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INTRODUCCIÓN
En la actualidad, la sociedad reclama una mayor participación en distintos ámbitos, como en la
comunidad vecinal, en las votaciones presidenciales, en debatir cual es el mejor equipo de futbol e
infinidad de situaciones, son numerosos los ejemplos que indican esta realidad. En la educación, Phipps
Ozaydın Ozkara y Cakir (2018) señalan que diversas investigaciones, que concluyen que los estudiantes
logran mayores niveles de aprendizaje cuando son activos e interactúan con otros, y que la participación
y el aprendizaje colaborativo en entornos virtuales es una variable que aumenta la calidad educativa.
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A través de una noción más centrada en el aula, Susinos y Ceballos (2012) consideran que la
participación son todas “aquellas iniciativas que emprenden las escuelas y que están dirigidas a
aumentar el protagonismo del alumnado en la toma de decisiones sobre el diseño, la gestión y la
evaluación de cualquier aspecto de la vida escolar” (p. 16)
Rodríguez (2021) afirma que la participación es un derecho y una poderosa herramienta educativa, que
permite desarrollar competencias educativas clave para el desarrollo de una vida independiente en
sociedad: competencias de planificación, organización, expresión, autoconocimiento, empatía, respeto,
apreciación a la diversidad, trabajo en equipo, resolución de conflictos, iniciativa, autonomía... (p. 6)
Según Galván y Ochoa (2017) “sería deseable que las instituciones educativas fundaran a los jóvenes
para la participación en todos los ámbitos en donde tengan presencia, empoderándolos y permitiéndoles
ser capaces de responsabilizarse por las acciones que realicen” (párr. 2)
La participación de los estudiantes en el aula es fundamental para un aprendizaje significativo y
efectivo. Sin embargo, en muchas aulas de secundaria se observa una falta de participación y
compromiso por parte de la comunidad estudiantil. Esta situación puede ser atribuida, en parte, a la falta
de variedad en las estrategias de enseñanza utilizadas.
La población de estudio está conformada por estudiantes de la telesecundaria Felipe Ángeles Ramírez,
ubicada en poblado “La Unión” a unos 114 kilómetros del municipio de Othón P. Blanco, Quintana
Roo. Contando con 30 estudiantes distribuidos en tres grupos, primero A, segundo A y tercero A. Lo
cual, la muestra se enfoca en el grupo de tercero A, compuesto por 13 estudiantes.