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incremento de un 40,28% a 44,44% de acierto en respuestas correctas; mientras el grupo control pasó
de un 39,35% a 36,57%. Respeto al razonamiento el grupo experimental da cuenta de un aumento
significativo de 35,19% a 46,76%; por su parte el grupo control evidencia un ligero aumento de 41,67%
a 42,59%. Y en la resolución de problemas el grupo experimental también muestra un incremento
significativo de 36,11% a 43,75%; asimismo el grupo control aumento de 39,93% a 47,57%.
Estos resultados refuerzan la importancia de intervenciones diseñadas específicamente para mejorar
competencias clave en matemáticas. También subrayan la necesidad de personalizar la enseñanza para
abordar las debilidades en competencias específicas y asegurar que todos los estudiantes se beneficien
de las mejoras. Según Tomlinson (2017), a través de este tipo de estrategia pedagógicas se trata de
garantizar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de lograr su máximo potencial. Al adaptar la
enseñanza a las necesidades individuales, se fomenta la motivación, el compromiso y el éxito académico
de todos los estudiantes.
En este sentido, la implementación de la educación diferenciada por medio de entornos híbridos de
aprendizaje desde sus componentes pedagógicos y didácticos da la posibilidad de crear espacios de
aprendizaje centrados en los estudiantes reconociendo las realidades de sus contextos. Además, el uso
de ambientes híbridos de aprendizaje evidenció un impacto en el rendimiento matemático de los
estudiantes. Estos hallazgos fueron consistentes con investigaciones previas en el área de los entornos
híbridos de aprendizaje, (Cannon, 2017; Johnson, 2020) lo que permite inferir, que puede ser una
estrategia efectiva para aumentar el desarrollo de competencias matemáticas en los estudiantes
Este análisis destaca cómo la intervención educativa diferenciada en entornos híbridos puede impactar
positivamente en el desarrollo de competencias matemáticas, aunque se debe seguir investigando para
optimizar y adaptar estas estrategias para diferentes grupos de estudiantes. La diferencia en la evolución
de los resultados entre el grupo experimental y el control, le da mayor peso a la hipótesis de que la
intervención ha sido efectiva en mejorar el desempeño de los estudiantes en el desarrollo de
competencias matemáticas.
Como lo plantea Herrera (2020), el uso de tecnología en ambientes educativos brinda la posibilidad de
crear mecanismos de acceso al conocimiento distinto a los tradicionales, pero en la mayoría de los países
de la Latinoamérica no se cuenta con una preparación para afrontar un cambio en los modelos