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INTRODUCCIÓN
El proceso de planeación se define como el diseño, la creación y la coordinación de acciones y
recursos requeridos para implementar planes y propuestas de trabajo que permitan alcanzar resultados
específicos dentro de un plazo establecido (Cantón, G., Cruz C., 2021).
Este proceso de planeación se encuentra conformado por tres niveles vinculados y coordinados entre
sí, el estratégico, táctico y operativo; conocidos en conjunto como planeación en cascada, donde, se
encuentran ubicados de forma ordenada y según su relevancia en el nivel superior los objetivos
estratégicos, pasando por los de orden táctico, hasta los de naturaleza operativa ubicados en el nivel
inferior.
Acorde a lo anterior, la planeación operativa tiene un horizonte temporal de corto plazo y atiende
aspectos internos de la organización que conllevan la forma en la que se van a utilizar los recursos
financieros, humanos y materiales, generando así programas de trabajo de vigencia anual. De tal forma
que, es fundamental destacar que se refiere al conjunto de acciones llevadas a cabo en el contexto de la
planificación, por un lado, deben ser validadas y actualizadas periódicamente, socializando los
propósitos institucionales dentro y fuera de la organización, y por el otro, es necesario realizar un
seguimiento para poder evaluar tanto los resultados como los efectos de las acciones llevadas a cabo,
de este modo, generar una mejora, por ende, el fortalecimiento de la administración.
La configuración institucional vigente en México es producto de la aplicación de herramientas
relacionadas con la planificación estratégica, el monitoreo, la evaluación y el presupuesto, todo ello
desde la perspectiva de la Gestión por Resultados. Los componentes fundamentales de este proceso
son la Planeación Nacional, la estructura programática fundamentada en Programas presupuestales y
el Sistema de Evaluación del Desempeño (SHCP, 2017).
Dicha Planeación Nacional se conforma por tres grandes niveles, en primera instancia por el Plan
Nacional de Desarrollo en el cual se describen las estrategias que se instrumentarán como acciones del
gobierno y constituyen el punto de partida de las decisiones que se adoptarán para la conducción del
país. En el segundo nivel se encuentran los Programas sectoriales, institucionales, especiales y
regionales en donde se establecen objetivos más específicos, que, al darles cumplimiento, se alcanzan
también los objetivos planteados en el Plan Nacional de Desarrollo. Finalmente, en el último nivel se