LA EVALUACIÓN: UNA OPORTUNIDAD PARA
FACILITAR EL APRENDIZAJE
EVALUATION: AN OPPORTUNITY TO FACILITATE
LEARNING
Bella Narcisa Troya Santillán
Universidad Estatal de Milagro
Carlos Mauricio Troya Santillán
Universidad Estatal de Milagro
Rosaly Guamán Santillán
Ministerio de Educación del Ecuador
Hover Patricio Boza Aspiazu
Ministerio de Educación del Ecuador
Danny Maribel Arzube Plaza
Ministerio de Educación del Ecuador
Alba Nacarith Nivela Cedeño
Ministerio de Educación del Ecuador
Augusto Paolo Bernal Párraga
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE
pág. 7019
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14121
La evaluación: una oportunidad para facilitar el aprendizaje
Bella Narcisa Troya Santillán1
btroyas@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-1396-7064
Universidad Estatal de Milagro
Carlos Mauricio Troya Santillán
ctroyas@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0005-6020-9660
Universidad Estatal de Milagro
Rosaly Guamán Santillán
https://orcid.org/0000-0002-6546-4776
Ministerio de Educación del Ecuador
Hover Patricio Boza Aspiazu
hover.boza@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0000-1484-7534
Ministerio de Educación del Ecuador
Danny Maribel Arzube Plaza
danny.arzube@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0002-1135-2063
Ministerio de Educación del Ecuador
Alba Nacarith Nivela Cedeño
alba.nivela@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0005-8204-5767
Ministerio de Educación del Ecuador
Augusto Paolo Bernal Párraga
abernal2009@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-0289-8427
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE,
Quito, Ecuador
RESUMEN
La evaluación es una práctica común y constante en los procesos educativos, la interdependencia y
complementariedad que existe entre enseñanza y evaluación insta a que la evaluación ocurra de forma
permanente durante la intervención didáctica facilitando la recolección y análisis de información de los
progresos, logros y dificultades que presentan los estudiantes para alcanzar los aprendizajes, los datos
recabados a través de los instrumentos de evaluación sirven al profesorado como referente de los logros
de aprendizaje y de la efectividad de la metodología empleada en el aula y como insumo para tomar
decisiones que faciliten el aprendizaje sea desde programas de refuerzo y retroalimentación académica
o desde ajustes a su programación didáctica. El objetivo de este artículo fue determinar la incidencia de
la implementación de un plan de evaluación en la adquisición de los aprendizajes de los estudiantes.
Este estudio empleó un enfoque mixto para analizar los criterios que consideran los docentes en la
evaluación para facilitar la adquisición de los aprendizajes y determinar la importancia del plan de
evaluación. Se combinó una revisión exhaustiva de la literatura con la recolección de datos primarios a
través de encuestas. Se establecieron criterios rigurosos para seleccionar la información relevante, la
cual fue analizada y sintetizada mediante métodos científicos. Los resultados reflejaron que los docentes
tienen dificultad para integrar todos los elementos correspondientes en el proceso evaluador, llegando a
la conclusión que tienen un actuar fragmentado que dificulta la adquisición y aplicabilidad de los
aprendizajes.
Palabras claves: criterios de evaluación, retroalimentación, juicios de valor, confiabilidad, validez
1
Autor Principal
Correspondencia: btroyas@unemi.edu.ec
pág. 7020
Evaluation: An Opportunity to Facilitate Learning
ABSTRACT
Evaluation is a common and constant practice in educational processes, the interdependence and
complementarity that exists between teaching and evaluation urges that evaluation occur permanently
during the didactic intervention, facilitating the collection and analysis of information on progress,
achievements and difficulties. presented by students to achieve learning, the data collected through
evaluation instruments serve teachers as a reference for learning achievements and the effectiveness of
the methodology used in the classroom and as input to make decisions that facilitate learning. either
from reinforcement and academic feedback programs or from adjustments to their didactic
programming. The objective of this article was to determine the impact of the implementation of an
evaluation plan on the acquisition of student learning. This study used a mixed approach to analyze the
criteria that teachers consider in the evaluation to facilitate the acquisition of learning and determine the
importance of the evaluation plan. An exhaustive review of the literature was combined with the
collection of primary data through surveys. Rigorous criteria were established to select relevant
information, which was analyzed and synthesized using scientific methods. The results reflected that
teachers have difficulty integrating all the corresponding elements in the evaluation process, reaching
the conclusion that they have a fragmented action that makes the acquisition and applicability of learning
difficult.
Keywords: evaluation criteria, feedback, value judgments, reliability, validity
Artículo recibido 08 septiembre 2024
Aceptado para publicación: 10 octubre 2024
pág. 7021
INTRODUCCIÓN
La evaluación se entiende actualmente como un proceso de observación permanente orientado a obtener
información suficiente sobre las dificultades, logros, y oportunidades que tienen los estudiantes para
alcanzar los aprendizajes, con la información recabada los docentes formulan juicios de valor y
establecen las recomendaciones para superar las falencias y obtener mejores resultados en sus
aprendizajes, teniéndola incluso como referencia de la calidad de los procesos de enseñanza. “La
calificación no es un tema relevante del saber de la evaluación, pues el interés central de la evaluación
educativa del aprendizaje es mejorar el proceso educativo en base a información sistematizada
(Sandoval Rubilar, Maldonado-Fuentes, & Tapia-Ladino, 2022).
En la misma línea de pensamiento Muñoz-Moreno & Lluch, 2021, señalan que la evaluación se precisa
para analizar la realidad, describirla, comprenderla, ordenarla, valorarla y mejorarla. Enlaza con la
consecución de información, el planteamiento de juicios de valor y la mejora de procesos y resultados”
(pág. 39). En ese sentido, el docente está en el deber permanente de establecer acciones que le permita
detectar a tiempo los posibles problemas de aprendizaje, eso implica estar alerta al desempeño de sus
estudiantes en todas las actividades propuestas, proveerles retroalimentación y apoyo, registrar las
novedades presentadas e incluirlas en los informes académicos y de ser necesario analizar la pertinencia
y funcionalidad de la metodología empleada para considerar la reconfiguración de la práctica docente.
En consonancia a esta visión integral de la evaluación como una herramienta de mejora, la autoridad
educativa del Ecuador materializa su admisión a esta ideología educativa a través de los lineamientos
normativos y técnicos que regulan la forma de llevar a efecto la evaluación de los aprendizajes, sin
embargo, permanecen las críticas al profesorado por su tendencia a mantener vigente una concepción
reduccionista de la evaluación, es decir en las escuelas se evalúa estrictamente para medir, calificar,
comparar y/o aprobar recriminando las individualidades en relación a la formas y ritmos para aprender,
se censura el error recreando un modelo donde el adquirir los aprendizaje es un privilegio de la minoría,
esta inclinación se debe posiblemente a que los docentes llevan impregnados en sus memorias un modelo
cuantitativo en la cual evaluar es equivalente a calificar y los números determinaban el saber de una
persona, es decir, se daba más importancia a la evaluación sumativa que a la de proceso o formativa; y
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esos modelos, como que son difíciles de romper o cambiar, generando incertidumbre en ellos (Cruzado,
2022, pág. 151).
El objetivo del presente artículo es determinar la incidencia que tiene la implementación de un plan de
evaluación en la adquisición de los aprendizajes de los estudiantes, para ello se recabainformación
sobre los aspectos que consideran los docentes al momento de evaluar, considerando los más relevantes,
como lo son: concepción teórica, criterios e indicadores de evaluación, formulación de juicios de valor,
procesos de retroalimentación, autorregulación y metacognición, configuración de la práctica docente,
resultados de aprendizaje.
La evaluación, al ser utilizada como una herramienta formativa, se transforma en una oportunidad
fundamental para potenciar el proceso de aprendizaje. Las metodologías innovadoras, como la
gamificación, han probado su eficacia al incorporar elementos de evaluación de forma lúdica y
motivadora en el proceso de enseñanza. De acuerdo con (Bernal Párraga et al., 2024), la gamificación
no solamente contribuye a la comprensión de conceptos matemáticos, sino que también estimula la
participación activa de los estudiantes y favorece el desarrollo de habilidades cognitivas mediante
desafíos y retroalimentación instantánea. Este enfoque se alinea con la premisa de que la evaluación
debe ir más allá de su función convencional de medición y pasar a ser un impulsor del aprendizaje
constante. La inclusión de elementos de evaluación en actividades interactivas y participativas facilita
la retroalimentación continua a los estudiantes, lo cual les brinda la oportunidad de adaptar sus
estrategias de aprendizaje y mejorar su desempeño académico. En este contexto, la evaluación se
concibe como un proceso dinámico que va más allá de ser simplemente un juicio final, ya que tiene
como objetivo impulsar el progreso académico y el desarrollo integral del estudiante.
La evaluación al servicio del aprendizaje
Está vigente la concepción de evaluación para el aprendizaje, la misma recalca que las actividades
propuestas en el proceso de enseñanza aprendizaje deben brindar a los docentes una radiografía de las
dificultades y posibilidades que tienen los estudiantes para alcanzar los aprendizajes, para que a partir
de esa información se desarrollen y replanteen las estrategias afines a los estilos, ritmos, intereses y
contextos de los educandos. Obtener información objetiva sobre la evolución académica de cada
estudiante, precisa proponer actividades evaluativas desafiantes que permitan identificar los niveles de
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desempeños alcanzados por ellos en un periodo académico, el análisis y sistematización de las
evidencias recabadas permiten juzgar los avances, logros o deficiencias de los planes de estudios, en
lo general, y del proceso enseñanza aprendizaje, en lo particular, a fin de fundamentar la toma de
decisiones para reencausar y mejorar el proceso mismo (Morales, Hershberger, & Acosta, 2020, pág.
47).
Sin lugar a duda este cometido no es fácil se necesita estructurar, planificar, organizar e implementar un
plan de evaluación congruente con el paradigma constructivista, un plan que considere los objetivos, los
contenidos, los criterios e indicadores, los desempeños, la emisión de juicios de valor, la
retroalimentación, y el análisis meta reflexivo de la propia práctica docente.
Diseño del plan de evaluación
Estructurar el plan de evaluación otorga claridad sobre las acciones que, se efectúan en cada fase, evita
la improvisación y asegura la calidad de los procesos educativos, el diseño del plan de evaluación inicia
con el diagnóstico sobre la eficiencia de los procedimientos actuales y el impacto de los resultados de
aprendizajes obtenidos por la población estudiantil, este análisis deriva en la toma de decisiones sobre
los aspectos reguladores del proceso evaluativo institucional, este proceso significa un aporte para la
construcción de los conocimientos y de cambio social.
Es fundamental indicar que la evaluación tradicional no reconoce diversidad cultural, de capacidades,
estilos de aprendizaje, entre otros aspectos de los alumnos; es una evaluación homogénea. No otorga
espacio a la retroalimentación, ni oportunidades de mejora del aprendizaje (Berlanga & Juárez-
Hernández, 2021).
Instrumentos de evaluación
El enfoque constructivista considera a la evaluación como un proceso sistemático orientado a observar
las actuaciones de los estudiantes en diversas situaciones de aprendizaje con el propósito de contar con
información objetiva sobre los errores, aciertos y oportunidades, emitir juicios de valor y tomar
decisiones pertinentes para facilitar su aprendizaje. En consecuencia, “la evaluación debe ser: pertinente
y continua y necesita de técnicas e instrumentos para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje”
(Delgado & Zambrano, 2021, pág. 43).
pág. 7024
Promover y materializar una evaluación transparente, justa y significativa, implica implementar
instrumentos de evaluación que cumplan con los criterios de validez y confiabilidad, son estos criterios
los que le otorgan coherencia al proceso evaluador. Así al momento de seleccionar y diseñar los
instrumentos de evaluación, los docentes deben confirmar que los mismos están acorde a los objetivos
propuestos, al contexto educativo, a los contenidos abordados y a los niveles cognitivos de la población
evaluada.
Una vez seleccionado el instrumento de evaluación, es primordial incorporar parámetros para clarificar
los conocimientos, habilidades y actitudes que deben manifestar los estudiantes en la ejecución o
resolución de determinadas tareas formativas, de esta forma se evita obtener información subjetiva o
distorsionada sobre el grado en que se han desarrollado las competencias. Cada situación de aprendizaje
precisa de criterios formulados en diferentes escalas de complejidad con el propósito de determinar con
exactitud el nivel alcanzado por los estudiantes.
Criterios e indicadores de evaluación
De acuerdo con (Hernández, Villaroel, & Zambrano, 2020) “en la evaluación de los procesos evaluativos
del aprendizaje se necesita establecer un conjunto de aspectos que permitan sistematizar la base teórica
y delimitar con precisión aquellas cuestiones que son de interés observar, valorar y mejorar”. Evaluar
implica tomar decisiones sobre qué aspectos son necesarios corroborar si han sido registrados y
permeados en la estructura cognitiva de los estudiantes, por ello, en los instrumentos de evaluación se
deben registrar criterios e indicadores de evaluación que evidencien desempeños observables. El criterio
es general describe el tipo y grado de aprendizaje esperado mientras que el indicador es más específico
describe de forma puntual los logros de aprendizaje que los estudiantes deben alcanzar en los diferentes
subniveles de estudio, por lo tanto, de un criterio podrían derivarse varios indicadores de evaluación.
Al formular un indicador de evaluación se debe utilizar la fórmula magistral acción + contenido +
condición con la finalidad de describir claramente las acciones que al ser ejecutadas demuestren el logro
de los aprendizajes, estas acciones deben estar delimitadas a un solo aspecto y ser planteadas en
diferentes grados de complejidad con la finalidad de determinar el nivel de desempeño alcanzado por
cada estudiante.
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Juicios de valor
Proveer juicios de valor es una tarea que se apoya en la observación del desempeño de los estudiantes
en la ejecución de alguna actividad con el propósito de documentar con precisión cuáles son los niveles
de dominio alcanzados por cada uno, para el efecto se formulan indicadores de evaluación con diferentes
escalas de apreciación que permiten registrar de forma puntual el nivel de dominio en cada aspecto
evaluado. “La persona que evalúa, en su ejercicio valorativo, realiza una serie de juicios de valor a partir
de una serie de procedimientos y aplicación de instrumentos para la recolección de datos e información”
(Zúñiga & Camacho, 2022, pág. 279).
Evaluar implica ineludiblemente juzgar el valor de algo, en educación es obligatorio plantear unos
puntos de referencia que indiquen cuáles son los niveles de desempeño deseados para el grupo clase,
estos parámetros guiaran al docente a formular sus apreciaciones de forma objetiva, documentada y
fundamentada sobre el rendimiento de sus alumnos, las opiniones o juicios de valor que se emitan no
solo deben resaltar los logros o dificultades detectadas sino las recomendaciones para alcanzar mejores
resultados en sus aprendizajes.
La evaluación, por ser una actividad intencional, necesariamente debe ser organizada, sistémica y
complejizaste para que el juicio de valor que se pueda precisar sobre el grado de suficiencia y/o
insuficiencia, sobre el nivel de conocimiento, sobre el nivel de desarrollo de destrezas y habilidades de
los estudiantes dentro de una etapa del proceso y al final del mismo no quede, únicamente, en una
calificación cualitativa: apto-no apto, superior-inferior, bueno-malo…o en una calificación cuantitativa:
…7,8,9…, sino, trascienda a una interpretación de datos en contraste con determinadas referencias o
indicadores de logros deseables haciendo posible, fundamentado en una realidad concreta, emitir juicios
de valor que permitan orientar la acción educativa y tomar decisiones de mejora durante y posterior al
proceso (Zhinín, Viteri, & Ayala, 2021, pág. 278).
Retroalimentación
La retroalimentación es clave en el proceso enseñanza aprendizaje, consiste en observar el desempeño
de los estudiantes en el desarrollo de las actividades formativas a fin de detectar a tiempo las dificultades
que presentan y proveerles orientaciones hacia dónde dirigir sus esfuerzos para alcanzar los
aprendizajes. La retroalimentación siempre se apoya en los juicios de valor derivados de los aciertos o
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falencias que presentan los estudiantes en el desarrollo de una actividad, al respecto Espinoza, 2021,
indica que “la retroalimentación formativa es el proceso que se genera a partir de la información sobre
el desempeño de los estudiantes para alcanzar los objetivos de aprendizaje” (pág. 394).
En las aulas se debe privilegiar una retroalimentación positiva y dialógica, la información que se provee
a los estudiantes sobre su progreso académico será con mayor énfasis en los logros, y oportunidades que
tienen para avanzar en su formación, así podrán reflexionar sobre que necesitan aprender y cómo hacerlo
autorregulando sus estrategias de aprendizaje. Poner la evaluación a favor de los aprendizajes nos exige
despenalizar el error y privilegiar el esfuerzo, así se promueve una memoria de crecimiento que empuja
a los estudiantes a esforzarse para alcanzar su máximo potencial. La retroalimentación no solo precisa
de un discurso inspirador sino de un acompañamiento permanente que permita a los estudiantes erradicar
o disminuir sus brechas de aprendizaje y a desarrollar las habilidades necesarias para realizar sus
actividades escolares de forma autónoma, el refuerzo contribuye a que ocurra la nivelación y ellos
puedan responder a los nuevos desafíos cognitivos de su programa formativo.
La retroalimentación debe ser oportuna, personalizada y constructiva, es decir, el acompañamiento debe
ofrecerse a tiempo en función de las necesidades específicas de cada estudiante resaltando siempre los
esfuerzos y avances que van teniendo en su formación. Cuando se brinda una valoración a los estudiantes
sobre sus desempeños, ellos tienen mayores probabilidades de tener éxito en sus metas, debido a que
sabrán que estrategias cognitivas o metacognitivas emplear para auto regular sus aprendizajes.
Metacognición y autorregulación
Una evaluación eficaz siempre conduce a los estudiantes a reflexionar sobre lo aprendido, lo que les
falta por aprender y sobre qué estrategias les han resultado más beneficiosas en su propósito con la
finalidad de reorientar sus esfuerzos para superar tanto los desafíos académicos como los del ámbito
cotidiano; en otras palabras, radica en la posibilidad de encontrar el valor y la funcionalidad de lo
aprendido. “La metacognición puede ser considerada como competencia, lo que significa que una
persona que la desarrolla estará en condiciones de combinar y aplicar sus conocimientos, habilidades,
aptitudes, actitudes, destrezas y valores para desempeñar una tarea con cierto grado de eficiencia”
(Romo, Tobón, & Juárez, 2020, pág. 59).
pág. 7027
Otro beneficio que se obtiene al operativizar un plan de evaluación es la propensión de los estudiantes
a la autorregulación, reflejada en la capacidad de adaptarse y ajustar sus pensamientos, emociones
comportamientos a favor de una participación más activa y efectiva en su aprendizaje, el control y la
gestión de las propias competencias son claves en la adquisición eficaz de los aprendizajes. “El proceso
de autorregulación de los aprendizajes tiene como objetivo conseguir que los estudiantes construyan su
propio sistema de aprender y lo mejoren progresivamente” (Fernández, 2021, pág. 224).
Reconfiguración de la práctica docente
La evaluación en si misma es una herramienta para corroborar la eficacia de la actuación docente, los
bajos resultados de aprendizaje podrían estar vinculados a la ineficiencia de las estrategias
seleccionadas, ante esta posibilidad deberían preguntarse ¿en qué medida se han cumplido los objetivos
educativos? ¿cuáles son los factores que obstaculizan, ralentizan o posibilitan el aprendizaje? con el
firme compromiso de detectar los alcances de la actuación docente y encontrar un repertorio de
soluciones pedagógicas que proporcionen mejores oportunidades de aprendizaje.
METODOLOGÍA
Para alcanzar los objetivos de esta investigación, se llevó a cabo un estudio descriptivo con un enfoque
mixto. Se combinaron métodos cuantitativos y cualitativos para obtener una comprensión integral del
impacto de la implementación de un plan de evaluación en la adquisición de aprendizajes. El enfoque
cuantitativo se utilizó al momento de aplicar un cuestionario a una muestra aleatoria de 100 docentes
del distrito educativo 12D01. Los datos numéricos obtenidos permitieron analizar la frecuencia e
intensidad de ciertas variables, cuantificando así la incidencia de la evaluación en los resultados de
aprendizaje. El Enfoque cualitativo su utilizó al momento de realizar una revisión exhaustiva de la
literatura científica, consultando diversas bases de datos y repositorios académicos. Esta revisión
permitió contextualizar el estudio, identificar las principales teorías y hallazgos previos sobre la
evaluación educativa, y complementar los resultados cuantitativos desde una perspectiva más integral.
El diseño metodológico se basó en una revisión documental exhaustiva de artículos científicos
indexados en bases de datos como Scopus, Google Scholar, Redalyc, Dialnet, Sophia y Scielo. La
búsqueda se delimitó a publicaciones de los últimos cinco años, empleando combinaciones de las
palabras clave, como: criterios de evaluación, retroalimentación, juicios de valor, desempeño, plan de
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evaluación y resultados de aprendizaje. Tras una primera selección basada en los títulos y resúmenes, se
procedió a una evaluación detallada de los textos completos, reteniendo aquellos que abordaban
directamente la relación entre el plan de evaluación y los resultados de aprendizaje.
Para el presente estudio se empleó el método analítico sintético que permite al investigador identificar,
seleccionar, analizar y sintetizar información relevante de las fuentes consultadas, asegurando que la
literatura seleccionada sea pertinente, de alta calidad y permita una comprensión profunda del tema
investigado. Este proceso permitió construir una sólida base teórica y asegurar la pertinencia de los
hallazgos presentados en este artículo.
Una vez identificadas las fuentes más relevantes, se proced a una extracción exhaustiva de la
información vinculada al plan de evaluación educativa. A través de una matriz de análisis, se
categorizaron y sintetizaron los datos, permitiendo una profundización en los hallazgos clave.
La información recuperada se organizó en categorías temáticas que respondieron de manera directa a
los objetivos específicos del estudio. Esta sistematización se centen las variables de investigación,
asegurando la coherencia y el rigor del análisis.
RESULTADOS
Los resultados de la investigación demuestran que la practica evaluadora se encuentra condicionada a
la concepción pedagógica didáctica que tienen los docentes de la misma, no obstante, se encuentran
comprometidos con el perfeccionamiento de su práctica, a través de la aplicación del cuestionario se
evidenció que existe algunos nudos críticos al momento de evaluar, debido a que los docentes no
integran todos los componentes imprescindibles en el proceso evaluador, según se refleja en los
siguientes resultados descriptivos:
Tabla 1. Resultados del cuestionario aplicado a la muestra
Preguntas
Escalas
1: Siempre 2:
Frecuentemente
3: Rara vez 4: Nunca
1
Variable: Plan de evaluación
El proceso evaluador se rige con un plan institucional afín a la
propuesta de la autoridad educativa nacional
5%
Los instrumentos diseñados para evaluar el desempeño de sus
estudiantes permiten obtener información temprana sobre sus
dificultades y progresos académicos
6%
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Verifica que los criterios e indicadores sean acordes a los objetivos de
aprendizaje
78%
Evalúa la calidad técnica de los instrumentos considerando los criterios
de validez y confiabilidad:
10%
Adecua o adapta los instrumentos de evaluación a los estilos, ritmos y
contexto de la población evaluada.
86%
Formula indicadores de evaluación clarificando los desempeños que
deben demostrar sus estudiantes en cada actividad evaluativa
2%
Analiza la información recabada para formular juicios de valor sobre
los desempeños de sus estudiantes y elaborar los informes de
aprendizaje.
5%
Brinda retroalimentación con sugerencias y o recomendaciones
precisas para que los estudiantes superen las dificultades de
aprendizaje.
5%
Promueve la metacognición y autorregulación en los procesos de
enseñanza-aprendizaje.
45%
Considera que la evaluación es un sistema para facilitar la adquisición
de los aprendizajes y erradicar las brechas educativas.
24%
Considera que los resultados de aprendizaje son el reflejo de las
practicas evaluativas.
27%
Si bien un 12% de las instituciones afirmó que frecuentemente siguen un plan de evaluación alineado
con las normativas nacionales, el 88% restante (nunca, rara vez o solo algunas veces) evidencia una falta
generalizada de coherencia entre las prácticas evaluativas y las directrices establecidas. Esto podría
indicar una necesidad de fortalecer la capacitación y el acompañamiento a las instituciones educativas
en materia de evaluación.
Para Ríos & Herrera (2020), la necesidad de avanzar en la construcción de una nueva cultura evaluativa
al interior de las instituciones educativas se transforma en un desafío primordial para consolidar el
progreso de los aprendizajes. En esa misma línea, Leyva & Espinoza (2021) sostienen que la
evaluación permite al docente conocer las fortalezas y debilidades del estudiante y del grupo, para
implementar acciones estratégicas que permitan lograr las metas y objetivos trazados, y en caso
necesario redireccionar el proceso para superar las insuficiencias, limitaciones y falencias.
Los resultados revelan un bajo aprovechamiento de la evaluación formativa por parte del profesorado.
Solo el 6% indicó utilizarla siempre para identificar dificultades y progresos académicos de manera
temprana. El 14% la emplea frecuentemente, mientras que un 50% la utiliza rara vez y un 30% nunca.
Estos hallazgos sugieren que los docentes no están maximizando las posibilidades de la evaluación
formativa para obtener información detallada y oportuna sobre las necesidades de aprendizaje de sus
pág. 7030
estudiantes. Los instrumentos de evaluación deben ser concebidos como fuentes de información para
conocer las debilidades, fortalezas y áreas de oportunidad que tienen los estudiantes para alcanzar sus
aprendizajes, así lo sostiene (Huayta-Franco, 2021) al mencionar que los sistemas de evaluación
formativa brindan información sobre el conocimiento y las habilidades que un estudiante puede haber
obtenido, su progresión de aprendizaje a lo largo del tiempo y retroalimentación en relación con su
instrucción y plan de estudios.
Al indagar si los criterios e indicadores de evaluación se alinean con los objetivos de aprendizaje, el
90% de los docentes consultados (78% frecuentemente y 12% siempre) afirmó realizar esta práctica de
manera habitual. Solo un 10% indicó realizarla con poca frecuencia, lo cual sugiere una amplia
conciencia docente sobre la importancia de definir criterios e indicadores de evaluación como
herramienta para verificar el logro de los aprendizajes. Para Morales, Hershberger, & Acosta es
fundamental que los evaluadores conozcan muy bien los instrumentos que van a utilizar, así como los
indicadores a evaluar en cada categoría, los cuales deben ser previamente determinados y descritos por
los expertos (2020).
Los resultados revelan una significativa brecha en la evaluación de la calidad técnica de los instrumentos
de medición. A pesar de ser un aspecto fundamental para garantizar la rigurosidad de la evaluación, el
82% de los docentes consultados afirma no realizar esta valoración de forma sistemática. Estos
resultados evidencian la necesidad de mayor rigurosidad y precisión en el diseño de los instrumentos de
evaluación. Como señalan Medina y Verdejo (2020) "la confianza depositada en la información
recopilada depende de la calidad de los instrumentos que el profesorado construye, administra y utiliza".
Por lo tanto, es crucial que los educadores presten especial atención al diseño y la implementación de
los instrumentos de evaluación para garantizar la fiabilidad y validez de los resultados.
Los resultados revelan una sólida conciencia entre los docentes sobre la importancia de adaptar los
instrumentos de evaluación. El 86% afirma ajustarlos siempre a los estilos, ritmos y contexto de sus
estudiantes, estos datos numéricos evidencian un alto nivel de personalización en los procesos
evaluativos. En el proceso de enseñanza aprendizaje es fundamental articular “los estilos de aprendizaje
individuales, metodologías activas y herramientas evaluativas que nos sirvan para poder en realizar el
grado de adquisición de las competencias (Lamo, Barroso, & Trujillo, 2023, pág. 111).
pág. 7031
Si bien el 52% de los docentes consultados reportó formular indicadores de evaluación clarificando los
desempeños que deben demostrar sus estudiantes en cada actividad evaluativa con frecuencia o siempre,
aún persiste un porcentaje considerable (48%) que no realiza esta práctica de manera regular. Estos
hallazgos sugieren que, aunque existe una conciencia sobre la importancia de definir claramente los
desempeños esperados no se aplica de forma integral en el aula.
Al indagar sobre la frecuencia con la que los docentes analizan la información recabada para evaluar el
desempeño estudiantil y elaborar informes, los resultados revelan una preocupante tendencia: solo el
5% de los encuestados indicó realizar esta práctica de manera constante. Un 25% lo hace con frecuencia,
mientras que el 40% admite hacerlo rara vez. Lamentablemente, el 30% de los docentes consultados
reconoció no llevar a cabo este análisis de forma habitual. Estos hallazgos evidencian una necesidad
urgente de fortalecer las prácticas evaluativas en el ámbito educativo, ya que la falta de un análisis
profundo de los datos impide tomar decisiones pedagógicas informadas y perjudica la calidad del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
La pregunta sobre la frecuencia con la que los docentes brindan retroalimentación específica arrojó los
siguientes resultados porcentuales: siempre 5%, frecuentemente 25%, rara vez 40% y nunca 30%. Estos
hallazgos sugieren una brecha significativa en la práctica docente, ya que la retroalimentación oportuna
y personalizada es fundamental para el progreso académico de los estudiantes. Luego de evaluar es
importante realizar una retroalimentación para reforzar los contenidos estudiados anteriormente y así
buscar que todos los estudiantes alcancen los aprendizajes deseados (Espinoza, 2021).
Un 72% de los docentes encuestados afirmó que implementa sistemáticamente (siempre o con
frecuencia) prácticas para fomentar la metacognición y la autorregulación en el aula. Estos resultados
sugieren una creciente conciencia de la importancia de dotar a los estudiantes de herramientas para
reflexionar sobre su propio aprendizaje y tomar el control de este. Esto establece efectivamente la
autoconciencia y la autorregulación como pilares de la transformación y la mejora continua. Al cambiar
la perspectiva ética de la evaluación, esta puede convertirse en una experiencia más positiva y
empoderadora para los estudiantes, centrada en su crecimiento y desarrollo.
La percepción del profesorado respecto del papel de la evaluación en la adquisición de aprendizajes y
la reducción de brechas es diversa. Mientras que una cuarta parte (24%) de los encuestados afirma
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utilizarla siempre con este fin, casi la mitad (49%) la utiliza con menor frecuencia o no la considera una
herramienta clave. Estos resultados sugieren la existencia de diferentes concepciones sobre la evaluación
y la necesidad de promover una reflexión más profunda sobre su función. Al fomentar una comprensión
compartida del papel de la evaluación en la promoción del aprendizaje y la equidad de los estudiantes,
los educadores pueden trabajar para alinear sus prácticas de evaluación con estos objetivos.
Según la percepción de los docentes, existe una notable inconsistencia entre los resultados de
aprendizaje y las prácticas de evaluación. Si bien el 53% de los docentes considera que existe una
conexión, el 47% indica que las prácticas de evaluación actuales no siempre están alineadas con los
logros de los estudiantes. Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de fortalecer las prácticas
evaluativas en el aula para que puedan contribuir de manera más efectiva al logro de los objetivos de
aprendizaje. La evaluación debe especificar “los avances en relación con los objetivos de aprendizaje
que permitan alcanzar dichas metas; con el propósito de determinar y ajustar los métodos y las
estrategias en función de fortalecer el proceso de enseñanza aprendizaje llevado a cabo” (Hidalgo, 2020).
Esto pone de relieve la necesidad de revisar y mejorar las estrategias de evaluación que se utilizan. Al
abordar la falta de alineación entre los resultados de aprendizaje y las prácticas de evaluación, los
educadores pueden mejorar la eficacia de sus métodos de evaluación y apoyar mejor el éxito de los
estudiantes.
CONCLUSIONES
La emisión de lineamientos normativos, técnicos y metodológicos por parte de la autoridad nacional son
insuficientes para garantizar la implementación de una evaluación justa e integral que trascienda en
mejores oportunidades para que los estudiantes accedan a los aprendizajes, hacer efectivo este propósito
requiere que el profesorado reestructure su concepción de la evaluación y asuma una postura holista
integrando en el proceso evaluador todos los componentes que le otorgan significado. Por tal razón se
concluye que el profesorado aún presenta vacíos, tensiones y retos para llevar a cabo una evaluación
eficaz.
El principal vacío es el desconocimiento de las concepciones teóricas y metodológicas que fundamentan
los procesos de evaluación en la actualidad, por lo que continúan replicando una cultura que privilegia
los resultados y desconoce la diversidad en formas y ritmos de aprender. Puesto que, los dogmas son
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determinantes al momento de implementar un sistema evaluativo que privilegie la evaluación como una
herramienta clave para el aprendizaje. Siendo preciso que asuman una perspectiva más holista que
abarque los principales principios constructivistas y los oriente a la toma eficiente de decisiones sobre
para qué, qué, cómo, cuándo y a quiénes evaluar.
Es indudable que la apropiación cognitiva de un nuevo paradigma mucho más requirente genera tensión
entre los docentes, y que a pesar de sus esfuerzos por avanzar a una cultura evaluadora más eficaz aún
quedan varios retos por alcanzar, siendo urgente estructurar un sistema de evaluación que precise los
procedimientos de evaluación, procesos, técnicas e instrumentos, así como los mecanismos para la
retroalimentación y promoción.
Es primordial diseñar instrumentos de evaluación variados que incluyan criterios e indicadores
cognitivos, procedimentales y actitudinales para facilitar la recolección de información objetiva sobre
los niveles de desempeño alcanzados por los estudiantes en cada objetivo de aprendizaje, la información
recabada debe servir para brindar retroalimentación y recomendaciones sobre los aspectos que deben
mejorar para alcanzar sus metas educativas, dándoles la oportunidad de encontrar la oportunidad de
ajustar sus estrategias para abordar eficazmente los desafíos académicos. en función del contexto y
necesidades académicas, reflexionando permanentemente sobre lo que aprenden y la forma en que los
hacen
Se recomienda que futuros estudios profundicen en el diseño de instrumentos de evaluación y
formulación de indicadores.
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