IMPLEMENTACIÓN DE ESCENARIOS CLÍNICOS
COMPLEJOS MEDIANTE SIMULACIÓN CLÍNICA EN LA
FORMACIÓN DE RESIDENTES DE PEDIATRÍA EN UN
HOSPITAL UNIVERSITARIO EN MÉXICO
IMPLEMENTACIÓN DE ESCENARIOS CLÍNICOS COMPLEJOS
MEDIANTE SIMULACIÓN CLÍNICA EN LA FORMACIÓN DE
RESIDENTES DE PEDIATRÍA EN UN HOSPITAL
UNIVERSITARIOEN MÉXICO
Leydi Guadalupe Soancatl Rodríguez
Universidad Autónoma de Puebla, México
Esteban Porras Aguilar
Universidad Autónoma de Puebla, México
Diana Guadalupe Soancatl Rodríguez
Universidad Autónoma de Puebla, México
Rubén Cholula Alarid
Universidad Autónoma de Puebla, México
Aquilino Márquez Toledo
Universidad Autónoma de Puebla, México
Flor Lucía Morales Morales
Universidad Autónoma de Puebla, México
Samuel Margarito Lozano Camacho
Hospital para el Niño Poblano, México
Yaneth Martínez Tovilla
Universidad Autónoma de Puebla, México
pág. 3647
DOI:
Implementación de Escenarios Clínicos Complejos Mediante Simulación
Clínica en la Formación de Residentes de Pediatría en un Hospital
Universitario en México
Leydi Guadalupe Soancatl Rodríguez1
leydisoancatl@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-8050-0798
Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla
México
Esteban Porras Aguilar
porras.est98@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-8124-2214
Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla
México
Diana Guadalupe Soancatl Rodríguez
diana.soancatl@alumno.buap.mx
https://orcid.org/0009-0005-7402-1706
Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla
México
Rubén Cholula Alarid
rubencholulaalarid@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-3739-0241
Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla
México
Aquilino Márquez Toledo
amarquez0312@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-4538-6625
Hospital Universitario de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
México
Flor Lucía Morales Morales
flormorales885@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6085-5121
Hospital Universitario de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
México
Samuel Margarito Lozano Camacho
samylozano@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-8434-0165
Hospital para el Niño Poblano
México
Yaneth Martínez Tovilla
yaneth_tovilla@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6840-5838
Hospital para el Niño Poblano
Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad
Autonóma de Puebla
México
1
Autor principal
Correspondencia: yaneth_tovilla@hotmail.com
pág. 3648
RESUMEN
La educación médica basada en simulación clínica, una estrategia de aprendizaje experiencial que se ha
consolidado en la última década como un componente integral de diversos programas de especialización
en Pediatría. Metodología: se realizó un estudio cualitativo, no experimental, prospectivo y descriptivo,
evaluando a cinco residentes de Pediatría a través de siete escenarios clínicos complejos. Se utilizaron
listas de cotejo específicas y grupos focales centrados en el debriefing con buen juicio para evaluar el
desempeño y recoger datos cualitativos. Resultados: los residentes demostraron competencias
procedimentales moderadas a altas, con medias entre el 40% y el 80%. Sin embargo, se identificaron
deficiencias en comunicación efectiva y liderazgo, con un cumplimiento del 0% en estas áreas. Todos
los residentes alcanzaron la competencia de reflexión al final de cada escenario. Discusión: aunque se
observó un buen desempeño en habilidades procedimentales, las deficiencias en comunicación y
liderazgo subrayan la necesidad de una educación específica en estas áreas. El debriefing con buen
juicio fue clave para la reflexión y el aprendizaje continuo, permitiendo identificar áreas de mejora.
Conclusión: la simulación clínica es eficaz en la formación de residentes, pero se necesita un enfoque
más amplio que integre el desarrollo de habilidades no técnicas y el manejo emocional en el currículo
de formación médica en el posgrado.
Palabras clave: simulación clínica, pediatría, educación, debriefing
pág. 3649
Implementation of Complex Clinical Scenarios through Clinical Simulation
in the Training of Pediatric Residents in a University Hospital in Mexico.
ABSTRACT
Introducción: medical education based on clinical simulation, an experiential learning strategy, has
solidified over the past decade as an integral component of various pediatric specialization programs.
Methodology: a qualitative, non-experimental, prospective, and descriptive study was conducted,
evaluating five pediatric residents through seven complex clinical scenarios. Specific checklists and
focus groups centered on debriefing were used to assess performance and collect qualitative data.
Results: the residents demonstrated moderate to high procedural competencies, with averages ranging
from 40% to 80%. However, deficiencies were identified in effective communication and leadership,
with a 0% compliance in these areas. All residents achieved the competency of reflection at the end of
each scenario. Discussion: although good performance was observed in procedural skills, the
deficiencies in communication and leadership highlight the need for specific education in these areas.
Debriefing was key for reflection and continuous learning, allowing the identification of areas for
improvement. Conclusion: clinical simulation is effective in resident training, but a broader approach
that integrates the development of non-technical skills and emotional management is needed in the
medical training curriculum.
Keywords: clinical simulation, pediatrics, education, debriefing
Artículo recibido 08 agosto 2024
Aceptado para publicación: 10 setiembre 2024
pág. 3650
INTRODUCCIÓN
La educación médica basada en simulación clínica es una estrategia de aprendizaje experiencial que
utiliza simulaciones para recrear situaciones clínicas reales en un entorno controlado. Esta estrategia
permite a los estudiantes mejorar tanto sus habilidades técnicas como no técnicas, al interactuar con
otros estudiantes y recibir retroalimentación correctiva del simulador o de sus mentores (Spadea et al.,
2021). A medida que el sistema de salud se vuelve más complejo y las tecnologías avanzan, es esencial
que la formación médica vaya más allá del aprendizaje por observación. El enfoque en la seguridad del
paciente resalta la necesidad de que los estudiantes realicen y evalúen sus habilidades clínicas en un
entorno específico, especialmente en áreas donde los errores pueden comprometer la vida de un paciente
o tener graves repercusiones para su salud. La simulación clínica ha ganado popularidad en la educación
médica por ofrecer oportunidades estructuradas y accesibles bajo demanda, permitiendo a los
estudiantes enfrentar escenarios clínicos en un entorno controlado, lo que contribuye a cerrar brechas
significativas en su formación (O'Leary, 2024; Hepps et al., 2019; Sandeva et al., 2019).
En la última década numerosos programas de residencia pediátrica han adoptado la simulación clínica
como una estraegia docente clave, integrándola en áreas críticas como la reanimación, el manejo de
trauma, el desarrollo de habilidades procedimentales, y el entrenamiento en manejo de crisis y trabajo
en equipo (Ojha et al., 2015). Esta integración es fundamental, ya que en muchos entornos de atención
médica el personal de salud carece de la experiencia necesaria para manejar de manera efectiva a
pacientes pediátricos en estado crítico, lo que dificulta el desarrollo de la confianza y competencia
indispensables para brindarles una atención adecuada (Saqe-Rockoff et al., 2019). En 2019, los
pacientes pediátricos representaron solo el 5.9% de todos los traslados realizados por servicios médicos
de emergencia (EMS) en los Estados Unidos, y menos del 1% de estos traslados requirió intervenciones
críticas como el manejo avanzado de la vía aérea o la reanimación cardiopulmonar (RCP) (Farrell et al.,
2022). Además, un estudio en Estados Unidos reveló que los médicos de urgencias recién graduados
participan en un promedio de solo 19 reanimaciones pediátricas, en comparación con 107 en adultos
(McGovern & D'Amore, 2017). Esta falta de exposición a procedimientos críticos puede afectar la
retención de habilidades y, en última instancia, la calidad de la atención al paciente pediátrio (Jeffers &
Poling, 2019).
pág. 3651
Diversas investigaciones han demostrado la efectividad de la simulación clínica en el desarrollo de
habilidades clínicas, el aumento de la confianza, la mejora en la comunicación y la toma de decisiones
en el ámbito de la Pediatría. Un estudio que evaluó un plan de estudios de simulación clínica en cuidados
críticos pediátricos para servicios médicos de emergencia encontró que la implementación del programa
fue exitoso y tuvo un impacto positivo en la capacitación de los proveedores de atención médica de
emergencia en el cuidado crítico pediátrico. Los resultados revelaron mejoras significativas en el
conocimiento, las habilidades clínicas y la confianza de los participantes una vez que completaron el
programa de simulación (Farrell et al., 2022). Maleknia et al. (2023) desarrollaron un currículo con
talleres mensuales de simulación clínica enfocados en 17 procedimientos pediátricos. Tras dos años, el
porcentaje de graduados satisfechos con estos procedimientos aumentó del 50% al 66%, y aquellos con
baja confianza disminuyeron del 40% al 22%, mostrando una correlación positiva entre la asistencia a
los talleres y la confianza en los procedimientos. En el artículo de Sandeva et al. (2019), se evaluó la
efectividad de la capacitación mediante simulación clínica en Obstetricia y Ginecología, Pediatría y
Medicina de emergencia, los resultados obtenidos evidencian mejoras en la adquisición de habilidades
técnicas, el manejo de situaciones clínicas y la toma de decisiones. Según O'Leary (2024), los
programas de educación basada en simulación clínica han demostrado mejorar diversos resultados en
Neonatología, como la reducción de la encefalopatía hipóxico-isquémica, las lesiones del plexo
braquial, las tasas de parálisis cerebral en edad escolar, la mortalidad en las primeras 24 horas, y el
aumento de las tasas de intubación exitosa en el primer intento. Además, la educación basada en
simulación clínica puede mejorar tareas no técnicas como el trabajo en equipo, el liderazgo y la
comunicación dentro del equipo, así como con los pacientes y sus cuidadores. Estos hallazgos subrayan
la utilidad de esta estrategia docente como una herramienta pedagógica clave en el ámbito médico,
particularmente en Pediatría.
El presente estudio tiene como objetivo evaluar la efectividad de la implementación de escenarios
clínicos complejos mediante simulación clínica en la formación de residentes de Pediatría en un hospital
universitario en México, destacando los beneficios de esta dentro de la formación médica especializada
para médicos residentes.
pág. 3652
METODOLOGÍA
Se llevo a cabo un estudio cualitativo, no experimental, prospectivo y descriptivo, empleando un
enfoque no probabilístico con un grupo de 13 residentes de la especialidad en Pediatría, de los cuales
se seleccionó una muestra de 5 residentes de segundo año de dicha especialidad mediante una técnica
de muestreo discrecional e intencional (conveniente).
Los escenarios clínicos complejos evaluados fueron los siguientes:
1. Colocación de acceso intraóseo.
2. Paciente politraumatizado con choque hipovolémico hemorrágico.
3. Paciente con paro cardíaco secundario a insuficiencia respiratoria.
4. Abordaje del paciente pediátrico quemado.
5. Reanimación neonatal en el recién nacido de término sin complicacione.s
6. Reanimación neonatal en el recién nacido pretérmino.
7. Código azul en Urgencias Pediátricas.
Para la evaluación del desempeño de dichos residentes se utilizaron listas de cotejo específicas para
cada escenario clínico, que permitieron una evaluación detallada de habilidades procedimentales y
comportamientos observables. Además, se empleó un grupo focal centrado en el debriefing con buen
juicio, con el fin de recolectar datos cualitativos sobre las experiencias y percepciones de los residentes
durante los escenarios simulados.
Proceso de Simulación.
Los escenarios clínicos se llevaron a cabo de manera bimestral desde agosto de 2023 hasta julio de 2024
en el Hospital de Habilidades de la Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla (BUAP).
Una semana antes de cada simulación, se proporcionaba a los residentes el caso clínico correspondiente,
permitiéndoles familiarizarse con el contexto y los objetivos del escenario. Durante la fase de pre-
briefing, los residentes identificaron el equipo necesario, distribuyeron tareas y se prepararon para
actuar según el escenario, verificando datos sobre los ntomas principales y el historial médico del
paciente simulado. Las simulaciones clínicas duraron entre 20 y 30 minutos, supervisadas por tres
profesores integrantes del programa académico de Pediatría del Hospital Uniuiversitario de Puebla.
pág. 3653
Después de cada simulación clínica, se realizó un debriefing estructurado con duración de 40 minutos,
donde los residentes reflexionaron sobre su desempeño integral y recibieron retroalimentación
constructiva.
Análisis de resultados
El análisis de datos se realizó mediante métodos cualitativos descriptivos. Las listas de cotejo
proporcionaron datos estructurados que fueron analizados utilizando estadística descriptiva para
identificar patrones de desempeño. Los resultados de cada escenario se presentaron como promedios de
cumplimiento en competencias procedimentales, que incluyen tanto conocimientos teóricos como
habilidades prácticas. Para cada escenario, los ítems relacionados con conocimientos teóricos y
habilidades prácticas fueron evaluados individualmente y luego promediados para obtener una media
general de competencias clínicas integrales. Este enfoque permitió una evaluación comprensiva del
desempeño integral de los residentes en cada escenario clínico complejo. El grupo focal, facilitado por
un moderador, permitió explorar las percepciones de los residentes sobre sus experiencias en los
escenarios, centrándose en aspectos emocionales, desempeño y aprendizaje. Los datos cualitativos
obtenidos se analizaron de manera descriptiva para identificar temas recurrentes y percepciones
significativas.
RESULTADOS
El estudio evaluó el desempeño integral de cinco residentes de segundo año de la especialidad médica
de Pediatría del Hospital Universitario de Puebla en siete escenarios clínicos complejos utilizando listas
de cotejo y grupos focales. Los resultados generales de las competencias procedimentales se resumen
en la Tabla 1. El análisis de las entrevistas de grupo focal indicó que los residentes experimentaron altos
niveles de e estrés, miedo y angustia, lo que impactó negativamente su desempeño integral durante los
escenarios (Tabla 2). Además, se identificó una falta de liderazgo efectivo y de coordinación dentro de
los equipos, ya que ninguno de los residentes asumió un rol claro de liderazgo. A continuación, se
presentan los resultados resumidos de cada escenario:
1. Colocación de acceso intraóseo:
Los residentes mostraron un bajo rendimiento en el conocimiento teórico relacionado con los accesos
vasculares intraóseos, con un promedio de cumplimiento del 20%. Sin embargo, en las habilidades
pág. 3654
procedimentales, como la sujeción de la rodilla y la inserción del catéter, el cumplimiento fue del 60%
en la mayoría de los ítems. Esto resultó en una media general de competencia clínica integral del 40%.
2. Paciente politraumatizado con choque hipovolémico hemorrágico:
Cuatro de los cinco residentes (80%) enunciaron adecuadamente la teoría de las manifestaciones
clínicas del paciente pediátrico politraumatizado con choque hipovolémico. Tres de los cinco residentes
(60%) cumplieron con los ítems relacionados con la evaluación y manejo inicial del paciente. La media
general de competencia clínica integral fue del 70%.
3. Paciente con paro cardíaco secundario a insuficiencia respiratoria:
Los residentes lograron un 80% en conocimiento teórico sobre la parada cardíaca secundaria a
insuficiencia respiratoria. Las habilidades prácticas, como la reanimación cardiopulmonar y
desfibrilación, fueron cumplidas en un 60%. La media general de competencia clínica integral fue del
70%.
4. Abordaje del paciente pediátrico quemado:
El desempeño en este escenario fue moderado, con un 50% de cumplimiento en conocimientos teóricos
sobre clasificación y manejo de quemaduras, y un 60% en habilidades procedimentales. La media
general de competencia clínica integral fue del 50%.
5. Reanimación neonatal en el recién nacido de término sin complicaciones:
Este escenario mostró un alto nivel de cumplimiento, con un 80% en conocimiento teórico y un 80%
en habilidades procedimentales, resultando en una media de competencia clínica integral del 80%.
6. Reanimación neonatal en el recién nacido pretérmino:
Los residentes cumplieron un 80% en conocimientos teóricos y un 60% en habilidades procedimentales
en este escenario, con una media de competencia clínica integral del 70%.
7. Código azul en Urgencias Pediátricas:
Los resultados fueron consistentes con otros escenarios críticos, con un 80% en conocimiento teórico y
un 60% en habilidades procedimentales, resultando en una media de competencia clínica integral del
70%.
En todos los escenarios evaluados, los residentes demostraron competencias procedimentales
moderadas a altas, con medias que oscilan entre el 40% y el 80%. Sin embargo, se evidenciaron
pág. 3655
deficiencias significativas en las competencias de comunicación efectiva y liderazgo, con un
cumplimiento del 0% en todas las evaluaciones. A pesar de estas limitaciones, todos los residentes
alcanzaron la competencia de reflexión al final de cada escenario, lo que sugiere que las sesiones de
debriefing con buen juicio fueron efectivas para promover el aprendizaje continuo, permitieron a los
residentes de segundo año del programa académico de la especialidad en Pediatría reflexionar sobre su
desempeño, recibir retroalimentación constructiva e identificar áreas de oportunidad de mejora.
DISCUSIÓN
El presente estudio evaluó la efectividad de la simulación clínica en la formación de residentes de
Pediatría en un hospital universitario en México. Los resultados mostraron que los residentes
presentaron competencias procedimentales moderadas a altas en los siete escenarios clínicos evaluados,
con medias que oscilan entre el 40% y el 80%. Sin embargo, se identificaron deficiencias significativas
en las áreas de comunicación efectiva y liderazgo, con un cumplimiento del 0% en todas las
evaluaciones de estas competencias. Las habilidades no técnicas, como el liderazgo, son fundamentales
en el manejo de pacientes pediátricos gravemente enfermos, pero no se adquieren de manera pasiva
durante la residencia, lo que puede requerir una educación específica (Ojha et al., 2015). Esta necesidad
de formación adicional podría estar relacionada con la limitada exposición de los residentes del
programa académico de Pediatría a escenarios de alta presión, como se ha señalado en estudios previos
que indican la baja frecuencia de intervenciones críticas en pacientes pediátricos (Farrell et al., 2022).
La revisión de la literatura muestra que la capacitación en simulación clínica puede promover el trabajo
en equipo al mejorar habilidades no procedimentales como el liderazgo y la comunicación, aspectos
que son fundamentales en la atención pediátrica para mejorar el rendimiento del equipo y prevenir
errores médicos. Dado que los sesgos en la comunicación pueden afectar negativamente la toma de
decisiones del equipo, es crucial que la comunicación óptima se enseñe y practique con la misma
rigurosidad que la gestión de condiciones médicas complejas (Sandeva et al., 2019; Kosoko et al.,
2023). Kosoko et al. (2023) realizaron un estudio donde el 97% de los residentes señaló que la
simulación clínica fue útil y que mejoraría su desempeño clínico; lo cual coincide con lo expresado por
los residentes de Pediatría participamntes de este estudio. Los participantes aprendieron de los estilos
de comunicación de sus colegas y reflexionaron sobre sus propios métodos de comunicación. Un estudio
pág. 3656
que incluyó a pediatras en formación y enfermeras mostró que vendar los ojos a los líderes de equipo
mejoró las habilidades de liderazgo en simulaciones de reanimación pediátrica, sin aumentar el estrés
del líder del equipo o de los miembros del equipo (Buyck et al., 2019). Lindhard et al. (2021) realizaron
una revisión sistemática sobre el entrenamiento de equipos en reanimación neonatal basado en
simulación clínica, en la cual se encontraron mejoras autoevaluadas en el conocimiento sobre
reanimación neonatal, autoeficacia, comunicación, liderazgo, confianza y habilidades técnicas. Mejorar
estas habilidades no procedimentales puede conducir a mejores resultados en la adquisición de
competencias procedimentales, el manejo de situaciones clínicas y la toma de decisiones.
El debriefing con buen juicio es un componente esencial en la simulación clínica. Este proceso, guiado
por un mediador, permite a los estudiantes revisar y analizar su desempeño en esta , identificando tanto
aciertos como errores en sus decisiones. A través de preguntas, primero se exploran las emociones del
estudiante para luego centrarse en su desempeño integral y en el trabajo en equipo, lo que facilita la
formulación de lecciones aprendidas basadas en la reflexión sobre la práctica (Valencia Castro et al.,
2019). Además, el debriefing con buen juicio promueve el intercambio de modelos mentales y fomenta
el razonamiento detrás del juicio clínico, lo que, según la teoría del aprendizaje experiencial, conduce
a la formación de conceptos abstractos y generalizaciones que pueden ser aplicados en futuras
situaciones, generando nuevas experiencias concretas (Abulebda et al., 2023). En una revisión de diez
ensayos controlados aleatorios que evaluaron diferentes métodos de debriefing, se observó una mejora
estadísticamente significativa en el rendimiento de habilidades técnicas y no técnicas, como la
evaluación de signos vitales, habilidades psicomotoras, reanimación cardiopulmonar, gestión de tareas,
trabajo en equipo y conciencia situacional, independientemente del método de debriefing utilizado.
Cabe destacar que solo un estudio informó mejoras consistentes al utilizar la reproducción de video
durante el debriefing con buen juicio, y en dos estudios los efectos positivos del debriefing se
mantuvieron incluso meses después de las experiencias de simulación iniciales (Levett-Jones & Lapkin,
2014). En nuestro estudio todos los residentes lograron la competencia de reflexión al final de cada
escenario, lo que sugiere que las sesiones de debriefing con buen juicio fueron efectivas en la promoción
del aprendizaje continuo. Estas sesiones les permitieron recibir retroalimentación constructiva,
pág. 3657
identificar áreas de mejora y, en última instancia, contribuir de manera significativa a su desarrollo
profesional y a su preparación para enfrentar futuras situaciones clínicas.
Al igual que con cualquier forma de evaluación, las simulaciones clínicas pueden generar estrés y
ansiedad en los estudiantes, factores psicológicos que pueden influir directamente en el desempeño
clínico. Altos niveles de ansiedad pueden dificultar la capacidad para realizar tratamientos, aumentar la
probabilidad de cometer errores y afectar negativamente el éxito en la práctica clínica. Aunque la
confianza no impacta directamente el desempeño integral, lo hace indirectamente a través de la
ansiedad; una baja confianza incrementa la ansiedad, lo que dificulta que los estudiantes actúen
adecuadamente en situaciones críticas (Yu et al., 2021; Stein, 2020). En nuestro estudio, se reportaron
emociones como estrés, miedo y angustia durante los escenarios clínicos, lo que probablemente influyó
negativamente en el desempeño integral de los residentes de segundo año del programa académico de
la especialidad en Pediatría. Esto resalta la importancia de preparar a los residentes no solo en
habilidades técnicas, sino también en el manejo emocional para enfrentar situaciones clínicas
desafiantes de manera efectiva (Saqe-Rockoff et al., 2019). En un estudio realizado con estudiantes de
Medicina, se observó que, tras participar en una simulación clínica, los estudiantes experimentaron una
reducción significativa en la ansiedad y un aumento en la confianza. Además, aquellos que ya tenían
experiencia previa en simulaciones mostraron menores niveles de ansiedad y mayor confianza antes de
una segunda simulación, en comparación con aquellos sin experiencia previa (Yu et al., 2021).
Las limitaciones de este estudio incluyen el pequeño tamaño de la muestra, con solo cinco residente de
segundo año evaluados, lo que podría restringir la generalización de los resultados. Además, el estudio
se realizó en un solo hospital universitario en México, lo que podría limitar la aplicabilidad de los
hallazgos a otros entornos clínicos.
Adicionalmente, la simulación clínica no puede replicar completamente la complejidad de las
situaciones reales, lo que podría afectar la transferencia de habilidades a la práctica diaria. Finalmente,
no se evaluó el impacto a largo plazo de la formación en simulación sobre el desempeño clínico, lo que
sugiere la necesidad de estudios adicionales.
pág. 3658
ILUSTRACIONES, TABLAS, FIGURAS.
Tabla 1:
Resumen de Competencias Teóricas, Procedimentales y Clínicas Integrales por Escenario Clínico
Escenario
Conocimiento
Teórico
Competencias
procedimentales
Colocación de acceso intraóseo
20%
60%
Paciente politraumatizado con
choque hipovolémico
hemorrágico
80%
60%
Paciente con paro cardíaco
secundario a insuficiencia
respiratoria
80%
60%
Abordaje del paciente
pediátrico quemado
40%
60%
Reanimación neonatal en el
recién nacido de término sin
complicaciones
80%
80%
Reanimación neonatal en el
recién nacido pretérmino
80%
60%
Código azul en Urgencias
Pediátricas
80%
60%
Tabla 2: Resumen de Respuestas del Grupo Focal
Residente
Emociones/Sentimientos
Experimentados
Desempeño y Mejoras Propuestas
Competencia
de Reflexión
1
Estrés, miedo
Falta de liderazgo, mejorar la
comunicación con el equipo
Lograda
2
Estrés, miedo, angustia
Necesita mejorar el trabajo en
equipo y liderazgo
Lograda
3
Angustia, miedo
Mejorar la comunicación y liderazgo
Lograda
4
Miedo, angustia
Necesita más liderazgo y mejor
comunicación
Lograda
5
Estrés, angustia
Mejorar la comunicación y ejercer
mayor liderazgo
Lograda
pág. 3659
CONCLUSIONES
A lo largo de los siete escenarios clínicos complejos evaluados, los residentes de segundo año del
programa académico de la especialidad de Pediatría demostraron competencias procedimentales
moderadas a altas. Sin embargo, se identificaron deficiencias significativas en áreas críticas como la
comunicación efectiva y el liderazgo. Estas habilidades bkandas son esenciales en el manejo de
pacientes pediátricos gravemente enfermos y requieren una educación específica para ser desarrolladas
plenamente durante la formación académica de la residencia.
A través del debriefing con buen juicio los residentes mencionados valoraron la simulación clínica como
una oportunidad para aprender de los errores en un entorno seguro, sin riesgos reales para los pacientes.
Se identificaron áreas que requieren atención adicional, como la formación en habilidades de liderazgo
y comunicación, así como el apoyo emocional y el manejo del estrés. Para maximizar los beneficios
de la simulación clínica, es fundamental integrar esta estrategia docente de manera más amplia y
consistente en el currículo de formación médica desde el pregrado, posgrado y educación médica
continua. Además, es esencial que los profesores de la citada especialidad proporcionen instrucciones
claras y específicas antes de los escenarios de simulación clínica para minimizar el estrés y la ansiedad
de los residentes y mejorar su capacidad de liderazgo y comunicación en situaciones de alta presión.
Esto contribuirá significativamente a la mejora del desempeño integral de los residentes en situaciones
reales y, en última instancia, a la calidad y seguridad del paciente en la atención médica que brindan.
La implementación de simulaciones clínicas permite a los residentes de diversos programas académicos
enfrentar situaciones complejas en un ambiente controlado, lo que facilita la adquisición de habilidades
críticas y la reflexión sobre su desempeño. La combinación de prácticas simuladas con sesiones de
debriefing estructuradas asegura un aprendizaje integral, significativo y continuo, potenciando así la
preparación de los residentes para la práctica clínica efectiva y segura.
pág. 3660
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