pág. 2962
y confianza en sí mismas; Se relacionan con la pareja desde la libertad, no desde la necesidad;
Respetan el espacio del otro, es decir, disfruta el tiempo en pareja y también el tiempo solo; no
siente preocupación por ser dejado.
Las relaciones o necesidades de apego son variadas, pero siempre están presentes y se diferencian en la
vida de cada persona llegando a manifestarse de diferente manera según las experiencias y vivencias
que se llegan a tener con los cuidadores o personas significativas como lo indica Feeney en 2002 que
nos habla sobre los Modelos Operativos Internos (MOI), que se dan por las experiencias, y Marrone en
2001 que concuerda que los MOI son “representaciones o esquemas que un individuo tiene de sí mismo
y los otros” lo cual puede afectar en el comportamiento que se demuestra.
Hoy en día existen demasiados estudios sobre el apego seguro y la capacidad de afrontar hechos
estresantes o pérdidas. En el mundo hay pérdidas, separaciones, muertes o las personas cercanas solo se
alejan y otros factores que afectan. Para lo cual Cicchetti en sus artículos de 2002 y 2010 habla sobre
cómo estos factores psicosociales tienen consecuencias importantes en el apego de la primera infancia,
afirmando que los niños se adaptan a variadas situaciones, pero esto no quiere decir que ciertas
circunstancias sean favorables y que las relaciones de cercanía no dejen consecuencias duraderas que se
pueden manifestar a largo plazo en su salud mental y física (en este caso actitudes y comportamiento).
Rodríguez de Medina Quevedo (2013) nos dice que el sentirse querido, deseado, mimado, preocupado
por otro ser, no sólo es una función básica social, sino que representa una gran cuestión existencial en
nuestras vidas. Sin embargo, el deseo a veces se transforma en una sensación demasiada dolorosa,
apática y destructiva, transformando una acción racional y positiva en una emanación de sentimientos
negativos y patología.
Podemos evidenciar estos sentimientos mediante las diferentes actitudes que vamos tomando con
nuestro entorno y personas cercanas, debido a que es una necesidad social el sentir la aprobación de los
demás para poder saber que comportamiento adoptar.
La mayoría de autores (Bornstein, 1992; Schore, 1994; Castello, 2000; Goleman, 2006; Bornstein, 2011)
asocian la dependencia emocional a la sobreprotección de los padres, lo cual ocurre en cualquier
contexto social, cultural y coyuntural. Se podría decir que el autoritarismo por parte de los cuidadores
se vincula con la generación de dependencias en los niños, adolescentes y adultos. Si en los primeros