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Las autoras, corroboraron que al aplicar en los 25 estudiantes de edades entre 3-5 años, actividades
como el de crear figuras, ir de compras, contar cuentos y, contar comiquitas, resultaron positivas para
hacer frente el miedo escénico, debilidades en cuanto al léxico, verbalización, el tono de voz, la
congruencia de ideas, es decir, el retraso de la expresión oral.
En cuanto a la aplicación de cuentos, González (2022), al poner en práctica en 26 estudiantes durante
una semana y media, constató que trabajar con cuentos únicos inventados por la propia autora y un
cuento clásico, mismos que eran cortos y sencillos, permitió fortalecer el lenguaje oral de los infantes
en tono de voz, formular preguntas, vocabulario, la expresión, pronunciación de oraciones simples y
complejas, seguir secuencias, reconocer personajes e identificar la trama del cuento. Se trabajaron en
total con 5 actividades, de las cuales, la última se trabajó en conjunto con los padres de familia, donde
estos contaban voluntariamente los cuentos a los educandos.
Se puede ver que al aplicar un conjunto de estrategias a lo largo de un periodo en los infantes favorece
al desarrollo del lenguaje oral. Algunas estrategias mencionadas anteriormente, Guaranda & Samada
(2023) también describen en su propuesta, entre un sistema de actividades que proponen, están: lecturas
de cuentos. Esto partiría de los cuentos que los estudiantes llevan a la clase, los docentes interactuarían
sobre lo leído para saber las diferentes habilidades de los pequeños. También proponen las lecturas,
como de cuentos, narrativas o poemas a partir de la actividad ‘Descubre la imagen ‘. Según los autores,
la lectura partiría a partir de una imagen escondida que se trate de la lectura, para presentar esta al final
en forma de adivinanza, luego de que los infantes hayan interactuado contestando ciertas preguntas.
De igual manera, Castro-Ávila & Franco-López (2023) también propone utilizar: trabalenguas, donde
se empezaría seleccionando adecuadamente, llevando a cabo repeticiones de sílabas para mejorar la
pronunciación, realizando lecturas exagerando la pronunciación y la modulación de voz, dando
oportunidad a infantes a improvisar los propios trabalenguas. De igual forma, las autoras proponen
poemas, donde estos se relacionen con experiencias del diario vivir de los infantes; mencionan leer en
ambiente agradable, empezar con conversaciones del personaje del poema, realizar con
dramatizaciones, invitar aprender y recitar a los estudiantes.
De igual forma, Meza-Intriago et al. (2024), al saber que los estudiantes presentan déficit en el lenguaje
oral, en concreto en el desarrollo fonológico, proponen la lúdica para estimular el lenguaje oral.