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INCLUSIÓN DE LA MEDIACIÓN ESCOLAR
EN LA NUEVA ESCUELA MEXICANA
INCLUSION OF SCHOOL MEDIATION IN
THE NEW MEXICAN SCHOOL
Blanca Patricia Ávila Chávez
Universidad Autónoma de Nayarit, México
pág. 8547
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.13015
Inclusión de la Mediación Escolar en la Nueva Escuela Mexicana
Blanca Patricia Ávila Chávez
1
bca.avila@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0753-0247
Universidad Autonoma de Nayarit
México
RESUMEN
La existencia de un conflicto en cualquier lugar donde el ser humano este presente es inminente, la
intención del análisis de estos no es su desaparición, sino la forma en que se enfrentan y se resuelven,
puede optarse por visualizarlo como algo constructivo o destructivo. Al ser los conflictos un ente
presente en todas las sociedades se puede afirmar que en su mayoría surgen de acuerdo a una causa
social, y debido a que la sociedad se encuentra en constante cambio, podemos identificar estas formas
como promotoras de su solución. Las principales instituciones socializadoras como la iglesia, la familia,
y la escuela pueden ayudar a afrontar y enseñar a construir soluciones pacíficas junto a sus actores. Los
conflictos escolares actuales y el aumento de violencia en ambientes educativos, reflejan crisis
educativas y sociales por lo que es necesario que se oriente a los docentes sobre mecanismos como
mediación escolar para tratar de dar solución a estas problemáticas, el presente artículo pretende
visualizar la introducción un programa de formación en materia de mediación escolar para ayudar a
aligerar y visualizar dichos conflictos como algo que se puede superar y sobre todo como algo que deja
una enseñanza para los actores en materia educativa. Dicho programa puede eficientemente insertarse
a través de la reforma educativa de 2022 con la creación de la Nueva Escuela Mexicana, ya que dentro
de los principios fundamentales para dicha reforma se encuentra la promoción de la cultura de paz,
permitiendo a través de esta mecanismos de comunicación adecuada y de resolución de conflictos de
forma pacífica estableciendo así una concordancia entre la agenda 2030 de la ONU.
Palabras clave: mediación escolar, nueva escuela mexicana, cultura para la paz
1
Autor principal.
Correspondencia: bca.avila@gmail.com
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Inclusion of School Mediation in the New Mexican School
ABSTRACT
The existence of a conflict in any place where human beings are present is imminent, the intention of
analyzing these is not their disappearance, but rather the way in which they are faced and resolved. You
can choose to view it as something constructive or destructive. Since conflicts are an entity present in
all societies, it can be stated that most of them arise according to a social cause, and because society is
constantly changing, we can identify these forms as promoters of its solution. The main socializing
institutions such as the church, the family, and the school can help face and teach how to build peaceful
solutions together with their actors. Current school conflicts and the increase in violence in educational
environments reflect educational and social crises, which is why it is necessary to guide teachers on
mechanisms such as school mediation to try to solve these problems. This article aims to visualize the
introduction a training program in school mediation to help alleviate and visualize these conflicts as
something that can be overcome and, above all, as something that provides lessons for actors in
educational matters. This program can be efficiently inserted through the educational reform of 2022
with the creation of the New Mexican School, since within the fundamental principles for said reform
is the promotion of the culture of peace, allowing through this communication mechanisms adequate
and peaceful conflict resolution, thus establishing agreement between the UN 2030 agenda.
Keywords: school mediation, new mexican school’s, peace culture
Artículo recibido 10 julio 2024
Aceptado para publicación: 15 agosto 2024
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INTRODUCCIÓN
La existencia del conflicto es evidente, forma parte de la propia historia del ser humano. El pretender
que los conflictos dejen de existir es un sueño efímero, sin embargo se puede aprender a transitar a
través del conflicto. Podemos como sociedad aceptar que se aprende, se crece y se progresa a través y
gracias al conflicto.
Todo conflicto puede adoptar un curso constructivo o destructivo y por lo tanto, la cuestión no es tanto
eliminar o prevenir el conflicto, sino saber asumir dichas situaciones conflictivas y enfrentarnos a ellas
con recursos suficientes para que todos los implicados salgan enriquecidos con un aprendizaje de ellas.
Cualquier tipo de conflictos tiene una causa social, y como la sociedad se encuentra siempre en
constante cambio, las formas de conflicto también lo hacen. La forma en la que se aprecian las normas
sociales y la violencia son de vital importancia. La violencia constituye una de las tres fuentes
principales del poder humano. En nuestra cultura actual se exalta la rivalidad y se admira el triunfo
conseguido en situaciones de enfrentamiento, que siempre requiere concluir con un vencedor y un
vencido. El argumento de que vivimos en una lucha continua en la que los fuertes sobreviven, mientras
los débiles perecen en el intento, es promulgado sin cesar en diversos ámbitos y es reforzado por los
medios de comunicación.
Ante esta situación, las principales instituciones socializadoras como son la iglesia, familia, escuela y
comunidad, se encuentran ante un problema difícil. En las escuelas los cambios son evidentes, existe
muy frecuentemente poca motivación por el estudio, falta de valores, indisciplina o incluso violencia,
entre iguales.
El conflicto escolar no es algo nuevo, siempre ha habido conflictos y problemas en ellos. La crisis de
la educación refleja la crisis de la sociedad en general y esta se observa mejor dentro de las escuelas.
Es por lo anterior que los conflictos escolares cada día crecen más y se vuelve más necesario una
enseñanza en donde se oriente a los docentes y futuros docentes, sobre los mecanismos de Mediación
Escolar como parte de las soluciones ante esta nueva panorámica.
Ante el planteamiento de las ideas anteriores, en el presente escrito se propone que sean los actuales
docentes y docentes en formación los que conozcan la mediación escolar y que sea a través de
mecanismos diseñados en la Nueva Escuela Mexicana que se formen en esta área de conocimiento.
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La educación en México a pesar de haber tenido reformas recientes en los años 2011 y 2017, mantiene
en general una situación educativa tradicional, que se ve limitada ante los problemas actuales de
conflictividad y que trata de resolverlos desde una cultura escolar tradicional.
La forma en que muchas escuelas enseñan usualmente en la actualidad influye en la forma de afrontar
los conflictos. Entre las dinámicas más comunes llevadas a la práctica que afectan la resolución de los
mismos podemos destacar las siguientes:
El docente. Quien usualmente engloba el conocimiento y la verdad, y la transmite a los alumnos.
Tiende a tener un rol activo en los procesos de enseñanza aprendizaje, visión que la aplicación de
la Nueva Escuela Mexicana ha tratado de permear y modificar, involucrando al estudiante con un
rol más activo, así como a los padres de familia y la comunidad.
La competencia. La educación tiende a ser vista de una forma competitiva, se valora al que sabe y
usualmente se tiene menos consideraciones con el que no. Se prioriza el sentimiento de victoria y
la constante premiación como un estímulo. Se da la idea de solo tener dos roles o lados de la
moneda; el vencedor y el vencido.
La pasividad. Debido a que muchas practicas han sido cotidianas en cuanto a los métodos de
enseñanza los alumnos comúnmente tienen actitudes pasivas en donde solo reciben información y
pocas veces participan activamente en el proceso de enseñanza aprendizaje. Situación que de igual
forma tiene la tendencia de ser modificada a través de las nuevas metodologías de la Nueva Escuela
Mexicana.
Espacio de conflicto. Las escuelas usualmente tienen crisis en la gestión del conflicto, es muy poco
común que en las escuelas el conflicto sea visto de forma positiva. En su mayoría actualmente el
sistema escolar regula los conflictos de forma inmediata, utilizando la suspensión, el castigo, los
reportes, las llamadas de atención, la comunicación y extensión de la problemática a los padres de
familia o tutores, todas las anteriores como solución tradicional.
Aunado a lo anterior desde hace algunos años el concepto de educación incluye a algunos de estos
aspectos: “En todo proceso educativo se establece una relación directa entre educador y educando, cuyo
fin es trasmitir un contenido, para también impulsar las capacidades y disposiciones que posee el
alumno para captar, aprehender, y usar dichos contenidos. El estudiante debe descubrir, entender,
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incorporar y usar el valor que todo bien cultural encierra, pero además emplearlo críticamente.
(Borquez, 2012)
Por todo lo anterior podemos observar como el introducir un programa de formación en materia de
Mediación Escolar, ayudaría a aligerar y visualizar los conflictos como algo que se puede superar y
sobre todo como algo que deja una enseñanza para los actores en materia educativa.
Siendo el marco de la Nueva Escuela Mexicana una excelente oportunidad para introducir la mediación
escolar y permear con lo anterior en la mejora de los ambientes escolares, reduciendo la violencias y
mejorando el enfoque negativo sobre los conflictos, así como teniendo nuevos aprendizajes sociales.
Para poder desarrollar el anterior propósito, se analizaran los avances de las diversas fases de la Nueva
Escuela Mexicana, así como establecer cómo se puede insertar los conocimientos de mediación escolar
en los diversos niveles educativos.
Podemos recurrir a Galtung para comprender esta idea: es necesario que los programas de mediación
se encuentren enmarcados en programas globales que tengan en cuenta los tres tipos de violencia de los
que él nos habla. (Galtung, 1999).
METODOLOGIA
El tipo de metodología del presente escrito es descriptiva ya que se enfoca en caracterizar a los agentes
e individuos que actualmente se desarrollan dentro de los ambientes escolares, así como a los ambientes
mismos. Vistos a través de una forma generalizada, que englobe conductas, actitudes, actividades,
instrumentos o tipos de contextos de forma específica, sino al contrario tomando de forma más amplia
un panorama general de la educación actual en el país y destacando sus rasgos más comunes y
explicándolos de forma general. Aspecto que son más que conocidos por personas cuya área de trabajo
se encuentra relacionada con la educación.
De igual forma se pretende analizar una temática más actual del sistema educativo de nuestro país, la
Nueva Escuela Mexicana desde su fundamentación, comprendiendo cuáles son sus finalidades y
principios, para poder con lo anterior sentar la base que permitan visibilizar la inserción de la Mediación
Escolar como un mecanismo que mejore situaciones de conflicto y cree un nuevo aprendizaje en los
actores educativos e incluso de forma indirecta tratar temáticas de Cultura de Paz.
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Para lograr dicho objetivo se realizarán dos acciones principales:
Caracterizar la Nueva Escuela Mexicana para identificar su relación con la mediación escolar.
Articular el uso de la mediación escolar en la educación básica.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La Nueva Escuela Mexicana
Anterior a la actual reforma los ciclos escolares estaban divididos en tres periodos: preescolar, primaria
y secundaria, los cuales en su totalidad tienen una duración de 12 años. Sin embargo dicha reforma
educativa generaba poca inclusión, faltaba cobertura en zonas rurales y los índices de abandono escolar
habían aumentado.
El abandono en los diferentes niveles educativos, está marcado por razones socioeconómicas,
familiares, de violencia. Sin embargo sociológicamente la educación sigue siendo el mecanismo de
ascenso social más democrático, por lo que requería ser transformado, con políticas que consideren las
necesidades específicas de los diversos grupos sociales y niveles educativos. (NEM, SEP, 2022)
Las ideas anteriores en materia educativa derivan en la construcción de la Nueva Escuela Mexicana
(NEM), entendiendo la educación como algo que acompaña al individuo durante toda su vida, utilizando
conceptos como aprender a aprender, actualización continua, adaptación a cambios y aprendizaje
permanente.
Ángel Díaz Barriga y Catalina Inclán (en Cabrera, 2017), refieren que “las reformas educativas son
actos de gobierno, es decir, son acciones donde el estado establece elementos para orientar
las políticas de la educación, resultado de un proceso complejo donde intervienen factores
externos e internos a la realidad social educativa del país”. Por lo que podemos afirmar que esta nueva
reforma responde a necesidades actuales y es creada para contextos educativos del Estado Mexicano.
Uno de los propósitos de la Nueva Escuela Mexicana es el compromiso por brindar calidad en la
enseñanza. De acuerdo a las mediciones de diversos instrumentos aplicados en educación básica y
media superior en 2019 y 2020, se muestra un rezago histórico en mejorar el conocimiento, las
capacidades y las habilidades en áreas como comunicación, matemáticas y ciencias.
El colectivo docente debe superar problemas inherentes a su trabajo dentro del aula y con los estudiantes
como la motivación y sensibilización, el acercamiento de la enseñanza a los problemas reales, el trabajo
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colaborativo, el desarrollo del pensamiento complejo en los estudiantes y la gestión del conocimiento.
Pero también se enfrenta a otros externos al aula como la carga administrativa excesiva, el poco apoyo
de los padres de familia y la desvalorización de su labor. (González, 2019)
Es por lo anterior que la Nueva Escuela Mexicana se caracteriza por integrar a la comunidad. Prioriza
la atención de poblaciones en desventaja (por condiciones económicas y sociales), con la finalidad de
brindar los mismos estándares, para garantizar las mismas oportunidades de aprendizaje a todos.
Garantiza el derecho a la educación desde la educación inicial a la superior, llevando a efecto cuatro
condiciones necesarias (Tomasevski, 2004): asequibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad
de los servicios educativos.
Asequibilidad. Implica la garantía del derecho social a una educación gratuita y obligatoria, así
como del derecho cultural al respeto a la diversidad, especialmente de las minorías.
Accesibilidad. Obliga al Estado a facilitar una educación obligatoria gratuita e inclusiva a todas y
todos: niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Aceptabilidad. Considera establecer criterios de seguridad, calidad y calidez de la educación, así
como de las cualidades profesionales del profesorado.
Adaptabilidad. Se refiere a la capacidad de adecuar la educación al contexto sociocultural de las y
los estudiantes en cada escuela, al igual que a la promoción de los derechos humanos a través de la
educación.
La Nueva Escuela Mexicana se encuentra fundamentada bajo los siguientes principios:
Fomento de la identidad con México. La Nueva Escuela Mexicana fomenta el amor a la Patria, el
aprecio por su cultura, el conocimiento de su historia y el compromiso con los valores plasmados en su
Constitución Política.
Al respecto la UNESCO establece “La cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los
rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o
un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos
fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias y que la cultura da
al hombre la capacidad de reflexionar sobre mismo. Es ella la que hace de nosotros seres
específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella
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discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia
de mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones,
busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden” (UNESCO 1982).
Responsabilidad ciudadana. Esta implica la aceptación de derechos y deberes personales y comunes.
Bajo esta idea, los estudiantes formados en la Nueva Escuela Mexicana respetan los valores cívicos
esenciales de nuestro tiempo, como: honestidad, respeto, justicia, solidaridad, reciprocidad, lealtad,
libertad, equidad y gratitud, entre otros.
Al respecto la Nueva Escuela Mexicana establece: “Permite que estos estudiantes sean formados para
responsabilizarse y velar por el cumplimiento de los derechos humanos; desarrollar conciencia social y
económica, lo que significa que están a favor del bienestar social, sienten empatía por quienes están en
situación de vulnerabilidad y promueven sobre todo una cultura de paz para el fortalecimiento de una
sociedad equitativa y democrática.” (NEM, SEP, 2022).
Uno de los preceptos fundamentales para que esta transformación permee, se basa en la práctica
continua de valores como la amistad, bondad, fraternidad, generosidad, gratitud, honestidad,
humanismo, humildad, igualdad, justicia, laboriosidad, lealtad, libertad, perseverancia, prudencia,
reciprocidad, respeto, solidaridad, superación personal, tolerancia. Tratando de que los jóvenes
estudiantes adquieran conciencia social y sientan empatía por quienes están en situación de
vulnerabilidad y promueven una cultura de la paz.
Y es precisamente a través de la Cultura de la Paz que los jóvenes estudiantes encuentran en la
adquisición de saberes y habilidades la base para su desarrollo individual y también la responsabilidad
de utilizarlos en favor de su comunidad.
La Nueva Escuela Mexicana promueve “la participación en la búsqueda del bienestar social,
reconociendo los canales y espacios en que sus causas se pueden atender, fomentan la convivencia
armónica y resuelven los conflictos priorizando el consenso en una cultura de paz y con un hondo
sentido comunitario. Respetan el derecho ajeno y exigen respeto al propio derecho. Favorecen el respeto
y ejercicio de los derechos humanos en el marco de la diversidad para el fortalecimiento de una sociedad
equitativa y democrática.” (NEM, SEP, 2022)
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La honestidad. La cual es el comportamiento fundamental para el cumplimiento de la responsabilidad
social, que permite que la sociedad establezca acciones certeras y relaciones sanas entre sus ciudadanos.
Participación en la transformación de la sociedad. El sentido social de la educación implica una
dimensión ética y política de la escuela, en cualquier nivel de formación, lo que representa una apuesta
por construir relaciones cercanas, solidarias y fraternas que superen la indiferencia y la apatía para
lograr en conjunto la transformación de la sociedad.
Respeto de la dignidad humana. La Nueva Escuela Mexicana contribuye al desarrollo integral del
individuo, para que ejerza plena y responsablemente sus capacidades. Promueve el respeto irrestricto a
la dignidad y los derechos humanos de las personas, con base en la convicción de la igualdad de todos
los individuos en derechos, trato y oportunidades. (SEP, 2022)
La Nueva Escuela Mexicana encuentra sus bases filosóficas en el humanismo permitiendo que el ser
humano se desarrolle en la perspectiva de una sociedad justa, libre y de democracia consiente y
participativa.
Promoción de la interculturalidad. La Nueva Escuela Mexicana fomenta la comprensión y el aprecio
por la diversidad cultural y lingüística, así como el diálogo y el intercambio intercultural sobre una base
de equidad y respeto mutuo.
Al respecto la UNESCO establece “Es necesario que no se aborde la interculturalidad como un
programa bilingüe, algo muy común en Latinoamérica, sino que permee el sistema, es decir trabajar la
interculturalidad desde una perspectiva que incluya elementos históricos, sociales, culturales, políticos,
económicos, educativos, antropológicos, ambientales, entre otros” (UNESCO).
Promoción de la Cultura de la Paz
Uno de los principales ejes articuladores que se introducen en el 2022, es la promoción de la cultura de
la paz, la cual permite establecer mecanismos de comunicación adecuados y la resolución de conflictos
de forma pacífica.
La cultura para la paz se encuentra establecida en la agenda 2030 para la Organización de la Naciones
Unidas, la cual en su objetivo 16 Paz, Justicia e Instituciones sólidas, fomenta sociedades pacíficas y la
adecuada resolución de conflictos por mecanismos no violento y la adecuada comunicación.
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La NEM forma a los educandos en una cultura de paz que favorece el diálogo constructivo,
la solidaridad y la búsqueda de acuerdos que permiten la solución no violenta de conflictos
y la convivencia en un marco de respeto a las diferencias. La cultura de paz promovida
por la NEM acoge las disposiciones previstas desde la Organización de las Naciones
Unidas en la Agenda 2030 y en los trabajos del Decenio Internacional de una cultura de
paz y no violencia para los niños del mundo, promovido por UNESCO de 2001 a 2010. En
la Agenda 2030, el objetivo 16 “Paz, justicia e instituciones sólidas”, refiere a promover
sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la
justicia para todos y construir, a todos los niveles, instituciones eficaces e inclusivas que
rindan cuentas. UNESCO refiere que la cultura de paz son una serie de valores, actitudes
y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar
sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las
personas, los grupos y las naciones. En el Programa de Acción para la Paz de 1999 se
identifica la educación como uno de los ámbitos de acción, y participa mediante la revisión
de planes de estudio para promover valores, actitudes y comportamientos que propicien
la cultura de paz, como la solución pacífica de los conflictos, el diálogo, la búsqueda de
consensos y la no violencia. Además, es desde el ámbito educativo que pueden impulsarse
también: la promoción del desarrollo económico y sostenible, el respeto a los derechos
humanos y de la niñez, la garantía de igualdad entre mujeres y hombres, la participación
democrática, la comprensión, la tolerancia y la solidaridad, la comunicación participativa
y la libre circulación de información y conocimientos. La NEM reconoce y revalora la
diversidad cultural de país y del mundo, así como las lenguas originarias, y fortalece el
ejercicio de los derechos culturales de todos los individuos y los pueblos. Promueve el
respeto y la valoración de la diversidad cultural de México y el mundo, además colabora
con el cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos por el país y que
contribuyen al bienestar mundial y a la preservación de la vida en el planeta. Todo ello en
el marco del respeto a la independencia y autodeterminación de los pueblos. (NEM, SEP,
2022)
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La Cultura de la Paz en la Nueva Escuela Mexicana
La cultura de la paz se encuentra inserta como un objetivo importante a nivel mundial desde hace
algunas décadas, en noviembre de 1999, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Declaración y
Programa de Acción por una Cultura de Paz de las Naciones Unidas, y al respecto estableció:
“Una cultura de paz es un conjunto de valores, ideas, actitudes y comportamientos que
reflejan el respeto a la vida, a la dignidad del ser humano y a la naturaleza, y que ponen
en primer plano los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres, el rechazo
a la violencia en todas sus formas y la adhesión a la democracia y a los principios de
libertad, justicia, respeto, solidaridad y tolerancia”.
De lo anterior se establece que la cultura de la paz permite la promoción de acciones que tiendan a crear
ambientes más armónicos y pacíficos, y a su vez reconoce derechos indispensables como el respeto a
la vida, la libertad, la dignidad de las personas, la igualdad entre mujeres y hombres, la democracia, la
tolerancia, la educación, el respeto al medio ambiente y la cooperación libre de conductas que violenten
a la humanidad.
La cultura de paz es una nueva forma de ver, entender y vivir el mundo. Busca originar la autoconciencia
dentro de los individuos y que la reflexión permita la modificación de conductas violentas y la inserción
de la siembra de un cambio social. Comienza en la familia, escuela, comunidad y pretende llegar a la
sociedad.
Es trabajo de los gobiernos e individuos que integramos la sociedad construir y participar en una cultura
de paz, y podemos realizarlo a través de una educación de tipo humanista como lo establece la actual
reforma.
El Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), define la educación para la paz como un
proceso de promoción del conocimiento, capacidades, actitudes y valores necesarios que favorezcan un
cambio en el comportamiento de las niñas y niños, jóvenes y adultos, para prevenir conflictos o formas
de violencia, así como crear condiciones para alcanzar la paz en cualquier espacio o contexto de forma
personal o social.
Para poder abonar en la construcción de La Cultura para La Paz, debemos visualizarla la paz no solo
como la ausencia de conflictos y la no violencia, sino ir más allá y comprender que implica que los
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individuos acepten las diferencias y la diversidad de otros, respeten y valoren la ideas que difieren de
las propias; desarrollen la capacidad de escucha y de diálogo asertivo y la resolución de conflictos de
forma pacífica.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, establece la importancia de propiciar sociedades
pacíficas, justas e inclusivas, que estén libres del temor y la violencia. No puede haber desarrollo
sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible.
Por ello, la cultura de paz implica, no solamente la ausencia de violencia, sino también, respetar la vida,
promover la práctica de la no violencia, a través del dialogo y la cooperación, el reconocimiento a la
igualdad de género, la solución de conflictos mediante la negociación y la pacificación, el respeto,
protección y promoción de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, el respeto al derecho
de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información. Es decir, de forma global e
integral, agrupa valores y propicia la práctica de la libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad,
cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento, a todos los niveles de la sociedad
y entre las naciones, en el ánimo por conseguir un entorno nacional e internacional que favorezca a la
paz.
Por lo que podemos ver que la conceptualización y forma de concepción de la cultura de paz va de la
mano con la mediación, tanto en sus estrategias como en sus fines, ya que ambas tienen un gran causa
humanista y social. Uno de los principales fines sociales de la mediación comprende: La mediación
supone el aprendizaje y socialización en una forma no violenta y de gestión positiva del conflicto, es
decir, tratamiento del mismo desde la ausencia de violencia y agresividad. La mediación tiene como
misión ayudar a las partes a resolver conflictos desde la creación de un espacio en el que la
comunicación humana sea posible.” (Iturbide, 2007) Es por ello que la inserción de la Mediación
Escolar como mecanismo permanente que permita establecer formas pacificas de resolución de
conflictos es un medio ideal que fortalece los contextos escolares. La mediación escolar favorece el
dialogo, la conciliación y la negociación entre los individuos, permite que los individuos desarrollen un
aprendizaje y lo contextualicen fuera de la escuela.
Aunado a lo anterior, la nueva reforma plantea la cultura para la paz como uno de sus ejes, y ha realizado
aproximaciones a través de diversos textos y fichas de trabajo que permiten generar actividades de
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enseñanza. Ejemplo de estos son las fichas de actividades didácticas para promover la cultura de paz en
y desde nuestra escuela, elaborado por la Dirección General de Gestión Escolar y Enfoque Territorial,
de la Subsecretaría de Educación Básica, de la Secretaría de Educación Pública, en donde podemos
apreciar y aplicar diversas actividades para alumnos de educación básica.
El fichero aborda siete líneas temáticas que corresponden a diferentes ámbitos de acción de la cultura
de paz, y a las líneas de trabajo que impulsa la Secretaría de Educación Pública, por lo que contiene un
enfoque de derechos humanos, inclusión e igualdad de género, de acuerdo con los principios de la
Nueva Escuela Mexicana: responsabilidad ciudadana, honestidad, participación en la transformación
de la sociedad, respeto de la dignidad humana, promoción de la interculturalidad y la promoción de la
cultura de la paz. (SEP, 2019)
El fichero tiene como propósito contribuir a generar mejores ambientes de convivencia en las aulas, por
lo que cada ficha está diseñada para aportar información y explicar detalladamente la actividad
didáctica. De igual forma induce a la reflexión y análisis de situaciones de violencia o inseguridad, la
resolución pacífica de conflictos, el autocuidado y las competencias socioemocionales.
El fichero atiende tres niveles de la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), a través de 64
fichas distribuidas según el nivel de la siguiente forma: 19 para educación preescolar, 23 para primaria,
22 para secundaria; y de igual forma se incluye una ficha con explicación detallada de cada una de las
7 líneas temáticas, anteriormente mencionadas.
Con este tipo de material la Secretaria de Educación Pública hace un excelente acercamiento a la
promoción de la cultura de la paz, ya que incide de manera directa no solo en el conocimiento y
promoción, sino también en la puesta en práctica de actividades que permiten el análisis y reflexión,
generando una sana y pacífica convivencia, propiciando la mejora de los ambiente educativos, y de
igual forma inserta la semilla para buscar mecanismo escolares que permitan resolver conflictos
cotidianos y permeen en los ambientes escolares.
La mediación escolar como mecanismo de inserción para la cultura de la paz
Como ha sido visible hasta este momento el fomento a la cultura de la paz requiere al menos un
mecanismo escolar establecido que permita incentivar las adecuadas y pacificas formas de resolución
de conflictos. Es por ello que la mediación escolar es la vía de acceso ideal para que los conflictos
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escolares no solo se resuelvan y los índices disminuyan sino también para que los niños en edad escolar
tengan un aprendizaje que permita desarrollar competencias socioemocionales, habilidades socio
comunicativas, valores y normas, todos establecidos dentro del marco Legal y conceptual de la Nueva
Escuela Mexicana.
Pensar en aportar a la construcción de una cultura de paz, se constituye en la actualidad en una necesidad
de acción imperante, razón por la cual, se requiere ahondar en la conceptualización de términos
relacionados, como: paz, cultura de paz y construcción de cultura de paz, para con base en su desarrollo
contribuir a pensar la paz desde la paz misma. (Fernández, 2017)
De acuerdo a otras experiencias la autora Uranga (2000), nos dice al respecto, el permitir que la
mediación escolar sea introducida como una práctica cotidiana en las escuelas, favorece los siguientes
aspectos:
Favorece la empatía
Permite que los alumnos y maestros encuentren soluciones no violentas a conflictos escolares
Mejora las habilidades sociales
Favorece la comunicación entre los actores de la comunidad escolar
En años recientes es muy común poder observar que la violencia en las escuelas ha aumentado
considerablemente, ya que en muchas ocasiones, como hechos cotidianos, los observamos mediante la
presa escrita o en medios masivos, creando con esto alarma entre la población en general y desconcierto
entre los profesores ya que en muchas ocasiones no tienen las herramientas necesarias para abordar los
conflictos.
Para la autora Fernández (2007) existen dos tipos de agentes que intervienen en la aparición de los
conflictos en la escuela, fruto del desarrollo agresivo de los individuos; elementos exógenos a la propia
institución educativa, y elementos endógenos o de contacto directo en el centro educativo.
Entre los de primer tipo, los exógenos, se encuentran:
Contexto social. En la cual se puede observar que si la estructura social está caracterizada por la pobreza
y el desempleo, se favorece un contexto social donde se tiende con mayor frecuencia a la agresividad,
delincuencia y actitudes antisociales. Las cuáles podemos ver incrementadas con el uso de drogas o
alcohol.
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Los medios de comunicación. Existen actualmente una tendencia por parte de los medios masivos,
plataformas digitales, canales de entretenimiento o música de moda, el presentar la violencia como algo
cotidiano para el público infantil y juvenil, lo cual permite crear actitudes pasivas y permisivas violentas
hacia otros.
Las familias. Las familias son el núcleo constitutivo de la sociedad y el primer agente de aprendizaje
de los niños, ya que constituyen un reflejo de las actividades que cotidianamente se afrontan en un
núcleo social. Es por ello que durante la crianza no se deben descuidar aspectos como la agresividad,
malos tratos, castigos violentos, ausencia de cariño, control de las emociones entre otros.
Entre los agentes endógenos, podemos encontrar:
La escuela. Dentro las propias escuelas existen factores que permiten que los conflictos afloren, entre
ellos se encuentran, la falta de atención en el estudio y practica de valores, la falta o poco asertiva
comunicación entre los individuos que integran la comunidad escolar, el número excesivo de alumnos
en cada salón o grado escolar, por mencionar algunos.
Las relaciones interpersonales. Todos los individuos que integran la comunidad escolar, pueden
favorecer o perjudicar el desarrollo de los ambientes escolares. Los ambientes de aprendizaje en donde
la violencia no es factor común, permiten que el proceso de enseñanza aprendizaje se optimice y la
cultura de la paz impere.
Los rasgos personales del alumnado. Cada niño y adolescente que se encuentra en un centro educativo
cuenta con características propias, vivencias, manejo de emociones y sentimientos, que influencian a
los pares con cuales convive.
La panorámica anterior nos permite visualizar los tipos de problemáticas más comunes que se suscitan
dentro de la convivencia diaria en los centros educativos, y ante esta panorámica los maestro
comúnmente asumen posturas aprendidas y replicadas en modelos anteriores y que a su vez fueron
trasmitidas por docentes en otras épocas, las cuales no ayudan a que las situaciones mejoren. En su
mayoría, dentro de los programas de estudio de las instituciones formadoras de docentes, no existe una
asignatura en la que se muestre la correcta resolución de conflictos escolares.
Es por lo que usualmente frente al conflicto, los maestros toman las siguientes posturas, de acuerdo a
Torrego (2006) se pueden identificar tres modelos de actuación:
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Modelo Punitivo. El cual está basado en la reglamentación de normas aprobadas por el centro
educativo, las cuales al momento del incumplimiento tienen una sanción. Dentro de este modelo
Torrego (2006), nos muestra que el único individuo que interesa es el denunciante y la reparación del
daño es pocas veces objeto de la misma, ya que en ocasiones la victima puede llegar a experimentar
sentimientos de indefensión ante el agresor, al pensar que el agresor puede tomar represalias en el
futuro contra él, al considerar el castigo como una consecuencia de la denuncia y no de su conducta. En
lo que respecta a la reconciliación entre las partes, lo más probable es que se deteriore. En cuanto a la
resolución es probable que quede en estado latente debido a que en este modelo no se adentra en las
causas que ocasionan el conflicto. En este modelo no se modifican las conductas que se pretenden
corregir generando sentimientos de rechazo a la escuela y tendiendo a que el conflicto vuelva a aparecer
ya que no fue resuelto.
Modelo Relacional. Este modelo tiene como característica el atender la relación de las partes en
conflicto para mejorarla y poder resolver el conflicto. Torrego (2019) señala que las ventajas que este
modelo tiene son las siguientes: la oportunidad del encuentro, el valor de la práctica del dialogo, el
aprendizaje sobre mismo y el otro. Por lo tanto este modelo trata de dar salida al conflicto, dando
oportunidad a sus protagonistas de entenderse, hablando del problema a profundidad y llegando a
acuerdos que permitan solucionar el conflicto. Sin embargo, Torrego (2019), observa como limitación
la falta de un espacio privado y tiempo dentro del horario escolar para llevarlo a cabo. De igual forma
no se convierte en un mecanismo establecido, ya que queda a la libre practica de los profesores que de
forma aislada y sin planificación previa lo llevan a la práctica.
Modelo Integrado. Este modelo pretende integrar de acuerdo a Torrego (2019), los punto más viables
de los modelos anteriores, como primer punto establecer un reglamento en donde participe la comunidad
educativa, de igual forma introducir un sistema basado en el uso constructivo del dialogo, el cual
propicie la comunicación entre las partes, que permita visualizar el conflicto desde una perspectiva
positiva y que permita resolverlo de manera eficaz. Desde la visión del autor Torrego (2004), las
ventajas de este modelo se encuentran en su potencial de reparación del daño causado (a personas u
objetos), la reconciliación, ya que las personas distanciadas tienen la posibilidad de acercarse, reconocer
y abrirse a la cooperación y de resolución, ya que permite que elementos como las emociones y
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necesidades sean visualizados en este mecanismo. Es por todo lo anterior que este modelo permite que
los conflictos encuentren una solución, las relaciones y convivencia entre los individuos mejoren.
Hasta este punto las ideas que Torrego (2004) marca a través de los modelos son muy claras y acertadas
sin embargo Lozano (2018), nos propone crear un cuarto modelo al que él denomina Modelos de
Transición ya que como el establece actualmente la variedad de conformación de las escuelas y de los
actores de las comunidades educativas, en muchas ocasiones no comparten los mismo intereses, valores.
Y cotidianamente nos encontramos con el dilema de si la escuela es un centro educativo o una de
enseñanza, tal como lo reflejan Lozano (2019):
“El debate sobre si la escuela está para educar o para enseñar, lejos de estar superado
está cada día más candente, y aunque cada vez son más los que creen en la función
educadora por ser más global e incorporar también la mera transmisión de
conocimientos, aun son muchos los que ponen el acento en esta. Por parte de las familias,
nos encontramos con aquellas que asumen la responsabilidad de educar a sus hijos y
piensan en la escuela como un complemento necesario a su labor educadora, pero, por
otro lado, también hay familias que bien porque no pueden, bien porque no saben, bien
porque se encuentran superadas delegan en la escuela la responsabilidad de educar a sus
hijos e hijas. También nos encontramos con aquellas familias que están convencidas de
estar educando a sus hijos de manera correcta aduciendo valores de tipo cultural, aunque
dichos valores chocan frontalmente con los que se pretenden inculcar en la escuela; en
estos casos, estaríamos ante conflictos de tipo intercultural. En el otro lado, cuando nos
acercamos al profesorado, nos encontramos con profesores y profesoras que entienden
que el alumnado debe venir educado de las familias y que su misión consiste, básica y
prioritariamente, en transmitir los conocimientos y contenidos que marcan los currículos
oficiales para la obtención de los títulos académicos pertinentes, frente a aquellos que
entienden que su función va más allá de la mera transmisión de conocimientos, y que estos
deben ser enmarcados en un sistema más global como es educar en valores y actitudes
antes, que no únicamente, que en contenidos. Y en medio de todas estas consideraciones
y debates se encuentran los niños y niñas de este país, que se verán «educados» (algo
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crucial para su futuro) de un modo u otro, en función de la familia o profesor/a que le haya
tocado en suerte.”
Es por anterior que los propios autores señalan la necesidad del Modelo de Transición, partiendo de la
integración de los modelos punitivo y relacional.
Modelo de Transición. Este modelo pretende que las escuelas, a través de la detección de la necesidad
por parte de sus directivos, permitan la creación de espacios y tiempos que fomenten la gestión de la
convivencia y la comunicación. De igual forma pretende que dentro del grupo de maestros se integren
de forma voluntaria quienes deseen participar en esta práctica. Sería pues, un modelo que transita hacia
el modelo integrado de Torrego como modelo ideal, pero que se encuentra más anclado en la realidad
actual de los centros educativos. Lozano (2019).
Y es precisamente este último modelo donde la mediación educativa puede insertarse como un
mecanismo que permita fomentar la cultura de la paz, crear ambientes educativos donde impere el
dialogo asertivo, la solidaridad, la democracia y la comprensión.
Se pretende que sean las propias escuelas quienes a través del fomento a la cultura para la paz, permitan
la inserción de la mediación escolar, creando tal como Lozano establece una integración voluntaria.
Siendo el punto de partida los trabajos de contextualización y ejes problemáticos, ya detectados en cada
centro educativo. La nueva escuela mexicana, a través de los consejos técnicos realizados durante el
ciclo escolar 2022 2023, ha realizado un esfuerzo en conjunto para poder realizar una
contextualización de las particularidades de su centro educativo, así como sus ejes problemáticos, lo
cual es un gran avance para la implementación de mejoras, las cuales pueden impactar positivamente
en los diversos ambientes escolares.
La implementación de un programa de mediación escolar en las escuelas a través del diseño de la nueva
escuela mexicana tendría que ser gradual e implementarse por fases, las cuales a modo de propuestas
pueden ser las siguientes:
Fase 1. Contextualización y Co diseño. Los docentes de educación básica han trabajado en el taller
intensivo de formación continua para docentes del 3 al 6 de enero de 2023, la redacción de la
contextualización de sus escuelas, a través de la construcción y selección de situaciones problema,
reflexión y diseño de abordarlos, definición de estrategias didácticas de cada escuela. Por lo que tiene
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una contextualización ya realizada y un listado de situaciones problema que derivan del análisis
particular de cada escuela, la cual puede servir como punto de partida para detectar problemáticas como
la violencia verbal y física, la falta de solución de conflictos de forma adecuada, problemas de
comunicación entre pares, por mencionar algunos, los cual permitiría que comenzaran a trabajar con la
introducción de la cultura de la paz.
Fase 2. Creación de un reglamento escolar. El cual sea realizado por todos los actores escolares de la
comunidad educativa, padres de familia, docentes y alumnos, y que su redacción permita a través de los
valores e ideas que enmarcan la cultura de la paz, generar una línea de conducta que permita transitar a
ambientes donde impere la solidaridad, democracia, respeto y tolerancia y donde la resolución de
conflictos sea de forma pacífica.
Fase 3. Trabajar los materiales didácticos para la Cultura de la Paz. Ya que actualmente existen
material didáctico como libros y ficheros, realizados y distribuidos por la SEP, que abordan de manera
didáctica y amplia esta temática y se convierten así en un mecanismo ideal y establecido para insertar
la semilla de todo lo que la cultura de paz conlleva, permitiendo así general el camino para transitar
hacia un programa de mediación educativa.
Fase 4. Introducir la mediación escolar como mecanismo pacifico de solución de conflictos
escolares. Una vez que la semilla de la cultura de paz se ha sembrado, podemos comenzar a ver la
necesidad de visualizar los conflictos como algo a partir de los que podemos crecer, como algo que
podemos superar y que permite que se dé una resolución de forma adecuada y con un aprendizaje para
los actores que integran la comunidad escolar, es en este momento que se introduce la mediación escolar
como ese mecanismo que permite llevar a la práctica habilidades de comunicación, generar empatía,
solidaridad y auto reconocimiento para resolver los conflictos que se susciten dentro de las escuelas
pero que repercuten de forma social. Sin embargo para que la mediación escolar pueda ser introducida
se deben dar los elementos:
Contar con un espacio en donde se pueda llevar a cabo la mediación, el cual debe ser diferente a un
aula cotidiana de clase, ya que se debe identificar este espacio como un lugar donde exista una
comunicación y se entable un dialogo.
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Establecer un horario de atención que se encuentre comprendido dentro de la jornada escolar para
que se de atención a la problemáticas de forma pronta.
Que se cuente con un grupo de padres de familia y maestros que se integren como mediadores para
que puedan dar la pauta de llevar a cabo las prácticas de mediación.
CONCLUSIONES
La modificación curricular en educación básica a través de la creación y puesta en práctica de la Nueva
Escuela Mexicana nos permite crear un escenario ideal en donde a través de la cultura de la paz podemos
sumergirnos y crear espacio y tiempos para la adecuada gestión del conflicto en ambientes escolares.
De forma generalizada podemos establecer que la mediación es considerada el mecanismo por
excelencia para la resolución de conflictos a nivel mundial y en esta ocasión podemos afirmar que la
mediación escolar es el mecanismo idóneo que permite no solo la solución de la conflictividad sino
también el aprendizaje como comunidad educativa.
El trabajo como colectivo en actividades como la detección de las principales problemáticas que aquejan
a los centros educativos así como la realización y puesta en práctica de un reglamento escolar en donde
sean partícipes los miembros de la comunidad escolar afianzan y permiten insertar la idea de una
comunidad pacífica. Ya que a través de su implementación y con el consenso de todos los actores de la
comunidad educativa permite la activación de valores comunes como la inclusión, democracia,
solidaridad, respeto y su vez la generación y aprendizaje de habilidades como el dialogo asertivo, la
resolución de conflictos, dando como resultado la apropiación de un sentido de vida pacifica no solo en
los contextos educativos sino también en los ambientes en donde los integrantes de la comunidad escolar
tengan injerencia.
Finalmente y aunado a la inserción de la mediación como mecanismo pacificador en el Marco de la
Nueva Escuela Mexicana, todo lo anterior permite estar en sintonía con los objetivos de desarrollo
sostenible para la Agenda 2030 de la Asamblea General de la ONU.
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