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actual sobre la gestión de pacientes que requieren ventilación mecánica, sino también proponer
directrices prácticas para mejorar la atención y los resultados para estos pacientes en entornos críticos.
La insuficiencia respiratoria se refiere a una condición en la cual los pulmones no pueden llevar a cabo
adecuadamente el intercambio de gases necesario para mantener niveles normales de oxígeno y dióxido
de carbono en la sangre. Puede ser aguda o crónica, y puede surgir de diversas causas, como
enfermedades pulmonares, problemas neuromusculares, trauma o condiciones sistémicas graves.
Existen dos tipos principales de insuficiencia respiratoria:
1. Insuficiencia respiratoria tipo I (hipoxémica): Se caracteriza por una baja presión parcial de
oxígeno en sangre arterial (PaO2), con una presión parcial normal o baja de dióxido de carbono
(PaCO2). Esto puede ser causado por enfermedades que afectan directamente el intercambio
gaseoso en los pulmones, como neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en
etapas avanzadas, embolia pulmonar, entre otras.
2. Insuficiencia respiratoria tipo II (hipercápnica): Se caracteriza por una elevada presión parcial
de dióxido de carbono en sangre arterial (PaCO2), con una presión parcial normal o baja de oxígeno
(PaO2). Esto ocurre típicamente en enfermedades que afectan la capacidad del sistema respiratorio
para eliminar el dióxido de carbono, como en la EPOC grave, enfermedades neuromusculares que
afectan la función de los músculos respiratorios (por ejemplo, distrofia muscular), o en situaciones
de debilidad muscular severa.
El tratamiento de la insuficiencia respiratoria depende de la causa subyacente y puede incluir desde el
uso de oxígeno suplementario, ventilación mecánica no invasiva hasta ventilación mecánica invasiva
en casos graves. El manejo también puede incluir tratamientos dirigidos a la enfermedad subyacente y
medidas de soporte para mantener la función pulmonar y la oxigenación adecuada.
Detallo cómo se pueden aplicar estas necesidades específicamente en pacientes adultos con ventilación
mecánica invasiva en la unidad de cuidados intensivos:
▪ Respirar normalmente
▪ Monitorización continua de la función respiratoria, incluyendo la oxigenación y ventilación.
▪ Asegurar la adecuada sincronización paciente-ventilador.
▪ Mantener la permeabilidad de las vías aéreas.