APRENDIZAJE ACTIVO Y
EDUCACIÓN AMBIENTAL: FORMANDO AGENTES
DE CAMBIO PARA UN FUTURO SOSTENIBLE
ENVIRONMENTAL EDUCATION THROUGH ACTIVE
LEARNING WITH THIRD GRADE CHILDREN AT HOWARD
GARDNER SCHOOL IN VALLEDUPAR CESAR
Ana Cristina Castillo Calderón
Investigador independiente, Ecuador
Jaime Efrén Chillogallo Ordóñez
Investigador independiente, Ecuador
pág. 12195
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.13409
Aprendizaje Activo y Educación Ambiental: Formando Agentes de Cambio
para un Futuro Sostenible
Lina Patricia Rodriguez Becerra
1
linarodriguez@unicesar.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-2063-6498
Universidad Popular del Cesar
Colombia
Yercelis María Romero Moreno
yercelisromero@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-9247-4424
Universidad Popular del Cesar
Colombia
Luis Carlos Bermúdez Quintero
abadmakario@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9275-9046
Universidad Popular del Cesar
Colombia
Luis Ángel Reales Mendoza
lareales@unicesar.edu.co
https://orcid.org/0009-0006-3093-2791
Universidad Popular del Cesar
Colombia
RESUMEN
Este artículo de reflexión explora la integración de los fundamentos del aprendizaje activo en la
educación ambiental, centrándose en la teoría de Paulo Freire. A partir del análisis de un conjunto
específico de fuentes relevantes, se examina cómo este enfoque pedagógico puede promover la
participación activa de los estudiantes en la comprensión crítica de los problemas ambientales y en la
búsqueda de soluciones transformadoras. El estudio revela dos hallazgos principales: primero, que la
combinación del aprendizaje activo con la educación ambiental ofrece un marco metodológico eficaz
para desarrollar la conciencia crítica y la responsabilidad ambiental en los estudiantes; segundo, que
esta fusión facilita la preparación de las futuras generaciones para enfrentar los desafíos ambientales,
económicos y sociales del siglo XXI, mediante un enfoque educativo que prioriza la reflexión crítica,
el diálogo y la acción hacia la sostenibilidad.
Palabras clave: educación ambiental, aprendizaje activo, enfoque pedagógico, sostenibilidad ambiental
1
Autor principal
Correspondencia: linarodriguez@unicesar.edu.co
pág. 12196
Environmental Education through Active Learning with Third Grade
Children at Howard Gardner School in Valledupar-Cesar
ABSTRACT
This reflection article explores the integration of active learning principles into environmental
education, focusing specifically on Paulo Freire's theory. Through the analysis of a select set of relevant
sources, the study examines how this pedagogical approach can promote active student participation in
critically understanding environmental issues and seeking transformative solutions. The study reveals
two key findings: first, the combination of active learning and environmental education provides an
effective methodological framework for developing critical awareness and environmental responsibility
among students; second, this fusion facilitates the preparation of future generations to face the
environmental, economic, and social challenges of the 21st century through an educational approach
that prioritizes critical reflection, dialogue, and action toward sustainability..
Keywords: active learning, environmental education, pedagogical approach, environmental
sustainability
Artículo recibido 10 agosto 2024
Aceptado para publicación: 15 septiembre 2024
pág. 12197
INTRODUCCIÓN
La educación ambiental se presenta como una herramienta crucial en la formación de ciudadanos
comprometidos con la sostenibilidad, en un mundo donde los desafíos ambientales se han intensificado
a niveles sin precedentes. La necesidad de un enfoque educativo que no solo informe, sino que también
inspire acción, es más apremiante que nunca. En este contexto, la integración del aprendizaje activo,
respaldada por las teorías de Paulo Freire y Jean Piaget, ofrece una perspectiva pedagógica innovadora
y efectiva para empoderar a los estudiantes.
El aprendizaje activo, que se centra en la participación directa y significativa de los estudiantes en su
proceso educativo, se combina con la educación ambiental para crear un entorno donde el conocimiento
no solo se adquiere, sino que se aplica de manera crítica y práctica. La teoría de Freire, que promueve
la educación como un proceso de liberación y transformación social, complementa este enfoque al
enfatizar la importancia del diálogo, la reflexión crítica y la acción transformadora en la educación
ambiental.
Este artículo reflexivo tiene como objetivo examinar cómo la fusión de estos enfoques teóricos puede
contribuir a formar ciudadanos que no solo comprendan los problemas ambientales, sino que también
estén equipados para enfrentarlos de manera efectiva. Se analizarán tanto las fortalezas como los
desafíos de implementar el aprendizaje activo en la educación ambiental, destacando su potencial para
desarrollar habilidades críticas en los estudiantes, como el pensamiento analítico, la colaboración y la
creatividad.
Sin embargo, a pesar del potencial transformador de esta integración, su implementación exitosa
enfrenta varios obstáculos, entre los que se encuentran la resistencia institucional y la necesidad de una
capacitación adecuada para los educadores. Este artículo explora críticamente estas barreras y propone
estrategias para superarlas, subrayando la importancia de un compromiso real por parte de todos los
actores educativos.
En un contexto global donde la educación para la sostenibilidad es más urgente que nunca, este artículo
pretende ofrecer una reflexión profunda sobre la integración del aprendizaje activo en la educación
ambiental, argumentando que este enfoque es esencial para preparar a las generaciones futuras para
enfrentar los complejos desafíos del siglo XXI.
pág. 12198
Con esto, se busca no solo fomentar la adquisición de conocimientos, sino también capacitar a los
estudiantes para que se conviertan en agentes de cambio comprometidos con la sostenibilidad y la
justicia social.
METODOLOGIA
La metodología empleada en este artículo se fundamenta en un enfoque cualitativo profundo, diseñado
específicamente para explorar la integración del aprendizaje activo en la educación ambiental, un tema
que ha ganado una creciente importancia en el panorama educativo contemporáneo. Este enfoque
metodológico se basa principalmente en una revisión crítica y exhaustiva de la literatura existente, con
el objetivo de comprender cómo las teorías de aprendizaje activo y educación ambiental se han
desarrollado, aplicado e integrado en diferentes contextos.
La revisión de la literatura se centra en las teorías pedagógicas de figuras clave como Paulo Freire y
Jean Piaget, cuyas ideas han moldeado significativamente los conceptos fundamentales del aprendizaje
activo y la educación ambiental. La teoría de Freire, especialmente en lo que respecta a la Educación
Ambiental, ofrece un marco que promueve el diálogo y la reflexión crítica como herramientas para el
empoderamiento de los estudiantes, permitiéndoles no solo adquirir conocimientos, sino también
aplicar estos conocimientos en acciones que buscan transformar su entorno social y ambiental. Esta
perspectiva es crucial para entender cómo la educación puede funcionar como un agente de cambio en
la sociedad.
Por otro lado, la teoría del aprendizaje activo de Jean Piaget, basada en principios constructivistas,
subraya la importancia de que los estudiantes sean participantes activos en su proceso de aprendizaje,
fomentando la exploración, la experimentación y la reflexión crítica. Este enfoque no solo permite una
comprensión más profunda y duradera de los contenidos educativos, sino que también desarrolla
habilidades cognitivas, sociales y emocionales que son esenciales en la formación de ciudadanos
comprometidos con la sostenibilidad ambiental.
Durante la revisión de la literatura, se abordan estudios que han explorado la efectividad del aprendizaje
activo en diversos contextos educativos, destacando la relación directa entre este enfoque pedagógico
y la mejora del rendimiento académico, así como la retención del conocimiento a largo plazo.
pág. 12199
Se presta especial atención a investigaciones que han evaluado la aplicabilidad de las teorías de Piaget
y Freire en la educación ambiental, proporcionando un marco teórico robusto que respalda la
importancia de integrar estos enfoques en los currículos educativos.
Además, se identifican y discuten los desafíos inherentes a la implementación del aprendizaje activo en
la educación ambiental, tales como la resistencia institucional, la necesidad de formación continua para
los docentes y la falta de recursos adecuados. Reconocer estos obstáculos es fundamental para proponer
soluciones viables que puedan ser adoptadas por las instituciones educativas, asegurando así que las
metodologías de aprendizaje activo no solo se implementen, sino que también se mantengan y
evolucionen con el tiempo.
La metodología de este artículo no se limita únicamente a la revisión de la literatura, sino que también
se profundiza en la sistematización de los hallazgos teóricos y conceptuales para articular una base
sólida que guíe la reflexión crítica. En esta segunda parte, el enfoque metodológico se expande para
examinar en detalle cómo se ha aplicado el aprendizaje activo dentro del marco de la educación
ambiental, utilizando ejemplos extraídos de estudios empíricos y análisis teóricos que refuerzan la
conexión entre teoría y práctica.
La literatura revisada se organiza en varias categorías clave, cada una de las cuales aborda un aspecto
crucial del aprendizaje activo y su relación con la educación ambiental, estas categorías incluyen:
La participación activa de los estudiantes: Aquí se exploran estudios que destacan cómo el aprendizaje
activo fomenta un rol más dinámico de los estudiantes en su proceso educativo. Este enfoque
metodológico se centra en cómo los estudiantes, cuando participan activamente, no solo asimilan mejor
el conocimiento, sino que también desarrollan habilidades de pensamiento crítico y solución de
problemas. Se analiza cómo esta participación activa es esencial para abordar problemas ambientales
complejos, ya que requiere que los estudiantes apliquen sus conocimientos en contextos del mundo real,
lo que a su vez fortalece su compromiso con la sostenibilidad.
La construcción del conocimiento a través de la interacción con el entorno: En esta sección, se revisan
estudios que se centran en cómo la interacción directa con el entorno natural puede facilitar un
aprendizaje más profundo.
pág. 12200
La literatura sugiere que cuando los estudiantes están involucrados en experiencias de aprendizaje que
los conectan directamente con el medio ambiente, su comprensión de los conceptos ambientales se
vuelve más rica y significativa. Esto no solo refuerza la teoría de Piaget sobre el aprendizaje
constructivista, sino que también pone de relieve la importancia de la educación ambiental como un
medio para desarrollar una conciencia ecológica activa.
El papel del docente como facilitador: La metodología también considera el rol fundamental que
desempeñan los docentes en la implementación del aprendizaje activo. La literatura revisada ofrece una
visión crítica sobre cómo los educadores pueden fomentar un ambiente de aprendizaje colaborativo y
cómo su capacidad para guiar y apoyar a los estudiantes es crucial para el éxito de este enfoque
pedagógico. Se enfatiza la necesidad de formación continua para los docentes, destacando cómo su
desarrollo profesional puede ser clave para superar barreras como la resistencia institucional y la falta
de recursos.
Innovación pedagógica y adaptación contextual: Esta categoría se centra en cómo los principios del
aprendizaje activo y la educación ambiental pueden ser adaptados e innovados según el contexto
educativo. Se examinan estudios que muestran cómo diferentes instituciones han adaptado estas teorías
a sus necesidades específicas, lo que ha permitido una implementación exitosa en entornos diversos,
desde escuelas rurales hasta urbanas. La metodología considera cómo estas adaptaciones pueden ofrecer
modelos replicables para otras instituciones que buscan integrar el aprendizaje activo en sus currículos
de educación ambiental.
La metodología, por tanto, no solo se limita a describir la integración teórica del aprendizaje activo en
la educación ambiental, sino que también propone una estructuración sistemática de las evidencias
recogidas de la literatura. Esto permite una reflexión más profunda y matizada, proporcionando un
marco que facilita la comprensión de cómo las teorías de Freire y Piaget pueden ser aplicadas de manera
efectiva en el contexto educativo contemporáneo.
Además de esto, se profundiza en el análisis de las implicaciones de la integración del aprendizaje activo
en la educación ambiental, considerando tanto los beneficios como los desafíos identificados a través
de la revisión exhaustiva de la literatura.
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Esta sección se centra en cómo las instituciones educativas pueden abordar estos desafíos y optimizar
la implementación de este enfoque pedagógico en sus contextos específicos.
1. Desafíos en la Implementación del Aprendizaje Activo y la Educación Ambiental
A lo largo de la literatura revisada, se identifican varios desafíos comunes en la implementación del
aprendizaje activo dentro del marco de la educación ambiental. Entre ellos, destacan la resistencia
institucional, la falta de formación docente adecuada, y la carencia de recursos necesarios para llevar a
cabo actividades pedagógicas que requieren un enfoque más dinámico e interactivo. La metodología
aborda estos obstáculos proponiendo estrategias concretas para superarlos, basándose en estudios que
han documentado casos de éxito y fracaso en diferentes entornos educativos.
La resistencia institucional, por ejemplo, se aborda a través de la promoción de una cultura institucional
que valore y apoye el aprendizaje activo como un componente central de la educación. Esto implica no
solo la sensibilización y capacitación de los directivos y educadores, sino también la creación de
políticas internas que favorezcan este enfoque. La literatura sugiere que un liderazgo educativo
comprometido es crucial para facilitar este cambio cultural.
2. Propuestas para la Superación de Desafíos
Para superar la falta de formación docente, la metodología propone la implementación de programas de
desarrollo profesional continuos y personalizados. Estos programas deben estar diseñados para
proporcionar a los educadores las habilidades y conocimientos necesarios para aplicar efectivamente el
aprendizaje activo en sus aulas, adaptando los métodos a las realidades específicas de sus estudiantes y
del entorno escolar.
3. Optimización de Recursos Disponibles
En cuanto a la carencia de recursos, se revisan estudios que proponen soluciones innovadoras para
optimizar el uso de los recursos disponibles. Entre estas soluciones se incluye la adaptación de
actividades de aprendizaje activo que no requieran grandes inversiones, como proyectos comunitarios
que involucren a los estudiantes en la resolución de problemas ambientales locales con los recursos
naturales y materiales reciclados disponibles.
4. Reflexión Crítica y Evaluación Continua
La última sección de la metodología enfatiza la importancia de la reflexión crítica y la evaluación
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continua en el proceso de implementación del aprendizaje activo en la educación ambiental. La
literatura destaca la necesidad de que tanto docentes como estudiantes participen en procesos de
evaluación que no solo midan el rendimiento académico, sino que también valoren el desarrollo de
habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración.
Conclusión de la Metodología
En conjunto, esta tercera parte de la metodología refuerza la importancia de un enfoque sistemático y
adaptativo para la implementación del aprendizaje activo en la educación ambiental. Al abordar los
desafíos identificados en la literatura y proponer soluciones prácticas, se proporciona un marco
metodológico robusto que puede ser adoptado y adaptado por instituciones educativas interesadas en
desarrollar una educación más participativa, crítica y comprometida con la sostenibilidad ambiental.
Este enfoque no solo es crucial para la formación de ciudadanos conscientes y responsables, sino que
también contribuye significativamente a la transformación social necesaria para enfrentar los retos
ambientales del siglo XXI.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Activando Mentes Verdes: El Poder Transformador del Aprendizaje Activo en la Educación
Ambiental
La teoría del aprendizaje activo, basada en el constructivismo de Jean Piaget, ha sido ampliamente
reconocida como un enfoque pedagógico efectivo que promueve una participación activa de los
estudiantes en su propio proceso de aprendizaje. Piaget (1973) postuló que el aprendizaje es un proceso
constructivo que se basa en la experiencia y la interacción con el entorno, donde los estudiantes son los
protagonistas de su propia adquisición de conocimiento. Esta perspectiva enfatiza que el aprendizaje
debe ser activo, participativo, colaborativo y orientado hacia la resolución de problemas reales.
En el contexto de la educación ambiental, la teoría del aprendizaje activo ha demostrado ser
especialmente relevante. Hmelo-Silver (2004) investigó el aprendizaje basado en problemas y encontró
que la resolución de problemas reales fomenta un aprendizaje más significativo y duradero en los
estudiantes. Además, Prince (2004) revisó la literatura científica sobre el aprendizaje activo y concluyó
que este enfoque pedagógico es efectivo para mejorar el rendimiento académico y la retención del
conocimiento en diversos entornos educativos.
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La guía y el apoyo del docente son aspectos fundamentales en la implementación del aprendizaje activo;
Hmelo-Silver, Duncan y Chinn (2007) destacaron la importancia del rol del docente como facilitador
del aprendizaje activo, proporcionando orientación y apoyo a los estudiantes durante el proceso de
aprendizaje. Freeman y McKenzie (2019) llevaron a cabo una revisión exhaustiva de la literatura sobre
el aprendizaje activo en la educación superior y encontraron evidencia sólida de su efectividad para
mejorar el rendimiento académico en estudiantes universitarios.
Además, la efectividad del aprendizaje activo se ha extendido a entornos en línea. Lee y Choi (2021)
exploraron la implementación del aprendizaje activo en cursos en línea sincrónicos y encontraron
resultados prometedores en términos de mejora del rendimiento académico y la participación de los
estudiantes, especialmente en el contexto actual de la pandemia de COVID-19.
La investigación sobre el aprendizaje activo ha evolucionado con el tiempo para adaptarse a las
tendencias educativas actuales y los cambios en la sociedad. Dennen y Bonk (2020) analizaron la
evolución de las ciencias del aprendizaje y destacaron el papel fundamental del aprendizaje activo en
la educación contemporánea. Este enfoque pedagógico sigue siendo relevante y efectivo en la
promoción de un aprendizaje significativo y duradero en los estudiantes de todos los niveles educativos.
Transformando la Educación: Integración del Aprendizaje Activo en la Educación Ambiental
La teoría de Paulo Freire sobre la educación ambiental resalta la necesidad de un enfoque educativo que
vaya más allá de la simple transferencia de conocimientos, proponiendo un proceso continuo de diálogo
y reflexión crítica que permita a los estudiantes comprender las problemáticas ambientales y desarrollar
la capacidad de intervenir activamente en su resolución (Freire, 2014). Freire enfatiza que la educación
ambiental debe ser vista como una herramienta para la transformación social, donde los estudiantes, a
través de un proceso liberador, se conviertan en agentes de cambio comprometidos con la sostenibilidad
y el bienestar colectivo (Freire, 2000). Este enfoque educativo plantea varios principios fundamentales,
como la educación como un proceso de liberación, el fomento de la reflexión crítica, el diálogo
permanente, la construcción conjunta del conocimiento y la contextualización del aprendizaje en
situaciones reales y significativas (Freire, 2018).
Integrar el aprendizaje activo con la educación ambiental no solo fortalece estos principios, sino que
también ofrece un marco holístico y participativo que es esencial para abordar los complejos desafíos
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del mundo actual. Desde la perspectiva del aprendizaje activo, los estudiantes son impulsados a
participar activamente en su propio proceso educativo, lo cual no solo promueve el descubrimiento y la
construcción del conocimiento, sino que también fomenta habilidades críticas como la resolución de
problemas y la toma de decisiones en contextos reales (Freeman et al., 2014). Esta participación activa
permite que los estudiantes internalicen el conocimiento de manera más profunda, al vincular lo
aprendido con acciones concretas y significativas en su entorno inmediato (Prince, 2004).
En la educación ambiental, el aprendizaje activo se traduce en la aplicación práctica de conceptos en
situaciones del mundo real. Este enfoque implica que los estudiantes no solo adquieren conocimientos
teóricos, sino que también participan en proyectos prácticos, campañas de sensibilización y actividades
que abordan problemas ambientales locales, como la conservación de recursos naturales, la gestión de
residuos y la promoción de prácticas sostenibles (Hmelo-Silver et al., 2007). Estas actividades no solo
contribuyen a la formación de ciudadanos conscientes y responsables, sino que también refuerzan el
aprendizaje al involucrar a los estudiantes en la resolución de problemas ambientales reales, lo que
resulta en un aprendizaje más significativo y duradero (Ormrod, 2019).
Considerando la teoría del aprendizaje activo de Jean Piaget y la educación ambiental de Paulo Freire,
es posible identificar varios conceptos clave que pueden ser utilizados en la investigación y la práctica
educativa. Piaget sostiene que el aprendizaje es un proceso constructivo en el que los estudiantes
desarrollan conocimientos y habilidades a través de la interacción con su entorno y la reflexión crítica
sobre sus experiencias (Piaget, 1973). Esta idea es fundamental en la educación ambiental, donde la
comprensión de los problemas ecológicos se construye a partir de la observación directa, la
experimentación y el análisis crítico de las situaciones ambientales (Freeman et al., 2014).
El enfoque pedagógico del aprendizaje activo se centra en la participación activa de los estudiantes,
promoviendo no solo la adquisición de conocimientos, sino también la capacidad de aplicarlos en
contextos reales, resolver problemas complejos y reflexionar sobre sus aprendizajes (Freeman et al.,
2014). En este sentido, la evaluación se convierte en un proceso integral de recopilación y análisis de
información que permite medir no solo la comprensión y las habilidades adquiridas, sino también el
impacto de las intervenciones educativas en la formación de ciudadanos comprometidos con la
sostenibilidad (Suskie, 2018).
pág. 12205
La metodología en la educación ambiental, por lo tanto, debe ser flexible y adaptativa, capaz de integrar
diferentes enfoques y técnicas que permitan una comprensión profunda y aplicada del entorno. Esto
incluye la utilización de métodos mixtos que combinan el análisis cualitativo y cuantitativo para obtener
una visión completa de cómo los estudiantes interactúan con los contenidos ambientales y cómo estas
interacciones afectan su desarrollo como individuos y ciudadanos responsables (Creswell & Creswell,
2017).
Además, el meta-análisis, como herramienta de investigación, ofrece la posibilidad de sintetizar datos
de múltiples estudios, proporcionando conclusiones más sólidas y fundamentadas sobre la efectividad
del aprendizaje activo en la educación ambiental (Van der Meijden & Kirschner, 2020). Esta técnica es
especialmente útil para identificar patrones y tendencias en la educación ambiental, permitiendo a los
investigadores y educadores desarrollar estrategias más efectivas y basadas en la evidencia.
En definitiva, la integración del aprendizaje activo en la educación ambiental no solo enriquece la
experiencia educativa, sino que también prepara a las futuras generaciones para enfrentar los complejos
desafíos ambientales, económicos y sociales del siglo XXI. A través de un enfoque educativo que
promueve la reflexión crítica, el diálogo y la acción, se sientan las bases para una ciudadanía activa y
comprometida con la sostenibilidad, garantizando que los estudiantes no solo comprendan los
problemas ambientales, sino que también se conviertan en agentes de cambio capaces de proponer y
ejecutar soluciones innovadoras y sostenibles.
Argumentación Fundamentada
Partiendo de la sólida evidencia empírica y teórica, se sostiene que la integración del aprendizaje activo
en la educación ambiental no solo es deseable, sino necesaria para catalizar el desarrollo de habilidades
fundamentales en los estudiantes. Entre estas habilidades destacan el pensamiento crítico, la resolución
de problemas y el trabajo en equipo, competencias esenciales para enfrentar los complejos desafíos
ambientales que caracterizan el siglo XXI.
El aprendizaje activo, fundamentado en las teorías de Piaget y Freire, fomenta un entorno educativo
donde los estudiantes no son receptores pasivos de información, sino participantes activos en la
construcción de su propio conocimiento. Este enfoque promueve la reflexión crítica, permitiendo a los
estudiantes cuestionar, analizar y sintetizar información de manera más profunda, lo que resulta en una
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comprensión más robusta de los problemas ambientales y sus posibles soluciones (Freeman et al., 2014;
Hmelo-Silver et al., 2007).
Además, el aprendizaje activo facilita la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos,
vinculando el aprendizaje con la acción. Este aspecto es crucial en la educación ambiental, ya que
permite a los estudiantes no solo entender los problemas ecogicos, sino también involucrarse
directamente en su resolución. Al participar en proyectos comunitarios, campañas de sensibilización y
actividades de conservación, los estudiantes desarrollan un sentido de responsabilidad y compromiso
con su entorno, transformándose en agentes de cambio dentro de sus comunidades (Ormrod, 2019;
Prince, 2004).
La integración de este enfoque en la educación ambiental también fortalece la capacidad de los
estudiantes para trabajar en equipo, una habilidad crucial en la resolución de problemas complejos que
requieren la colaboración de múltiples actores. El trabajo en equipo, promovido a través de actividades
de aprendizaje activo, permite a los estudiantes aprender unos de otros, compartir perspectivas y
desarrollar soluciones innovadoras a los desafíos ambientales que enfrentan (Hmelo-Silver, 2004).
Además, vincular el aprendizaje con la acción concreta en las comunidades no solo refuerza el
conocimiento, sino que también contribuye a la sostenibilidad del entorno educativo, creando una
cultura de aprendizaje continuo y compromiso con la realidad circundante. Esto no solo tiene un
impacto positivo en los estudiantes, sino también en las comunidades, que se benefician de las
iniciativas lideradas por estos jóvenes más conscientes y comprometidos.
Por último, al aplicar un enfoque metodológico basado en el aprendizaje activo, se promueve una
educación más inclusiva y equitativa, que no solo atiende las necesidades cognitivas de los estudiantes,
sino que también fomenta su desarrollo social y emocional, preparando a ciudadanos comprometidos
con el cambio social y ambiental. Este enfoque, por lo tanto, no solo transforma el proceso de
enseñanza-aprendizaje, sino que también sienta las bases para un futuro más sostenible y equitativo.
En por este motivo que, la argumentación aquí expuesta subraya la necesidad de adoptar un enfoque
pedagógico que integre el aprendizaje activo en la educación ambiental, fortaleciendo así la capacidad
de los estudiantes para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, y promoviendo una educación
que esté íntimamente vinculada con la acción transformadora en sus comunidades.
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CONCLUSIONES
Las conclusiones que se derivan de este artículo de reflexión subrayan la relevancia crítica y la
potencialidad transformadora de integrar los fundamentos del aprendizaje activo en la educación
ambiental. Este enfoque pedagógico no solo se alinea con las necesidades educativas contemporáneas,
sino que también responde de manera efectiva a los desafíos ambientales y sociales que enfrenta la
sociedad global.
En primer lugar, el aprendizaje activo se destaca por su capacidad para involucrar a los estudiantes de
manera profunda y significativa en su propio proceso de aprendizaje. Al promover una participación
activa, este enfoque facilita la construcción del conocimiento a través de la reflexión, la resolución de
problemas y la aplicación práctica de conceptos, elementos que son esenciales para la formación de
individuos capaces de enfrentar situaciones complejas y en constante cambio. Esta metodología, cuando
se aplica en el contexto de la educación ambiental, no solo permite a los estudiantes adquirir
conocimientos teóricos, sino que los empodera para que actúen como agentes de cambio en sus
comunidades, enfrentando problemas ambientales con soluciones innovadoras y colaborativas.
Asimismo, la teoría de la educación ambiental de Paulo Freire aporta un marco teórico indispensable,
enfatizando la necesidad de una conciencia crítica y una acción transformadora. Freire argumenta que
la educación debe ir más allá de la mera transmisión de información; debe convertirse en un proceso de
liberación que capacite a los estudiantes para cuestionar las estructuras existentes y trabajar activamente
para mejorar su entorno. En este sentido, la integración del aprendizaje activo con la educación
ambiental fomenta un entorno educativo donde la reflexión crítica y el diálogo son fundamentales, lo
que lleva a los estudiantes a no solo entender los problemas ambientales, sino a involucrarse
activamente en su resolución.
Sin embargo, la implementación de este enfoque en la práctica educativa no está exenta de desafíos. La
resistencia institucional, la falta de formación adecuada para los docentes y la carencia de recursos son
obstáculos significativos que deben ser superados para que este enfoque pedagógico alcance su máximo
potencial. A pesar de estos desafíos, la evidencia empírica y teórica sugiere que los beneficios superan
con creces las dificultades, ofreciendo una oportunidad única para transformar la educación ambiental
en una herramienta poderosa para el cambio social y ambiental.
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Es crucial que los educadores, las instituciones educativas y los formuladores de políticas reconozcan
la importancia de este enfoque y se comprometan a proporcionar los recursos, la capacitación y el apoyo
necesarios para su implementación exitosa. Solo a través de un compromiso real y sostenido podremos
transformar la educación ambiental en una fuerza efectiva para la sostenibilidad y la justicia social.
Finalmente, aunque el artículo ha abordado de manera exhaustiva los beneficios y desafíos de integrar
el aprendizaje activo en la educación ambiental, quedan interrogantes pendientes que merecen atención
en futuras investigaciones. ¿Cómo pueden las políticas educativas adaptarse para facilitar la
implementación de estas metodologías a gran escala? ¿Qué estrategias específicas pueden emplearse
para superar la resistencia institucional y garantizar que los docentes estén adecuadamente capacitados?
Estas son preguntas cruciales que, al ser abordadas, pueden ampliar y fortalecer el impacto de la
educación ambiental, garantizando que las futuras generaciones estén equipadas para enfrentar y
superar los desafíos ambientales del siglo XXI. La investigación continua en estos temas es no solo
deseable, sino necesaria para avanzar en la construcción de un futuro más sostenible y equitativo.
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