanos se ha caracterizado en el consumo de carne de pollo;
no solo por el hecho de su valor nutricional, sino también en el costo de producción y precio de venta al
consumidor en comparación al precio que tiene la carne de cerdo y bobino. De acuerdo con Avila &
Benavides (2013) se ha evidenciado la alta demanda en consumo de la carne de pollo, tal es así que en
1998 el consumo per-cápita de la carne de pollo era de 6,8 kg, y para el 2008 ha incrementado en 10,2
kg dando como resultado un incremento en la demanda en un 50%.
Así mismo, según estadísticas de la Corporación Nacional de Avicultores mención que la carne de pollo
representa un 5,6% del PIB agropecuario. Por tal motivo, en el año 2000 existió una producción de
alimento balanceado para broiler de 664.200 toneladas métricas y para en año 2011 se obtuvo una
producción de 1.516.026 toneladas métricas presentando un 67,38% del total de la producción nacional
ecuatoriana.
Ahora bien, con estos datos estadísticos y en vista al gran incremento del consumo de carne de pollo
para el consumidor, las empresas medianas y grandes han optado por la sostenibilidad para la
elaboración de los piensos avícolas tomando en cuenta la degradación ambiental no solo en el país sino
en el mundo entero. Según Guarnizo & Forero (2022) con el aporte de la tecnología tecnificada en la
elaboración de insumos ha construido en la reducción del tiempo del engorde de los pollos, tomando en
cuenta que en la década de los 50, un pollo era alimentado por 100 días para alcanzar un peso de 2,10
kilos. Posteriormente en los años 60, este tiempo se redujo en 67 días; y en la actualidad, el producto
avícola puede salir entre 42 y 45 días. Sin embargo, como aspecto negativo que se ha comprobado en
los avicultores en la poca o nula consideración de un desarrollo sostenible en sus actividades
productivas, no solo generando afectaciones sobre el medio ambiente, sino también a la salud humana.
En Ecuador, la actividad de producción agropecuaria apoyada de la agricultura para la elaboración de
piensos avícolas inició en 1957, básicamente con materia prima como el maíz y la soya. Sin embargo,
el consumo de la carne de pollo era selectivo porque estaba en las mesas ecuatorianas para eventos y