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Actualmente, Ecuador está implementando proyectos mineros relevantes que generan debate sobre su
contribución a la economía nacional. La extracción de minerales a gran escala tiene el potencial de
generar ingresos considerables y crear empleos, aunque también plantea desafíos en términos de gestión
ambiental y social. En enero de 2022, las exportaciones del sector minero alcanzaron USD 271,85
millones, un aumento del 114% respecto al año anterior, consolidando al sector minero como uno de
los pilares fundamentales de las exportaciones ecuatorianas y contribuyendo significativamente al
11,07% del total de exportaciones del país, solo superado por el petróleo crudo, el camarón, el banano
y el plátano (Caamaño et al., 2019; Ministerio de Energía y Minas, 2022).
La industria minera contribuye significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) y al desarrollo
regional a través del canon minero, que financia importantes proyectos de infraestructura en las zonas
mineras, beneficiando así a las comunidades locales (Escobar y Galindo, 2021). La producción minera
abarca la extracción y procesamiento de minerales y metales, como oro, plata, cobre y petróleo,
mediante técnicas subterráneas o a cielo abierto, y su transformación en productos finales para diversas
industrias (Horta y García, 2022). En cuanto a la redistribución de los beneficios de la minería, esta se
realiza a partir del impuesto minero. Este se distribuye hacia las regiones donde se ubican las
operaciones, financiando proyectos de desarrollo local como carreteras, escuelas y hospitales,
mejorando la calidad de vida de las comunidades circundantes (Requelme y Vera, 2024).
En el contexto de las exportaciones mineras de Ecuador, estas implican la venta de minerales, metales
y productos mineros, como oro, plata, cobre y hierro, a mercados internacionales, siendo una fuente
significativa de ingresos para el país (Reyes et al, 2024). Estas ventas contribuyen a la generación de
divisas, el crecimiento económico y la diversificación económica, influenciadas por factores como la
demanda global, precios internacionales, políticas gubernamentales y condiciones económicas globales
(Almeida, 2019). Las exportaciones de minerales están sujetas a regulaciones específicas para
garantizar su legalidad, sostenibilidad y cumplimiento de estándares ambientales y sociales.
El rol de la minería en la economía ecuatoriana va más allá de la simple extracción de recursos. Su
impacto se extiende a la creación de empleo directo e indirecto, así como al impulso de actividades
económicas complementarias (Banco Central del Ecuador, 2023). Las empresas mineras invierten en
infraestructura, tecnología y capacitación, lo que eleva el nivel de especialización y eficiencia de la