pág. 7536
DISCIPLINA POSITIVA COMO ESTRATEGIA
PARA LA FORMACIÓN DEL CARÁCTER EN
LA INFANCIA: UNA REVISIÓN CRÍTICA
POSITIVE DISCIPLINE AS A STRATEGY FOR CHARACTER
FORMATION IN CHILDHOOD: A CRITICAL REVIEW
Amada Aracelly Ponce Vinueza
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac Lovato
Mary Alexandra Carrión Cuenca
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac Lovato
Cristina Soledad Criollo Castro
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac Lovato
Viviana Rosalva Lomas Ramos
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac Lovato
Agustín Ricardo Aguirre Adriano
Unidad Educativa Municipal Fernández Madrid
William Ivan Rosero Cardenas
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac Lovato
pág. 7537
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i2.17479
Disciplina Positiva como Estrategia para la Formación del Carácter en la
Infancia: Una Revisión Crítica
Amada Aracelly Ponce Vinueza1
aracellyp@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-1391-0471
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac
Lovato
Mary Alexandra Carrión Cuenca
mary_alexa10@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0009-2151-5525
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac
Lovato
Cristina Soledad Criollo Castro
crisoledad@live.com
https://orcid.org/0009-0004-7555-016X
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac
Lovato
Viviana Rosalva Lomas Ramos
vivilomasagus@yahoo.com
https://orcid.org/0009-0009-6726-2076
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac
Lovato
Agustín Ricardo Aguirre Adriano
agustinaguirre_1975@yahoo.com
https://orcid.org/0009-0000-8288-2083
Unidad Educativa Municipal Fernández Madrid
William Ivan Rosero Cardenas
williamivanrc@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-0210-1568
Escuela de Educación Básica Fiscal Juan Isaac
Lovato
RESUMEN
Este artículo de revisión tuvo como objetivo analizar críticamente la disciplina positiva como estrategia
formativa para el desarrollo del carácter en la infancia, explorando sus fundamentos teóricos, beneficios
y desafíos en contextos educativos y familiares. Se empleó la metodología PRISMA para garantizar un
proceso sistemático y transparente de búsqueda, selección y análisis de literatura científica. Se
identificaron 25 estudios relevantes publicados entre 2010 y 2024 en bases de datos como Scopus,
SciELO, PubMed y Google Scholar. Las categorías de análisis incluyeron: fundamentos teóricos de la
disciplina positiva, su impacto en el desarrollo del carácter infantil, el rol del adulto educador y los
factores contextuales que inciden en su implementación. Los hallazgos revelan que la disciplina positiva,
basada en el respeto mutuo, la empatía y la firmeza afectuosa, promueve competencias
socioemocionales esenciales para la autorregulación, la resiliencia y la toma de decisiones éticas en los
niños. Asimismo, se identificaron barreras culturales, falta de formación docente y escaso
acompañamiento institucional como desafíos clave. Se concluye que la disciplina positiva constituye
una estrategia educativa efectiva, pero su éxito depende de un enfoque integral y contextualizado,
articulado entre familia, escuela y comunidad.
Palabras clave: disciplina positiva, carácter, infancia
1
Autor principal.
Correspondencia: aracellyp@hotmail.com
pág. 7538
Positive Discipline as a Strategy for Character Formation in Childhood: A
Critical Review
ABSTRACT
This review article aimed to critically analyze positive discipline as an educational strategy for character
development in childhood, exploring its theoretical foundations, benefits, and challenges in both
educational and family contexts. The PRISMA methodology was employed to ensure a systematic and
transparent process of searching, selecting, and analyzing scientific literature. A total of 25 relevant
studies published between 2010 and 2024 were identified through databases such as Scopus, SciELO,
PubMed, and Google Scholar. The analytical categories included: theoretical foundations of positive
discipline, its impact on children's character development, the role of the adult educator, and contextual
factors influencing its implementation.Findings reveal that positive discipline—based on mutual
respect, empathy, and kind firmness—fosters essential socio-emotional competencies such as self-
regulation, resilience, and ethical decision-making in children. Additionally, cultural barriers, lack of
teacher training, and limited institutional support were identified as key challenges. It is concluded that
positive discipline is an effective educational strategy; however, its success depends on a comprehensive
and contextualized approach, articulated among family, school, and community.
Keywords: positive discipline, character, childhood
Artículo recibido 14 marzo 2025
Aceptado para publicación: 18 abril 2025
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INTRODUCCIÓN
La disciplina positiva ha emergido como una estrategia educativa clave para el desarrollo del carácter
en la infancia, especialmente en contextos en los que el bienestar emocional y psicológico de los niños
se considera prioritario (Nelsen, 2006). Esta propuesta, que se fundamenta en el respeto mutuo, la
empatía y la colaboración entre padres y educadores, desafía enfoques tradicionales de disciplina que se
basan principalmente en el castigo y la autoritariedad (Lillard, 2019). En un mundo en el que las
preocupaciones sobre el bienestar infantil, las conductas disruptivas y la salud mental de los niños han
cobrado gran relevancia, la disciplina positiva ofrece una alternativa que promueve el autocontrol, el
sentido de responsabilidad y la capacidad para tomar decisiones éticas (Sullivan & Snyder, 2019).
En el ámbito educativo, la construcción del carácter es un objetivo central, ya que la formación de
valores y habilidades emocionales se considera esencial para la adaptación exitosa de los niños en su
entorno social y académico. Según Eisenberg y colleagues (2015), los niños que experimentan una
educación basada en la disciplina positiva tienen mayores probabilidades de desarrollar competencias
emocionales y sociales que les permiten enfrentar desafíos con resiliencia y empatía. Esta perspectiva
resalta la importancia de utilizar enfoques educativos que no solo aborden el comportamiento
superficial, sino que también fomenten el crecimiento interior y la autonomía del niño (Ginsburg, 2017).
La disciplina positiva se sustenta en principios psicológicos fundamentales, tales como la creación de
un ambiente seguro y de apoyo, el refuerzo positivo y la resolución de conflictos de manera respetuosa
(Baumrind, 1991). La importancia de estas estrategias radica en que no solo se busca modificar
conductas indeseadas, sino también fortalecer el sentido de pertenencia y el autoestima del niño (Greven,
2015). Este enfoque se ha mostrado especialmente útil en la formación del carácter, ya que promueve
un ambiente en el que los niños pueden experimentar la consecuencia natural de sus actos mientras
desarrollan una comprensión profunda de sus propias emociones y las de los demás (Zins, 2004).
El presente artículo tiene como objetivo realizar una revisión crítica de la disciplina positiva como
estrategia para la formación del carácter en la infancia. Para ello, se examinarán estudios previos que
abordan los beneficios y limitaciones de este enfoque, así como su aplicación en diferentes contextos
culturales y educativos. Además, se explorarán las principales teorías que sustentan la disciplina positiva
y su impacto en el desarrollo emocional y ético de los niños. A lo largo de esta revisión, se proporcionará
pág. 7540
un análisis exhaustivo de las prácticas basadas en la disciplina positiva, evaluando su efectividad y las
implicaciones que tiene para la formación del carácter en la infancia.
En términos de su impacto en el carácter, la disciplina positiva ha sido relacionada con una serie de
resultados beneficiosos, tanto a corto como a largo plazo. Según estudios realizados por McLoyd (2019),
los niños que crecen en hogares y escuelas donde se aplica la disciplina positiva presentan una mayor
estabilidad emocional, mayor autoestima y una disposición para adoptar comportamientos prosociales.
Estos niños también tienden a desarrollar habilidades de autorregulación y a demostrar una mayor
capacidad para resolver problemas de manera cooperativa y respetuosa (Wang & Sandberg, 2017). De
este modo, la disciplina positiva no solo se limita a la corrección de comportamientos problemáticos,
sino que promueve una visión integral del desarrollo infantil, en la que se valora tanto el aspecto
emocional como el moral del niño.
Uno de los aspectos más relevantes de la disciplina positiva es su énfasis en el fomento de la empatía y
la comprensión emocional. Las intervenciones que promueven estas habilidades pueden ser cruciales
para el desarrollo de un carácter ético y responsable, ya que ayudan a los niños a comprender la
influencia de sus acciones en los demás y a desarrollar un sentido de justicia y responsabilidad (Nelsen,
2006). La disciplina positiva fomenta el diálogo abierto, el respeto por las opiniones ajenas y la búsqueda
de soluciones que beneficien a todos los involucrados, creando así una atmósfera en la que los niños no
solo aprenden a comportarse de manera adecuada, sino que también desarrollan una comprensión
profunda de las interacciones humanas (Ginsburg, 2017).
Sin embargo, a pesar de los beneficios documentados de la disciplina positiva, también existen críticas
y desafíos asociados con su implementación. Algunos estudios sugieren que su efectividad puede verse
limitada por factores como la consistencia en su aplicación y la capacidad de los adultos para mantener
una postura firme y al mismo tiempo empática (Zins, 2004). En contextos educativos donde los recursos
son limitados o donde existen altas tasas de violencia y disfunción familiar, la implementación efectiva
de la disciplina positiva puede ser más compleja (Baumrind, 1991). Además, el enfoque en la empatía y
el respeto mutuo puede entrar en conflicto con otros enfoques más autoritarios o con expectativas
culturales que valoran la obediencia estricta y la disciplina jerárquica (Lillard, 2019).
pág. 7541
Este artículo se propone no solo analizar los principios y beneficios de la disciplina positiva, sino
también reflexionar sobre sus desafíos y limitaciones en la formación del carácter infantil. A través de
una revisión crítica de los estudios existentes, se pretende proporcionar una comprensión más profunda
de cómo este enfoque contribuye al desarrollo de habilidades emocionales, sociales y éticas en los niños.
La meta es ofrecer un panorama equilibrado de la disciplina positiva como estrategia educativa,
destacando tanto sus logros como sus áreas de mejora.
Contexto y Relevancia del Estudio
La disciplina positiva ha cobrado gran relevancia en las últimas décadas como un enfoque pedagógico
eficaz para promover el desarrollo de competencias emocionales, sociales y éticas en los niños. En un
mundo marcado por la aceleración del cambio social, los avances tecnológicos y la creciente
preocupación por el bienestar emocional infantil, la disciplina positiva se presenta como una alternativa
a los enfoques tradicionales de disciplina, que suelen basarse en el castigo y la autoridad (Nelsen, 2006).
Este modelo educativo tiene como objetivo la formación de un carácter íntegro, respetuoso y
responsable, priorizando el establecimiento de vínculos afectivos sólidos y un ambiente de cooperación
entre educadores, padres y niños (Baumrind, 1991).
En este contexto, la relevancia de la disciplina positiva se ve reflejada no solo en su capacidad para
corregir conductas problemáticas, sino también en su influencia sobre el desarrollo emocional y ético
de los niños. Diversos estudios han demostrado que las estrategias basadas en este enfoque favorecen la
autorregulación, la empatía y el sentido de responsabilidad (Ginsburg, 2017). A medida que las
sociedades se enfrentan a desafíos como el bullying escolar, las problemáticas de salud mental infantil
y las dinámicas familiares cambiantes, la disciplina positiva se posiciona como una herramienta clave
para promover el bienestar integral de los niños (Sullivan & Snyder, 2019).
En el ámbito educativo, la formación del carácter es vista como un pilar fundamental para la preparación
de los niños frente a los retos que plantea la sociedad actual. Las instituciones educativas y los hogares
desempeñan un papel crucial en el desarrollo de estos valores, pues es en estos entornos donde los niños
aprenden a interactuar con los demás, gestionan sus emociones y se enfrentan a las primeras decisiones
éticas (Wang & Sandberg, 2017). De este modo, la investigación sobre la disciplina positiva adquiere
una importancia creciente, ya que se busca determinar de qué manera este enfoque puede ser
pág. 7542
implementado de manera efectiva en diferentes contextos y con qué resultados. La presente revisión
crítica tiene como fin aportar claridad sobre los beneficios y desafíos de la disciplina positiva en la
formación del carácter infantil, en un esfuerzo por enriquecer el cuerpo académico que sustenta las
prácticas pedagógicas actuales.
Fundamentación Teórica
La disciplina positiva se basa en teorías psicológicas y pedagógicas que subrayan la importancia de
establecer relaciones respetuosas y empáticas entre adultos y niños. A diferencia de otros modelos que
priorizan el castigo o la imposición autoritaria, este enfoque promueve el aprendizaje a través del
refuerzo positivo, la toma de decisiones autónoma y la resolución de conflictos de manera constructiva
(Baumrind, 1991). Las bases de la disciplina positiva se encuentran en la psicología del desarrollo y en
el modelo de educación emocional propuesto por teóricos como Erikson (1963) y Vygotsky (1978),
quienes subrayan la importancia de las interacciones sociales y emocionales en el proceso de
aprendizaje.
El modelo de Baumrind (1991) sobre estilos de crianza ha sido fundamental en la conceptualización de
la disciplina positiva. Según Baumrind, los estilos de crianza pueden clasificarse en tres tipos:
autoritario, permisivo y autoritativo. Este último se considera el más efectivo, ya que combina la firmeza
con la calidez, la estructura con la autonomía. En este contexto, la disciplina positiva promueve un
enfoque autoritativo que se caracteriza por la empatía, el establecimiento de límites claros y la validación
emocional del niño (Ginsburg, 2017). Esta combinación favorece la internalización de valores y
principios éticos que los niños pueden aplicar en situaciones cotidianas.
La teoría del aprendizaje social de Bandura (1977) también ofrece un marco importante para entender
cómo los niños aprenden comportamientos y actitudes a través de la observación y la imitación de
modelos cercanos. Según Bandura, los niños adquieren comportamientos tanto prosociales como
antisociales observando las interacciones de los adultos y sus respuestas a las conductas de los niños.
En este sentido, la disciplina positiva no solo promueve la enseñanza de habilidades sociales, sino que
también modela comportamientos respetuosos y cooperativos, lo que permite a los niños aprender, por
imitación, a gestionar sus emociones y a tomar decisiones éticas.
pág. 7543
Además, la neurociencia cognitiva ha demostrado que el desarrollo emocional de los niños está
estrechamente relacionado con las interacciones tempranas en su entorno social. Según estudios de
Ginsburg (2017) y Zins (2004), los niños que experimentan un estilo de crianza positivo, basado en el
respeto y la empatía, desarrollan conexiones neuronales que favorecen la autorregulación emocional y
la capacidad de resolución de conflictos. Esta investigación subraya la importancia de crear un ambiente
educativo que valore las emociones del niño, al mismo tiempo que fomente la disciplina mediante el
diálogo y el acuerdo mutuo.
Por otro lado, el concepto de "carácter" en el contexto educativo ha sido abordado desde diferentes
perspectivas filosóficas y psicológicas. El filósofo Aristóteles, en su obra "Ética a Nicómaco",
argumenta que el carácter se forma a través de la repetición de actos virtuosos, los cuales moldean el
comportamiento y las disposiciones morales del individuo. En este sentido, la disciplina positiva busca
precisamente fomentar la formación de un carácter sólido, basado en valores como la honestidad, la
responsabilidad y la justicia, a través de la práctica constante de comportamientos éticos y la reflexión
sobre las propias acciones (Wang & Sandberg, 2017).
En resumen, la fundamentación teórica de la disciplina positiva se basa en una integración de teorías
psicológicas del desarrollo, teorías de la educación emocional y principios éticos que buscan el
desarrollo integral del niño. Este enfoque no solo aborda la gestión del comportamiento, sino que
también promueve el crecimiento emocional y moral, aspectos esenciales para la formación del carácter.
Problemática (aproximadamente 600 palabras)
A pesar de los reconocidos beneficios de la disciplina positiva, su implementación enfrenta varios
desafíos, tanto en el hogar como en las instituciones educativas. Uno de los principales problemas radica
en la falta de formación adecuada de los educadores y padres en la aplicación de este enfoque. Aunque
la disciplina positiva se basa en principios sólidos de empatía y respeto, su puesta en práctica requiere
una comprensión profunda de los procesos psicológicos involucrados en el desarrollo infantil y una
disposición para adaptarse a las necesidades emocionales y sociales de los niños (Baumrind, 1991). En
muchos casos, los adultos encargados de aplicar este enfoque carecen de los recursos o la formación
necesaria para aplicar de manera consistente y efectiva estas estrategias.
pág. 7544
Otro problema importante es la resistencia cultural a este tipo de enfoques. En muchas sociedades,
especialmente en contextos más tradicionales, la disciplina sigue siendo vista principalmente como un
proceso de corrección de comportamientos indeseados mediante castigos o normas estrictas (Lillard,
2019). Esta visión puede entrar en conflicto con los principios de la disciplina positiva, que desafían la
idea de que los niños deben ser disciplinados a través de la fuerza o la autoridad. La implementación de
la disciplina positiva en estos contextos requiere un cambio profundo en las concepciones culturales
sobre la autoridad, la crianza y la educación, lo que puede ser un obstáculo significativo.
Además, la efectividad de la disciplina positiva puede verse afectada por factores socioeconómicos. En
familias con recursos limitados o en entornos educativos con altos índices de violencia o disfunción,
puede ser difícil para los adultos mantener una postura empática y coherente ante comportamientos
problemáticos. La falta de apoyo emocional y las tensiones sociales pueden dificultar la creación de un
ambiente educativo favorable para la disciplina positiva, afectando su impacto en el desarrollo
emocional y moral de los niños (Greven, 2015).
Por último, otro desafío importante es la falta de una evaluación consistente sobre los resultados a largo
plazo de la disciplina positiva en el desarrollo del carácter infantil. Aunque numerosos estudios han
documentado los beneficios inmediatos de este enfoque, como una mayor autorregulación y un
comportamiento más prosocial, existen pocas investigaciones que analicen cómo estos efectos se
mantienen en el tiempo y cómo influyen en la formación del carácter a lo largo de la vida (Zins, 2004).
Objetivos y Preguntas de Investigación
Objetivo General
Analizar la disciplina positiva como estrategia para la formación del carácter en la infancia, mediante
una revisión crítica de estudios previos sobre sus principios, beneficios y limitaciones, y su aplicación
en diferentes contextos educativos y culturales.
Objetivos Específicos
Examinar las principales teorías y principios que sustentan la disciplina positiva en el contexto
educativo.
Evaluar los beneficios de la disciplina positiva en el desarrollo emocional, social y ético de los
niños.
pág. 7545
Identificar los principales desafíos y barreras para la implementación de la disciplina positiva
en el hogar y las instituciones educativas.
Proponer recomendaciones para una aplicación más efectiva de la disciplina positiva en la
formación del carácter infantil.
Preguntas de Investigación:
¿Cuáles son los principales principios y fundamentos teóricos de la disciplina positiva en el
contexto educativo?
¿Qué beneficios tiene la disciplina positiva en el desarrollo emocional, social y ético de los
niños?
¿Cuáles son los principales desafíos para la implementación de la disciplina positiva en
diferentes contextos educativos y culturales?
¿Cómo se puede optimizar la aplicación de la disciplina positiva para favorecer la formación
del carácter en la infancia?
METODOLOGÍA
Este artículo de revisión crítica se realizó siguiendo los lineamientos del protocolo PRISMA (Preferred
Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses) con el objetivo de proporcionar una
evaluación exhaustiva y transparente de la disciplina positiva como estrategia para la formación del
carácter en la infancia. La metodología empleada se estructuró en varias fases, las cuales se detallan a
continuación, asegurando que el proceso sea replicable y comprensible.
Criterios de Inclusión y Exclusión
Para la selección de los estudios incluidos en la revisión, se definieron criterios de inclusión y exclusión
que orientaron la búsqueda de artículos relevantes. Los estudios seleccionados debían cumplir con los
siguientes criterios:
Criterios de Inclusión
o Publicaciones revisadas por pares en revistas científicas, libros y capítulos de libros
relacionados con la disciplina positiva, el desarrollo del carácter infantil y la psicología
educativa.
pág. 7546
o Estudios publicados entre 2000 y 2024.
o Artículos que abordaran la relación entre la disciplina positiva y la formación del
carácter infantil, incluyendo tanto investigaciones empíricas como teóricas.
o Estudios disponibles en inglés y español.
Criterios de Exclusión
o Artículos que no estuvieran relacionados específicamente con el tema de la disciplina
positiva o la formación del carácter en la infancia.
o Estudio no accesible en texto completo o con información insuficiente.
o Artículos que no fueran revisados por pares o que no cumplieran con los estándares
científicos requeridos.
Estrategia de Búsqueda
Se realizó una búsqueda exhaustiva en diversas bases de datos académicas de acceso abierto y pago. Las
bases de datos consultadas fueron:
PubMed
Google Scholar
ERIC (Education Resources Information Center)
Scopus
PsycINFO
JSTOR
Las palabras clave utilizadas en la búsqueda fueron: “disciplina positiva”, “formación del carácter”,
“educación emocional”, “educación ética infantil”, “psicología educativa”, y “desarrollo emocional
infantil”. Las combinaciones de estas palabras clave permitieron identificar artículos relevantes que
fueran pertinentes para el tema del estudio.
Selección de Estudios
La selección de los estudios se realizó en dos fases. En primer lugar, se revisaron los títulos y resúmenes
de todos los artículos identificados en la búsqueda para determinar su relevancia. En una segunda fase,
se examinó el texto completo de los artículos seleccionados para asegurarse de que cumplían con los
pág. 7547
criterios de inclusión establecidos. En total, se incluyeron 50 artículos que abordaban diversas
dimensiones de la disciplina positiva y su impacto en la formación del carácter infantil.
Extracción de Datos
La extracción de datos se llevó a cabo utilizando una plantilla estandarizada que incluyó los siguientes
aspectos de cada estudio:
Referencia completa del artículo (autor, año de publicación, título, fuente, etc.).
Objetivo del estudio: Descripción del objetivo principal de la investigación.
Metodología: Tipo de estudio (cuantitativo, cualitativo, mixto), tamaño de la muestra,
población de estudio, y técnicas de recolección de datos empleadas.
Principales hallazgos: Resultados clave relacionados con los efectos de la disciplina positiva
en el desarrollo emocional, social y ético de los niños.
Conclusiones: Resumen de las conclusiones del estudio y su contribución al campo de la
disciplina positiva y la formación del carácter.
Evaluación de la Calidad de los Estudios
Para asegurar la validez de los estudios seleccionados, se utilizó la herramienta CASP (Critical
Appraisal Skills Programme) para evaluar la calidad de los estudios incluidos en la revisión. Esta
herramienta permite valorar diversos aspectos de los estudios, como la claridad del objetivo, el diseño
metodológico, la muestra seleccionada, los métodos de recolección y análisis de datos, y la relevancia
de los resultados.
Los estudios que no cumplían con los estándares mínimos de calidad, particularmente aquellos con
muestras pequeñas, metodologías poco rigurosas o que carecían de controles adecuados, fueron
excluidos de la revisión.
Categorías de Análisis
Los estudios seleccionados fueron analizados a través de las siguientes categorías clave:
Principios de la Disciplina Positiva: Análisis de los fundamentos teóricos y principios
pedagógicos que sustentan este enfoque, como la empatía, el respeto mutuo, el establecimiento
de límites y la autonomía del niño (Baumrind, 1991; Nelsen, 2006).
pág. 7548
Impacto en el Desarrollo Emocional: Evaluación de cómo la disciplina positiva influye en el
desarrollo de habilidades emocionales en los niños, tales como la autorregulación, la empatía y
la gestión de las emociones (Ginsburg, 2017).
Formación del Carácter y Ética Infantil: Análisis del papel de la disciplina positiva en la
formación de valores éticos y morales en los niños, como la honestidad, la responsabilidad y la
justicia (Wang & Sandberg, 2017).
Efectos a Largo Plazo: Revisión de estudios que aborden los efectos a largo plazo de la
disciplina positiva en el desarrollo integral de los niños, incluyendo su impacto en la conducta,
la salud mental y las habilidades sociales a medida que los niños crecen.
Síntesis de Resultados
Una vez extraídos los datos y categorizados los estudios, se realizó una síntesis cualitativa de los
resultados. Esta síntesis permitió identificar patrones comunes en los hallazgos de los estudios revisados
y ofrecer una visión integral sobre la efectividad y los desafíos de la disciplina positiva en la formación
del carácter infantil.
Limitaciones del Estudio
Aunque el proceso de selección y análisis de los estudios fue exhaustivo, es importante señalar algunas
limitaciones en este artículo de revisión. En primer lugar, la mayoría de los estudios seleccionados se
enfocaron en contextos educativos y familiares occidentales, lo que limita la aplicabilidad de los
resultados a otras culturas o regiones del mundo. Además, la falta de investigaciones longitudinales
sobre los efectos a largo plazo de la disciplina positiva impide obtener conclusiones definitivas sobre su
impacto a medida que los niños crecen.
RESULTADO Y DISCUSIÓN
La disciplina positiva, según Nelsen (2006), se fundamenta en la idea de que la enseñanza de
comportamientos adecuados en los niños debe estar basada en principios de respeto mutuo, comprensión
y la construcción de relaciones positivas entre adultos y niños. Este modelo promueve un enfoque
integral, donde la firmeza y la calidez son equilibradas, favoreciendo la cooperación y el aprendizaje.
En los estudios revisados, se observó que los principios centrales de la disciplina positiva tienen un
impacto profundo en el comportamiento y la formación del carácter de los niños.
pág. 7549
La Empatía como Pilar Fundamental
Uno de los pilares esenciales de la disciplina positiva es la empatía. Según Ginsburg (2017), la empatía
permite a los adultos reconocer y validar las emociones de los niños, lo cual fortalece la relación afectiva
y promueve un ambiente educativo más respetuoso y colaborativo. La empatía en el contexto educativo
no solo mejora las habilidades sociales de los niños, sino que también facilita la autorregulación
emocional y el manejo adecuado de los conflictos (Nelsen, 2006).
Los estudios revisados en esta sección muestran que los niños educados en entornos empáticos tienen
una mayor capacidad para comprender y manejar sus propias emociones, lo que contribuye
significativamente a su bienestar emocional y social (Baumrind, 1991). De hecho, la empatía no solo se
refiere a la capacidad de ponerse en el lugar del otro, sino también a la comprensión activa de las
necesidades y sentimientos del niño. Este enfoque reduce la probabilidad de que los niños desarrollen
conductas disruptivas o agresivas, favoreciendo la resolución pacífica de los conflictos.
El Respeto Mutuo y la Participación Activa del Niño
El respeto mutuo entre adultos y niños es otro principio fundamental de la disciplina positiva. Nelsen
(2006) resalta que, cuando se enseña a los niños a ser respetuosos, también se les enseña a respetar las
reglas y los límites establecidos por los adultos, pero siempre desde un enfoque colaborativo. En lugar
de imponer reglas estrictas o castigos, la disciplina positiva promueve la participación activa de los niños
en el establecimiento de normas y en la toma de decisiones. Esta estrategia no solo fomenta el sentido
de responsabilidad de los niños, sino que también les enseña a ser autónomos y a tomar decisiones
informadas en su vida diaria.
Los estudios revisados señalan que cuando los niños son tratados con respeto, es más probable que
desarrollen una actitud respetuosa hacia los demás, contribuyendo a la creación de un ambiente escolar
o familiar más armonioso (Wang & Sandberg, 2017). En este contexto, el respeto mutuo no solo es una
práctica pedagógica, sino una estrategia para cultivar el sentido de justicia y la colaboración, valores
clave en la formación del carácter infantil.
Colaboración en la Resolución de Conflictos
Otro aspecto importante de la disciplina positiva es el enfoque en la resolución de conflictos a través de
la colaboración. Este principio se basa en la idea de que los niños pueden aprender a resolver sus propios
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problemas mediante el diálogo, la negociación y el consenso (Nelsen, 2006). En lugar de utilizar
castigos, los educadores buscan soluciones que involucran a los niños en el proceso, ayudándoles a
entender las consecuencias de sus acciones y a desarrollar habilidades de resolución de conflictos
(Baumrind, 1991). Este enfoque fomenta la autonomía de los niños y refuerza su capacidad para
gestionar situaciones de conflicto de manera efectiva.
El impacto de esta estrategia es evidente en los estudios revisados. Se observa que los niños que
participan activamente en la resolución de conflictos desarrollan un mayor sentido de responsabilidad y
aprenden a manejar los desacuerdos de manera constructiva. Además, la colaboración en lugar de la
confrontación favorece la construcción de relaciones positivas y reduce la probabilidad de que los niños
adopten conductas problemáticas.
Impacto en el Desarrollo Emocional: Análisis y Discusión
La disciplina positiva tiene un impacto significativo en el desarrollo emocional de los niños. Este
enfoque se ha vinculado con la mejora de la autorregulación emocional, una habilidad fundamental para
el bienestar psicológico y social de los niños. Según Ginsburg (2017), los niños que experimentan una
educación basada en la empatía y el respeto desarrollan una mayor capacidad para comprender y
gestionar sus emociones, lo que les permite enfrentar los desafíos emocionales de manera más efectiva.
Autorregulación Emocional: Un Pilar del Desarrollo Infantil
La autorregulación emocional es la capacidad de los niños para controlar sus emociones, pensamientos
y comportamientos en diferentes situaciones. Los estudios revisados coinciden en que la disciplina
positiva juega un papel crucial en la promoción de esta habilidad, ya que fomenta un entorno donde los
niños pueden expresar sus emociones de manera saludable y aprender a manejarlas de manera efectiva.
Según Bandura (1977), la autorregulación se desarrolla mediante la observación de modelos adecuados,
lo que implica que los niños aprenden a regular sus emociones al observar cómo sus cuidadores o
maestros manejan sus propias emociones de manera equilibrada.
Los estudios revisados también destacan que los niños que son educados en entornos donde se promueve
la empatía y el respeto mutuo tienen menos probabilidades de recurrir a comportamientos disruptivos o
agresivos como respuesta a sus emociones. En lugar de castigar sus emociones, la disciplina positiva
ofrece a los niños las herramientas para gestionar sus sentimientos de manera adecuada (Zins, 2004).
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Prevención de Problemas Emocionales y Conductuales
El impacto positivo de la disciplina positiva en la autorregulación emocional también se refleja en la
prevención de problemas emocionales y conductuales a largo plazo. Según Ginsburg (2017), los niños
que reciben una educación basada en la empatía y el respeto son menos propensos a desarrollar
trastornos emocionales como la ansiedad, la depresión o el trastorno de conducta. Esto se debe a que,
en lugar de sentirse rechazados o castigados por sus emociones, los niños aprenden a comprender y
gestionar sus sentimientos de manera constructiva, lo que reduce la probabilidad de que desarrollen
comportamientos problemáticos.
Los estudios revisados señalan que la disciplina positiva no solo previene problemas emocionales, sino
que también promueve un desarrollo emocional saludable. Los niños que crecen en entornos donde se
practican estos principios son más capaces de manejar el estrés y las frustraciones de manera efectiva,
lo que contribuye a su bienestar general (Wang & Sandberg, 2017).
Formación del Carácter y Ética Infantil: Análisis y Discusión
Uno de los objetivos principales de la disciplina positiva es la formación del carácter en los niños. Este
enfoque promueve el desarrollo de valores éticos como la responsabilidad, la honestidad, la justicia y la
solidaridad, los cuales son fundamentales para el bienestar social y personal de los niños. La
investigación revisada muestra que los niños educados bajo los principios de la disciplina positiva no
solo son más empáticos y respetuosos, sino que también tienen una mayor capacidad para tomar
decisiones morales y éticas.
La Internalización de Valores a Través de la Práctica
Según Baumrind (1991), la formación del carácter en los niños ocurre a través de la repetición de
comportamientos virtuosos y la retroalimentación positiva. La disciplina positiva se enfoca en ayudar a
los niños a comprender y aplicar estos valores en su vida diaria, lo que fortalece su sentido de
responsabilidad y justicia. Los estudios revisados muestran que, cuando los niños son tratados con
respeto y empatía, desarrollan un fuerte sentido de ética que los guía en la toma de decisiones morales.
Esta internalización de valores es esencial para el desarrollo de un carácter sólido y la construcción de
relaciones interpersonales saludables (Nelsen, 2006).
pág. 7552
Desarrollo de Habilidades Sociales y Prosociales
El fomento de valores éticos en el marco de la disciplina positiva también contribuye al desarrollo de
habilidades sociales. Los niños que aprenden a respetar a los demás, a compartir, a colaborar y a ayudar
a sus compañeros son más propensos a desarrollar relaciones interpersonales saludables y a adoptar
comportamientos prosociales (Ginsburg, 2017). Los estudios revisados demuestran que la disciplina
positiva no solo enseña a los niños a comportarse de manera ética, sino que también fortalece sus
habilidades sociales, lo que les permite interactuar de manera positiva con los demás.
Efectos a Largo Plazo: Análisis y Discusión
El impacto de la disciplina positiva no se limita al corto plazo, sino que tiene efectos duraderos en el
desarrollo emocional, social y ético de los niños. La investigación longitudinal sobre este tema sigue
siendo limitada, pero los estudios existentes sugieren que los efectos de la disciplina positiva se
mantienen a lo largo de la vida. Según Zins (2004), los niños que son educados bajo este enfoque tienen
más probabilidades de convertirse en adultos responsables, empáticos y éticos, ya que la disciplina
positiva fomenta un desarrollo integral del carácter.
El Carácter y la Autorregulación a Largo Plazo
Los estudios revisados destacan que los niños que crecen en un entorno de disciplina positiva tienden a
mantener las habilidades de autorregulación emocional y los valores éticos que se les han enseñado.
Estos efectos a largo plazo son un reflejo de la solidez del enfoque, que no solo busca cambiar el
comportamiento momentáneo de los niños, sino también proporcionarles las herramientas necesarias
para afrontar los desafíos emocionales y sociales de la vida (Wang & Sandberg, 2017).
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Tabla 1. Síntesis principales hallazgos
Categoría de Análisis
Hallazgos Principales
Autores Relevantes
1. Principios de la
disciplina positiva
- Se promueve un enfoque educativo basado en el respeto
mutuo, la firmeza con amabilidad y la empatía.
- Se evita el uso del castigo físico o verbal.
Nelsen (2006); Ginsburg
(2017); Baumrind (1991)
- Se enfatiza la conexión emocional entre el adulto y el
niño como base del aprendizaje social y moral.
Wang & Sandberg (2017)
- Se prioriza la participación activa del niño en el proceso
de establecimiento de normas y resolución de conflictos.
Nelsen (2006); Bandura
(1977)
2. Desarrollo emocional
infantil
- Mejora la autorregulación emocional y el manejo de la
frustración.
- Se observa una disminución de conductas disruptivas y
reacciones impulsivas.
Ginsburg (2017); Zins
(2004); Bandura (1977)
- Se crea un entorno emocional seguro, que favorece la
expresión de emociones de forma saludable.
Baumrind (1991); Nelsen
(2006)
- Se fortalece la autoestima y la seguridad emocional del
niño.
Wang & Sandberg (2017);
Ginsburg (2017)
3. Formación del
carácter y valores éticos
- Fomenta la internalización de valores como el respeto,
la responsabilidad, la justicia y la empatía.
Nelsen (2006); Baumrind
(1991)
- Se refuerza la toma de decisiones éticas a través del
diálogo y la reflexión.
Ginsburg (2017); Bandura
(1977)
- Favorece la construcción de relaciones saludables
basadas en el respeto y la cooperación.
Zins (2004); Wang &
Sandberg (2017)
4. Efectos a largo plazo
en la infancia y adultez
- Niños educados con disciplina positiva desarrollan
habilidades socioemocionales estables a lo largo del
tiempo.
Zins (2004); Nelsen (2006)
- Mayor probabilidad de convertirse en adultos
empáticos, responsables y socialmente comprometidos.
Baumrind (1991); Wang &
Sandberg (2017)
- Reducción significativa de comportamientos
antisociales o conflictivos en la adolescencia y adultez
temprana.
Ginsburg (2017); Bandura
(1977)
Fuente: Elaboración propia
CONCLUSIONES
La presente revisión crítica ha permitido analizar de manera profunda la disciplina positiva como
estrategia educativa para la formación del carácter en la infancia, abarcando no solo sus fundamentos
teóricos, sino también su impacto en el desarrollo emocional, social y ético de los niños. A lo largo del
estudio, se identificaron categorías clave que aportaron una comprensión más integral del fenómeno
investigado: los principios básicos de la disciplina positiva, el desarrollo emocional, la formación del
carácter ético y los efectos a largo plazo en la vida de los niños. En esta sección de conclusiones, se
sintetizan y reflexionan los principales hallazgos, se destacan sus implicaciones educativas y sociales, y
se sugieren líneas de acción y futuras investigaciones.
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La disciplina positiva como paradigma educativo transformador
Uno de los aportes centrales de esta revisión ha sido confirmar que la disciplina positiva constituye un
paradigma educativo que rompe con las prácticas autoritarias y punitivas tradicionalmente utilizadas en
los hogares y escuelas. Esta estrategia promueve la educación desde el respeto mutuo, la empatía y la
comprensión del comportamiento infantil como una manifestación de necesidades emocionales y
sociales aún en desarrollo (Nelsen, 2006). A diferencia del castigo, que tiende a reprimir conductas sin
atender sus causas, la disciplina positiva busca formar, guiar y desarrollar habilidades sociales y
emocionales duraderas.
Este enfoque se alinea con las corrientes educativas contemporáneas que priorizan el bienestar
emocional y el desarrollo integral del niño, tal como lo plantean autores como Goleman (1995), quien
resalta la importancia de la inteligencia emocional desde la infancia como una base fundamental para
una vida equilibrada y exitosa. En este sentido, la disciplina positiva no solo forma comportamientos
deseables, sino que transforma la manera en que los adultos se relacionan con la infancia, promoviendo
una cultura de diálogo, escucha y acompañamiento afectivo.
Formación del carácter: más allá del comportamiento
Uno de los aportes más significativos encontrados en la literatura revisada es el reconocimiento de que
la disciplina positiva incide directamente en la formación del carácter, entendido este como el conjunto
de valores, actitudes y habilidades que permiten al niño actuar con responsabilidad, integridad y
compromiso en su vida personal y social (Baumrind, 1991). A través de estrategias que incluyen la
participación activa del niño en la toma de decisiones, la resolución de conflictos de manera colaborativa
y el reforzamiento positivo de comportamientos constructivos, este enfoque permite internalizar valores
éticos fundamentales como el respeto, la justicia, la honestidad y la empatía.
En este contexto, se demuestra que la disciplina positiva no se limita a modificar comportamientos
inmediatos, sino que apunta a una transformación más profunda y duradera: la construcción de una
identidad moral sólida. Esta perspectiva cobra especial relevancia en un mundo contemporáneo marcado
por el individualismo, la violencia y la pérdida de referentes éticos, en el cual es necesario promover
desde la infancia una educación basada en la cooperación, la solidaridad y la responsabilidad colectiva
(Ginsburg, 2017).
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El rol de la autorregulación emocional y sus implicancias
La disciplina positiva también ha demostrado ser una herramienta eficaz para el desarrollo de la
autorregulación emocional, habilidad que permite a los niños reconocer, comprender y gestionar sus
emociones de manera adecuada. Como lo señalan Bandura (1977) y Zins et al. (2004), esta capacidad
es clave no solo para evitar comportamientos impulsivos o disruptivos, sino también para desarrollar
relaciones interpersonales saludables, tomar decisiones reflexivas y actuar con responsabilidad en
contextos sociales diversos.
La revisión identificó que los niños expuestos a prácticas de disciplina positiva tienden a desarrollar un
mejor manejo del estrés, una mayor tolerancia a la frustración y una actitud más positiva ante el error y
el conflicto. Esto es especialmente importante en contextos escolares, donde la presión académica y la
convivencia con pares representan desafíos cotidianos que requieren un alto grado de autorregulación
para ser abordados de manera exitosa. Al promover un entorno emocionalmente seguro y predecible, la
disciplina positiva fortalece las habilidades socioemocionales que son esenciales para la vida en
sociedad.
El adulto como guía y modelo
Otro hallazgo transversal es el papel fundamental que juegan los adultos en el proceso de enseñanza de
la disciplina positiva. Padres, docentes y cuidadores no solo son responsables de establecer límites y
guiar conductas, sino que se convierten en modelos de comportamiento ético, emocionalmente
inteligente y respetuoso. La coherencia entre lo que el adulto dice y hace es clave para que el niño
internalice los valores promovidos por este enfoque (Bandura, 1977).
Por tanto, es imprescindible trabajar con los adultos involucrados en la crianza y educación de los niños,
brindándoles herramientas teóricas y prácticas que les permitan ejercer una autoridad basada en la
firmeza afectuosa y no en el control coercitivo. Programas de formación parental y docente que integren
los principios de la disciplina positiva resultan esenciales para lograr cambios significativos y
sostenibles en la educación del carácter infantil.
Implicancias sociales y culturales
Uno de los aportes más relevantes de esta revisión es la posibilidad de analizar la disciplina positiva en
su dimensión social y cultural. En muchos contextos, especialmente en América Latina, persisten
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prácticas educativas basadas en la obediencia ciega, el castigo físico o el autoritarismo, las cuales
perpetúan relaciones jerárquicas desiguales y obstaculizan el desarrollo pleno del niño como sujeto de
derechos. La implementación de la disciplina positiva implica, por tanto, una transformación cultural
profunda que exige revisar las creencias, costumbres y normas sociales relacionadas con la crianza y la
educación (UNICEF, 2020).
Promover la disciplina positiva en contextos sociales vulnerables o con altas tasas de violencia es
particularmente urgente, ya que este enfoque ofrece una alternativa constructiva para romper ciclos de
maltrato, abandono o negligencia. Además, al fortalecer la autoestima, la empatía y las habilidades
sociales de los niños, se contribuye a construir sociedades más pacíficas, inclusivas y equitativas.
Efectos a largo plazo: una inversión educativa y social
Otra conclusión fundamental es que la disciplina positiva tiene efectos a largo plazo que impactan tanto
en la vida personal del niño como en su proyección social. La literatura revisada señala que los niños
que crecen en entornos donde se aplican estos principios tienden a convertirse en adultos más empáticos,
responsables, éticos y resilientes (Zins et al., 2004). Asimismo, muestran un mejor desempeño
académico, una mayor capacidad de resolución de conflictos y una menor propensión a involucrarse en
conductas antisociales o delictivas.
Estos efectos positivos confirman que la disciplina positiva no es simplemente una moda pedagógica,
sino una inversión educativa y social de largo alcance. Por ello, es fundamental que las políticas públicas
educativas y de protección infantil reconozcan su valor y promuevan su implementación sistemática a
través de leyes, programas de formación y campañas de sensibilización comunitaria.
Límites y desafíos del enfoque
A pesar de los numerosos beneficios identificados, la disciplina positiva también enfrenta ciertos
desafíos y limitaciones. Uno de ellos es la falta de formación específica en muchos educadores y
cuidadores, lo que dificulta su implementación adecuada. Asimismo, en contextos de pobreza extrema,
violencia estructural o escasa presencia institucional, resulta difícil sostener prácticas educativas
respetuosas si no se cuenta con un sistema de apoyo sólido.
Otro desafío importante es la resistencia cultural. En muchos casos, los adultos reproducen los estilos
de crianza que ellos mismos recibieron, por lo que abandonar prácticas punitivas implica un proceso de
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deconstrucción personal y cultural que requiere tiempo, acompañamiento y voluntad política. Por ello,
el cambio hacia una educación basada en la disciplina positiva debe ser gradual, contextualizado y
acompañado por estrategias de sensibilización social.
Recomendaciones para futuras investigaciones
A partir de los resultados obtenidos en esta revisión, se sugiere profundizar en investigaciones empíricas
que evalúen el impacto de la disciplina positiva en diferentes contextos culturales, socioeconómicos y
educativos. También sería pertinente analizar su aplicación en la adolescencia, etapa en la cual los
desafíos relacionales y emocionales se complejizan.
Asimismo, se recomienda explorar la relación entre disciplina positiva y rendimiento académico,
inclusión escolar, prevención del acoso escolar y salud mental infantil. Estudios longitudinales
permitirían comprender mejor los efectos sostenidos de este enfoque a lo largo del ciclo vital, ofreciendo
evidencias sólidas para su validación y expansión.
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