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GRADO DE DISFUNCIÓN ERÉCTIL Y DE
FUNCIONALIDAD EN EL SUB-SISTEMA CONYUGAL
DEL PACIENTE DIABÉTICO DE 40-75 AÑOS EN EL
HOSPITAL GENERAL DE ZONA N° 2 CON
MEDICINA FAMILIAR SALINA CRUZ
DEGREE OF ERECTILE DYSFUNCTION AND
FUNCTIONALITY IN THE CONJUGAL SUBSYSTEM OF
DIABETIC PATIENTS AGED 4075 AT THE GENERAL
HOSPITAL OF ZONE NO. 2 WITH FAMILY MEDICINE IN
SALINA CRUZ
Citlali Libertad Martínez Cruz
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Nallely Rincon Peregrino
Universidad Autónoma del Estado de México
Alexandra Michiko Kitazawa Ohtomo
Universidad Autónoma del Estado de México
Ángel Eduardo Urbieta Vichido
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Karla Velázquez Pérez
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
pág. 1400
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.18609
Grado de Disfunción Eréctil y de Funcionalidad en el Sub-Sistema
Conyugal del Paciente Diabético de 40-75 Años en el Hospital General De
Zona N° 2 Con Medicina Familiar Salina Cruz
Citlali Libertad Martínez Cruz1
Citlali_libertad@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-5491-8121
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Nallely Rincon Peregrino
nallely.rincon@imss.gob.me
Universidad Autónoma del Estado de México
Alexandra Michiko Kitazawa Ohtomo
Alexamich75@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-8994-1403
Universidad Nacional Autónoma de México
Ángel Eduardo Urbieta Vichido
edward_19-1995@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-1384-215X
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Karla Velázquez Pérez
karla.velazquez@msn.com
https://orcid.org/0009-0009-4872-5944
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
RESUMEN
La disfunción eréctil constituye una de las complicaciones más frecuentes en hombres con diabetes
mellitus tipo 2, afectando no solo su salud sexual, sino también la dinámica emocional y funcional dentro
del subsistema conyugal. Esta condición, asociada a alteraciones vasculoneurales y endocrinas propias
de la diabetes, puede generar repercusiones significativas en la calidad de vida del paciente y de su
pareja. El presente estudio tuvo como objetivo determinar el grado de disfunción eréctil y el nivel de
funcionalidad conyugal en pacientes masculinos de entre 40 y 75 años, diagnosticados con diabetes
mellitus tipo 2 y adscritos al programa CADIMSS del Hospital General de Zona No. 2 con Medicina
Familiar en Salina Cruz, Oaxaca. Se realizó un estudio descriptivo, transversal y observacional con una
muestra de 83 participantes, a quienes se aplicaron dos escalas heteroaplicables: la Escala Internacional
de Disfunción Eréctil (IIEF) y el cuestionario de Chávez Aguilar para evaluar la funcionalidad del
subsistema conyugal. Los resultados revelaron que el 54.2% de los pacientes presentaron algún grado
de disfunción eréctil, siendo el tipo moderado el más frecuente (50.6%), y que el 78% mantenía una
funcionalidad conyugal adecuada, especialmente entre quienes tenían un mejor control metabólico
según sus niveles de HbA1c. Se encontró una asociación estadísticamente significativa entre el control
glucémico, la presencia de disfunción eréctil y el nivel de funcionalidad conyugal, lo que sugiere la
importancia de abordar integralmente la salud sexual y emocional de los pacientes diabéticos como parte
del enfoque de atención primaria.
Palabras clave: disfunción eréctil, diabetes mellitus tipo 2, funcionalidad conyugal
1
Autor principal
Correspondencia: Citlali_libertad@hotmail.com
pág. 1401
Degree of Erectile Dysfunction and Functionality in the Conjugal
Subsystem of Diabetic Patients Aged 4075 at the General Hospital of Zone
No. 2 with Family Medicine in Salina Cruz
ABSTRACT
Erectile dysfunction is one of the most frequent complications in men with type 2 diabetes mellitus,
affecting not only their sexual health but also the emotional and functional dynamics within the conjugal
subsystem. This condition, associated with vasculoneural and endocrine alterations typical of diabetes,
can have significant repercussions on the quality of life of both the patient and their partner. This study
aimed to determine the degree of erectile dysfunction and the level of conjugal functionality in male
patients aged 40 to 75 diagnosed with type 2 diabetes mellitus, enrolled in the CADIMSS program at
the General Hospital of Zone No. 2 with Family Medicine in Salina Cruz, Oaxaca. A descriptive, cross-
sectional, and observational study was conducted with a sample of 83 participants. Two hetero-
applicable scales were used: the International Index of Erectile Function (IIEF) and the Chávez Aguilar
questionnaire to assess the functionality of the conjugal subsystem. The results showed that 54.2% of
the patients presented some degree of erectile dysfunction, with the moderate type being the most
frequent (50.6%), and that 78% maintained adequate conjugal functionality, especially those with better
metabolic control according to their HbA1c levels. A statistically significant association was found
between glycemic control, the presence of erectile dysfunction, and the level of conjugal functionality,
highlighting the importance of addressing both sexual and emotional health in diabetic patients as part
of a comprehensive primary care approach.
Keywords: erectile dysfunction, type 2 diabetes mellitus, conjugal functionality
Artículo recibido 07 junio 2025
Aceptado para publicación: 12 julio 2025
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INTRODUCCN
La familia constituye el núcleo fundamental de la organización social, actuando como un sistema abierto
y dinámico compuesto por miembros vinculados por lazos consanguíneos, legales o de afinidad, que
conviven y comparten responsabilidades, emociones y funciones en un espacio común. Este sistema
familiar, a su vez, se estructura en diversos subsistemas interrelacionados, entre los que se destacan el
subsistema conyugal (formado por la pareja), el paterno-filial (relación entre padres e hijos) y el fraternal
(vínculos entre hermanos). Cada uno de estos subsistemas cumple roles específicos que contribuyen al
funcionamiento integral de la familia como un todo, y su adecuado desempeño resulta esencial para la
salud emocional y física de sus integrantes.
Desde una perspectiva tipológica, las familias pueden clasificarse de acuerdo con múltiples criterios.
Por su composición, se distinguen en nucleares, extensas o compuestas; por su etapa de desarrollo, en
tradicionales o modernas; por su ubicación geográfica, en urbanas, suburbanas o rurales; por el tipo de
ocupación predominante, en campesinas, empleadas o profesionistas; y por su grado de integración, en
integradas, semiintegradas o desintegradas. Reconocer estas características permite comprender cómo
las condiciones estructurales y sociales influyen en la dinámica interna de cada familia y, en particular,
cómo estas influyen en su potencial para ser fuente de salud o, por el contrario, un factor de riesgo para
el desarrollo de enfermedades.
La evidencia científica ha mostrado de manera consistente la relación entre disfunción familiar y el
estado de salud de sus miembros. Florenzzano, por ejemplo, reportó que más del 55 % de 365.425
adolescentes con algún tipo de adicción provenían de familias con algún grado de disfuncionalidad. Del
mismo modo, Huerta-Martínez subraya la relevancia de estudiar los factores que afectan la dinámica
familiar, al identificar que el 89 % de 413 familias evaluadas mediante el instrumento FACES III
presentaban disfunción, siendo la presencia de un miembro enfermo uno de los factores más asociados.
En otro estudio, Vázquez-Nava evidenció cómo la disfunción familiar repercute en la vida cotidiana de
pacientes con enfermedades crónicas como el asma. Estos hallazgos destacan la importancia de
considerar el entorno familiar en la evaluación y tratamiento integral de las personas, particularmente
cuando enfrentan condiciones crónicas como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2).
El concepto de funcionalidad familiar hace referencia a la capacidad del sistema familiar para adaptarse
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a las diversas etapas del ciclo vital y enfrentar de manera efectiva las crisis que surgen tanto de forma
esperada como inesperada. Una familia funcional es aquella que cumple adecuadamente con sus
funciones educativas, afectivas, reproductivas, económicas y sociales en consonancia con las
demandas de su contexto y etapa vital. Por el contrario, una familia disfuncional es aquella que, ante
tales demandas, presenta desequilibrios que afectan el bienestar de uno o varios de sus integrantes. Esta
capacidad adaptativa puede verse alterada por diversos factores, entre ellos la presencia de enfermedades
crónicas, conflictos interpersonales, dificultades económicas o eventos traumáticos.
Dentro de este entramado familiar, el subsistema conyugal desempeña un papel clave. Este subsistema
se establece cuando dos personas deciden conformar una relación de pareja estable, con la expectativa
de compartir un proyecto de vida en común. En su interior, se conjugan dimensiones fisiológicas,
biológicas, afectivas y sociales, entre ellas la sexualidad, la comunicación, la resolución de conflictos,
el apoyo mutuo y la toma de decisiones compartida. Una relación de pareja funcional no se define por
la ausencia de conflictos, sino por la capacidad de la pareja para afrontarlos y resolverlos de forma
constructiva. La calidad de la relación conyugal, medida a través de indicadores como el consenso, la
cohesión y la satisfacción conyugal, influye de manera directa en la estabilidad emocional del individuo
y en la salud de todo el sistema familiar.
Las crisis familiares, entendidas como periodos de desestabilización que exigen adaptaciones
importantes por parte del sistema familiar, pueden ser normativas o paranormativas. Las primeras están
relacionadas con eventos esperables del ciclo vital, como el nacimiento de hijos, la adolescencia, la
salida del hogar de los hijos adultos o la jubilación. Las crisis paranormativas, en cambio, derivan de
situaciones inesperadas o externas, tales como una enfermedad crónica, accidentes, pérdidas económicas
o muerte. La aparición de una enfermedad crónica como la diabetes mellitus tipo 2 constituye un ejemplo
claro de crisis paranormativa, al implicar una transformación profunda en la rutina, los hábitos, la
economía familiar y, sobre todo, en la dinámica relacional de la pareja.
En este marco, resulta imprescindible considerar cómo la aparición de una enfermedad crónica, como
la DM2, puede alterar el equilibrio del subsistema conyugal. Esta enfermedad, al requerir
modificaciones en la dieta, el ejercicio, el uso constante de medicamentos y el seguimiento médico
frecuente, puede generar estrés, ansiedad, frustración y desgaste en la relación de pareja. A ello se suma
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la posibilidad de que el paciente experimente complicaciones como la disfunción eréctil, la cual no solo
impacta su salud sexual, sino también su autoestima, la intimidad conyugal y el bienestar emocional
compartido. Por tanto, la atención clínica de estos pacientes debe integrar una visión sistémica que
considere al individuo en el contexto de su relación de pareja y de su familia.
En el contexto de las enfermedades crónicas no transmisibles, la diabetes mellitus tipo 2 (DM2)
representa uno de los principales desafíos de salud pública a nivel mundial, tanto por su creciente
prevalencia como por las múltiples complicaciones que conlleva. Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS, 2023), se estima que más de 460 millones de personas viven con diabetes, siendo la DM2
la forma más común, con una tendencia en aumento en países de ingresos bajos y medios. xico no es
ajeno a esta problemática. Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2022)
indican que aproximadamente el 10.3 % de la población adulta padece diabetes, con mayor prevalencia
en hombres a partir de los 40 años. Esta condición genera un impacto considerable no solo en términos
de morbilidad y mortalidad, sino también en la calidad de vida, los vínculos familiares y,
particularmente, en la dinámica conyugal.
Entre las múltiples complicaciones derivadas de la DM2, la disfunción eréctil (DE) destaca por su alta
frecuencia e impacto emocional. Se trata de una alteración crónica y progresiva caracterizada por la
incapacidad persistente para lograr o mantener una erección suficiente para llevar a cabo una relación
sexual satisfactoria (NIH, 1993). Las causas fisiopatológicas de la DE en pacientes con DM2 incluyen
daños vasculares, neuropatía diabética, disfunción endotelial, alteraciones hormonales y factores
psicológicos como la ansiedad o la depresión. Estudios epidemiológicos han demostrado que los
hombres con diabetes tienen entre dos y tres veces más riesgo de presentar DE en comparación con la
población general, y que esta disfunción aparece a edades más tempranas y con mayor severidad
(Kendirci & Hellstrom, 2004; Giuliano et al., 2013).
Más allá de su manifestación física, la disfunción eréctil repercute profundamente en la autoestima del
paciente, en su percepción de masculinidad, en la intimidad con su pareja y en la calidad general de la
relación conyugal. Esto es especialmente significativo cuando se consideran los mandatos culturales y
sociales en torno a la sexualidad masculina, que tienden a reforzar una asociación entre el rendimiento
sexual y la valía personal del varón. La presencia de DE puede desencadenar conflictos en la pareja,
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distanciamiento emocional, frustración mutua y deterioro de la comunicación. A su vez, estos efectos
pueden retroalimentar la disfunción, agravando su curso y convirtiéndola en un problema relacional más
que individual. Como lo señalan Corona et al. (2016), el abordaje clínico de la DE en el contexto de la
DM2 debe necesariamente contemplar la dimensión psicosocial y relacional del paciente.
En el ámbito de la atención primaria a la salud en México, el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) ha desarrollado modelos integrales que reconocen la importancia del entorno familiar y
conyugal en el proceso de salud-enfermedad. Uno de los instrumentos utilizados para este fin es el
cuestionario para evaluar el subsistema conyugal diseñado por Chávez Aguilar, que permite explorar
aspectos clave de la funcionalidad de la pareja, tales como la cohesión, el apoyo mutuo, la resolución
de conflictos, la comunicación y la afectividad. Este instrumento ha sido aplicado por más de una década
en el ámbito institucional, proporcionando información valiosa para el diseño de intervenciones más
eficaces y humanizadas.
Diversas investigaciones han demostrado una correlación significativa entre el grado de disfunción
eréctil y la calidad del vínculo conyugal. En un estudio realizado por Sánchez-Cruz et al. (2015), se
evidenció que los pacientes con DE severa reportaban mayor deterioro en la comunicación de pareja y
niveles más bajos de satisfacción conyugal. Asimismo, investigaciones como la de Rodríguez-
Rodríguez y colaboradores (2019) resaltan cómo el apoyo emocional percibido por parte de la pareja
influye positivamente en la adherencia al tratamiento de la DM2 y en el control glucémico, lo cual
podría, a su vez, disminuir la progresión de la DE.
A pesar de estos hallazgos, en muchos contextos clínicos la evaluación de la funcionalidad conyugal no
es una práctica sistemática, y los síntomas relacionados con la esfera sexual tienden a permanecer
ocultos por estigmas culturales, vergüenza o desinformación. Esto es particularmente crítico en regiones
donde el acceso a servicios de salud especializados es limitado y donde los modelos de atención no
integran de manera suficiente los factores psicosociales. En el estado de Oaxaca, por ejemplo, la
prevalencia de DM2 se ha incrementado notablemente en las últimas décadas, afectando a poblaciones
en situación de vulnerabilidad, sin que existan suficientes estudios locales que exploren las implicancias
de esta condición sobre la funcionalidad conyugal y la salud sexual del paciente.
En este sentido, se considera pertinente y necesario realizar investigaciones que aborden el binomio
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entre disfunción eréctil y funcionalidad del subsistema conyugal en pacientes diabéticos, especialmente
en el grupo etario comprendido entre los 40 y 75 años, dado que en esta etapa de la vida los vínculos
afectivos, sexuales y familiares experimentan importantes transformaciones. Comprender cómo se
interrelacionan estas dimensiones puede ofrecer información clave para diseñar intervenciones más
efectivas, con un enfoque biopsicosocial que permita mejorar no solo los indicadores clínicos, sino
también la calidad de vida del paciente y su pareja.
El presente estudio se propone, por tanto, determinar el grado de disfunción eréctil y el nivel de
funcionalidad conyugal en hombres diagnosticados con diabetes mellitus tipo 2, adscritos al programa
CADIMSS del Hospital General de Zona No. 2 con Medicina Familiar en Salina Cruz, Oaxaca. Esta
investigación pretende aportar evidencia empírica sobre la relación entre el control metabólico del
paciente, la severidad de la disfunción eréctil y la dinámica conyugal, contribuyendo así a una
comprensión más integral del paciente diabético dentro de su entorno familiar.
A partir del panorama descrito, surge la necesidad de abordar con mayor profundidad el impacto de la
disfunción eréctil en la funcionalidad del subsistema conyugal de los pacientes con diabetes mellitus
tipo 2. Aunque existen estudios que han explorado la prevalencia de esta complicación y su impacto
sobre la salud mental y la calidad de vida individual, son escasas las investigaciones que han vinculado
directamente esta condición con la dinámica relacional de pareja, especialmente en el contexto del
sistema de salud mexicano. Esta omisión constituye una brecha crítica en la atención integral de los
pacientes con enfermedades crónicas, dado que la calidad de los vínculos afectivos puede ser un factor
protector o de riesgo en la evolución clínica de estos pacientes.
El hecho de que muchos hombres eviten hablar de sus problemas sexuales por vergüenza,
estigmatización o desconocimiento agrava aún más la situación, limitando la posibilidad de
intervenciones oportunas y eficaces. Asimismo, los profesionales de salud muchas veces se centran
únicamente en el tratamiento farmacológico y en los parámetros bioquímicos, dejando de lado aspectos
fundamentales como la afectividad, la comunicación y la calidad del vínculo de pareja. Esta visión
reduccionista del proceso salud-enfermedad no solo invisibiliza una dimensión esencial de la
experiencia humana, sino que puede comprometer la adherencia terapéutica y el pronóstico a largo
plazo.
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Particularmente en contextos como el del Hospital General de Zona No. 2 con Medicina Familiar en
Salina Cruz, donde los pacientes adscritos al programa CADIMSS presentan perfiles clínicos y sociales
complejos, se hace indispensable adoptar un enfoque que contemple tanto la dimensión médica como la
afectiva y relacional. La integración de instrumentos validados para la evaluación de la disfunción
eréctil, como el Índice Internacional de Función Eréctil (IIEF), junto con herramientas que valoran la
funcionalidad conyugal, como el cuestionario de Chávez Aguilar, puede ofrecer una mirada más
holística y útil para la intervención clínica.
En función de lo anterior, esta investigación se justifica tanto desde el punto de vista científico como
desde una perspectiva clínica y social. En primer lugar, busca generar conocimiento empírico sobre un
fenómeno poco explorado en el contexto local. En segundo lugar, pretende sensibilizar a los
profesionales de la salud sobre la importancia de incorporar la dimensión relacional en el abordaje de
los pacientes con enfermedades crónicas. En tercer lugar, aspira a contribuir al diseño de políticas
institucionales más inclusivas, que promuevan una atención primaria centrada en la persona y su entorno
afectivo, y no solamente en su patología.
El objetivo general de este estudio es determinar el grado de disfunción eréctil y el nivel de funcionalidad
en el subsistema conyugal en pacientes varones de entre 40 y 75 años con diagnóstico de diabetes
mellitus tipo 2, atendidos en el Hospital General de Zona No. 2 con Medicina Familiar en Salina Cruz,
Oaxaca. Como objetivos específicos se plantean: a) describir la prevalencia de los distintos grados de
disfunción eréctil según la escala IIEF; b) evaluar la funcionalidad conyugal de los pacientes mediante
el instrumento de Chávez Aguilar; c) analizar la relación entre el control metabólico, medido por los
niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c), y la presencia de disfunción eréctil; y d) explorar la
asociación entre la disfunción eréctil y el nivel de funcionalidad conyugal.
Se parte de la hipótesis de que existe una asociación estadísticamente significativa entre el grado de
disfunción eréctil y la funcionalidad del subsistema conyugal en pacientes con diabetes mellitus tipo 2,
y que esta relación está mediada por el nivel de control metabólico. En este sentido, se espera que los
pacientes con mejor control glucémico presenten menor severidad en la disfunción eréctil y mayor
funcionalidad conyugal, lo cual reforzaría la necesidad de implementar estrategias integrales de atención
que incluyan la salud sexual y relacional como componentes clave en el manejo de la diabetes.
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La presente investigación se organiza en cinco secciones. La primera corresponde a esta introducción,
donde se ha contextualizado el problema de estudio, resaltando su relevancia teórica, clínica y social, y
se han formulado los objetivos e hipótesis del trabajo. La segunda sección está dedicada a la
metodología, donde se describen el tipo de estudio, la población de análisis, los instrumentos utilizados
y los procedimientos seguidos. La tercera sección presenta los resultados obtenidos, estructurados en
función de los objetivos propuestos. La cuarta sección corresponde a la discusión, en la que se
interpretan los hallazgos a la luz de la literatura existente, identificando coincidencias, divergencias y
posibles implicaciones. Finalmente, se incluye una sección de conclusiones, donde se sintetizan los
principales aportes del estudio, se reconocen sus limitaciones y se sugieren líneas futuras de
investigación.
A través de este trabajo se pretende no solo generar evidencia científica sobre la relación entre disfunción
eréctil y funcionalidad conyugal en pacientes diabéticos, sino también contribuir a una práctica médica
más humana, empática y contextualizada, que reconozca el valor de la pareja y la familia en la
promoción de la salud y el bienestar integral del individuo.
MATERIALES Y MÉTODOS
La información obtenida de medición de Funcionalidad conyugal y disfunción eréctil en hombres
Diabéticos de 40 a 75 años, obteniendo características de Hemoglobina glicosilada y características en
relación a su funcionalidad sexual y conyugal. Descriptivo: Se obtuvieron y analizaron datos obtenidos
de pacientes hombres con Diabetes Mellitus tipo 2, incorporados al programa CADIMSS, del Hospital
General de zona con Medicina familiar No 2. Prospectivo: se realizaron encuestas durante la entrevista
con el paciente con diabetes mellitus tipo 2 que acuda a sesión en grupo cadimss mensualmente, con el
objetivo de conocer el grado de disfunción eréctil y funcionalidad conyugal con su pareja.
Transversal: Debido a que no se hará seguimiento, las variables de resultado son medidas una sola vez,
se realizaron cuestionarios como método de medición de Funcionalidad del subsistema conyugal
(Chávez Aguilar) y Escala para medición de disfunción eréctil IIFE.
Observacional. Conforme la inferencia del investigador en los datos que se analizaron
Tamaño de muestra Se estudiará a 18 grupos pertenecientes a programa CADIMSS del Hospital General
de Zona N°2 con Medicina Familiar.
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Se realizaron encuestas hetero aplicables, sobre disfunción eréctil y funcionalidad conyugal a un total
de 83 pacientes hombres diabéticos de 40 a 75 os, que acudieron mensualmente a platicas y
seguimiento de Diabetes Mellitus tipo 2.
Lugar del estudio.: El presente estudio se llevaron a cabo en el área de grupo cadimss, en Hospital HGZ2
con Medicina Familiar número 2; ubicado en la calle Nicolás Bravo y Cuauhtémoc No.1 Colonia
Hidalgo Oriente, Salina Cruz, Oaxaca, C.P. 70610.
Criterios de selección de las unidades de muestreo
Criterios de inclusión
Paciente masculino de 40 a 75 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, derechohabiente, que
acuda a grupo cadimss, en Hospital HGZ2 con Medicina Familiar número 2.
Paciente masculino de 40 a 75 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, derechohabiente, con
más de 5 años de diagnóstico de Diabetes mellitus tipo 2,que acuda a grupo cadimss, en Hospital HGZ2
con Medicina Familiar número 2.
Paciente masculino heterosexual de 40 a 75 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, casado, en
unión libre o soltero.
Pacientes que acepten participar en el estudio.
Criterios de exclusión
Paciente masculino de 40 a 75 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, que acuda irregularmente
a consulta mensual cadimss para control de su padecimiento.
Paciente masculino de 40 a 75 años, heterosexual que no tenga relaciones
sexuales, o de pareja.
Pacientes que no acepten participar en el estudio.
Criterios de eliminación
Paciente masculino heterosexual de 40 a 75 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, que no
responda las preguntas.
Paciente masculino heterosexual de 40 a 75 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2, que viva
solo, no tenga pareja.
Paciente que no acud 2 veces seguidas a control con grupo Cadimss.
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Definición conceptual de variables
Edad: Medida del tiempo, expresada en años, que ha transcurrido desde el nacimiento del individuo
hasta la fecha en que se lleva a cabo el registro de datos para este estudio.
Sexo: Características biológicas y fisiológicas que diferencian a los hombres y mujeres.
Escolaridad: nivel de educación formal que alcanza una persona a la fecha del estudio.
Ocupación: trabajo, empleo o actividad que el individuo realiza como medio de sustento.
Estado Civil: Hace referencia al estado legal o situación de un individuo en relación a su vida conyugal
o marital.
Hemoglobina glicosilada: es una prueba de laboratorio utilizada para medir unión de la hemoglobina a
cadenas carbonadas, para saber si el control que realiza el paciente sobre la enfermedad ha sido efectiva
durante los últimos tres meses.
Disfunción eréctil: es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme
como para tener una relación sexual satisfactoria. Funcionalidad conyugal. Es la relación entre pareja
mujer y hombre dentro de la familia.
Operacionalización de variables.
Variables Sociodemográficas
1.Edad
2.Sexo
3.Escolaridad.
4.Estado Civil.
Variables Dependientes.
1.Hemoglobina Glicosilada. A1C
2. Disfunción eréctil.
Variable independiente.
Funcionalidad conyugal.
Procedimientos y recolección de datos
Se utilizaron 2 escalas, una para el grado de disfunción sexual mediante la escala: IIFE validada
internacionalmente con un α-Cronbach > 0,8 consta de 15 preguntas de forma encuesta hetero aplicable,
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con un tiempo estimado de 3 minutos, que abarcan: función eréctil, función orgásmica, deseo sexual,
satisfacción con la relación sexual y satisfacción global, se califica de 0 a 30 puntos; entre 6 a 10: severa,
entre 11 a 16: moderada, entre 17 a 25: leve y desde 26 a 30 no existe disfunción eréctil. La segunda
escala; evalua el grado de funcionalidad conyugal mediante el cuestionario Chávez Aguilar, escala
mexicana, la cual es heteroaplicable, con un tiempo estimado de 1 minuto; criterios: Función de
comunicación (3 ítems), función de adjudicación y asunción de roles (3 ítems), función de satisfacción
sexual (2 ítems), función de afecto (4 ítems) y función de toma de decisiones (1 ítem). A cada ítem se
le da un valor: 0 nunca, 2.5 o 5 ocasional, 1.5, 5 o 10 siempre, según para el criterio de función o
evaluación a considerar. La calificación de cada función permite detectar cuantitativamente el área o
áreas que ameritan atención y ajuste y se propone que en general las disfunciones se califiquen sumando
el puntaje total observado como sigue: 0-40: pareja severamente disfuncional; 41-70: pareja
moderadamente disfuncional; 71-100: pareja funcional.
Plan de recolección de datos: El cuestionario de tipo hetero aplicable; fue aplicado en periodo marzo
2024-octubre 2024, entregado a cada paciente diabético de 40 a 75 años, que acud a la consulta
mensual en su grupo que le pertenece al programa cadimss, con autorización y firma del consentimiento
informado, así como una breve explicación de la finalidad del estudio por parte del médico residente en
Medicina Familiar. Se realizó de forma personal marcando una X en cada reactivo con un tiempo
aproximado de 10 minutos, aplicándolo a hombres que cumplían con los criterios de inclusión y
exclusión establecidos en este protocolo.
Análisis estadístico: Una vez terminado la aplicación de la encuesta, se realizó el vaciado de la
información obtenida a una hoja electrónica de recolección de datos. Para el caso de las variables
cuantitativas se describirán mediante medias y desviación estándar, las variables cualitativas, se
describen mediante frecuencias y porcentajes. Se realizará prueba de Chi cuadrada para el análisis
univariante y entre el control glucémico del paciente diabético y su grado de disfunción eréctil. Se
consideraron como significativos aquellos valores de p < 0.05.
Consideraciones éticas
Los aspectos éticos en la declaración de Helsinki, en su última modificación por la 64ª Asamblea
General, Fortaleza, Brasil, octubre 2013. Apegándose a lo señalado en: los principios generales; los
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riesgos, costos y beneficios; los requisitos científicos y protocolos de investigación; los comités de
investigación; la privacidad y confidencialidad; así como en el consentimiento informado. La
Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial vincula al médico con la formula "velar
solicitamente y ante todo por la salud de mi paciente", y el Código Internacional de Ética Médica afirma
que: 1. "El médico debe considerar lo mejor para el paciente cuando preste atención médica". 2. El deber
del médico es promover y velar por la salud, bienestar y derechos de los pacientes, incluidos los que
participan en investigación médica. 3. El progreso de la medicina se basa en la investigación que, en
último término, debe incluir estudios en seres humanos. 4. El propósito principal de la investigación
médica en seres humanos es comprender las causas, evolución y efectos de las enfermedades y mejorar
las intervenciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas 5. La investigación médica está sujeta a
normas éticas que sirven para promover y asegurar el respeto a todos los seres humanos. 6. Aunque el
objetivo principal de la investigación médica es generar nuevos conocimientos, este objetivo nunca debe
tener primacía sobre los derechos y los intereses de la persona que participa en la investigación. 7. En
la investigación médica, es deber del médico proteger la vida, la salud, la dignidad, la integridad, el
derecho a la autodeterminación, la intimidad y la confidencialidad de la información personal de las
personas que participan en investigación. 8. Los médicos deben considerar las normas y estándares
éticos, legales y jurídicos para la investigación en seres humanos en sus propios países, al igual que las
normas y estándares internacionales vigentes. 9. La investigación médica debe realizarse de manera que
reduzca al mínimo el posible daño al medio ambiente. 10. La investigación médica en seres humanos
debe ser llevada a cabo sólo por personas con la educación, formación y calificaciones científicas y
éticas apropiadas. 11. Los grupos que están subrepresentados en la investigación médica deben tener un
acceso apropiado a la participación en la investigación. 12. El médico que combina la investigación
médica con la atención médica debe involucrar a sus pacientes en la investigación sólo en la medida en
que esto acredite justificado valor potencial preventivo, diagnóstico o terapéutico. 13. Se debe asegurar
compensación y tratamiento apropiados para las personas que son dañadas durante su participación en
la investigación. Riesgos, costos y beneficios 14. En la práctica de la medicina y de la investigación
médica, la mayoría de las intervenciones implican algunos riesgos y costos 15. Toda investigación
médica en seres humanos debe ser precedida de una cuidadosa comparación de los riesgos y los costos
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para las personas y los grupos que participan en la investigación 16. Los médicos no deben involucrarse
en estudios de investigación en seres humanos a menos de que estén seguros de que los riesgos han sido
adecuadamente evaluados Grupos y personas vulnerables 17. Algunos grupos y personas sometidas a la
investigación son particularmente vulnerables y pueden tener más posibilidades de sufrir abusos o daño
adicional. 18. La investigación médica en un grupo vulnerable sólo se justifica si la investigación
responde a las necesidades o prioridades de salud de este grupo y la investigación 19. La investigación
médica en seres humanos debe conformarse con los principios científicos generalmente aceptados y
debe apoyarse en un profundo conocimiento de la bibliografía científica. EI proyecto y el método de
todo estudio en seres humanos deben describirse claramente y ser justificados en un protocolo de
investigación. Comités de ética de investigación 21. El protocolo de la investigación debe enviarse, para
consideración, comentario, consejo y aprobación al comité de ética de investigación pertinente antes de
comenzar el estudio. 22. Deben tomarse toda clase de precauciones para resguardar la intimidad de la
persona que participa en la investigación y la confidencialidad de su información personal.
Consentimiento informado 23. La participación de personas capaces de dar su consentimiento informado
en la investigación médica debe ser voluntaria 24. En la investigación médica en seres humanos capaces
de dar su consentimiento informado, cada individuo potencial debe recibir información adecuada acerca
de los objetivos, métodos, fuentes de financiamiento. 25. Al pedir el consentimiento informado para la
participación en la investigación, el médico debe poner especial cuidado cuando el individuo potencial
está vinculado con él por una relación de dependencia o si consiente bajo presión. 26. Cuando el
individuo potencial sea incapaz de dar su consentimiento informado, el médico debe pedir el
consentimiento informado del representante legal. 27. Si un individuo potencial que participa en la
investigación considerado incapaz de dar su consentimiento informado es capaz de dar su asentimiento
a participar o no en la investigación, el médico debe pedirlo, además del consentimiento del
representante legal. El desacuerdo del individuo potencial debe ser respetado. 28. La investigación en
individuos que no son capaces física o mentalmente de otorgar consentimiento, por ejemplo, los
pacientes inconscientes, se puede realizar sólo si la condición física/mental que impide otorgar el
consentimiento informado es una característica necesaria del grupo investigado. En estas circunstancias,
el médico debe pedir el consentimiento informado al representante legal. Si dicho representante no está
pág. 1414
disponible y si no se puede retrasar la investigación, el estudio puede llevarse a cabo sin consentimiento
informado, siempre que las razones específicas para incluir a individuos con una enfermedad que no les
permite otorgar consentimiento informado hayan sido estipuladas en el protocolo de la investigación y
el estudio haya sido aprobado por un comité de ética de investigación. 29. El médico debe informar
cabalmente al paciente los aspectos de la atención que tienen relación con la investigación. 30. Para la
investigación médica en que se utilice material o datos humanos identificables. Como la investigación
sobre material o datos contenidos en biobancos o depósitos similares. El médico debe pedir los
identificables, como la investigación sobre material o datos contenidos en biobancos o depósitos
similares, el médico debe pedir el consentimiento informado para la recolección, almacenamiento y
reutilización. Uso del placebo 31. Los posibles beneficios, riesgos, costos y eficacia de toda intervención
nueva deben ser evaluados mediante su comparación con las mejores intervenciones probadas. 32. Antes
del ensayo clínico, los auspiciadores, investigadores y los gobiernos de los países anfitriones deben
prever el acceso post ensayo a todos los participantes que todavía necesitan una intervención que ha sido
identificada como beneficiosa en el ensayo 33. Todo estudio de investigación con seres humanos debe
ser inscrito en una base de datos disponible al público antes de aceptar a la primera persona. 34. Los
investigadores, autores, auspiciadores, directores y editores todos tienen obligaciones éticas con
respecto a la publicación y difusión de los resultados de su investigación. Intervenciones no probadas
en la práctica clínica 35. Cuando en la atención de un enfermo las intervenciones probadas no existen u
otras intervenciones conocidas han resultado ineficaces, el médico, después de pedir consejo de experto,
con el consentimiento informado del paciente o de un representante legal autorizado, puede permitirse
usar intervenciones no comprobadas, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir
la salud o aliviar el sufrimiento. Tales intervenciones deben ser investigadas posteriormente a fin de
evaluar su seguridad y eficacia. En todos los casos, esa información nueva debe ser registrada y, cuando
sea oportuno, puesta a disposición del público.La Ley General de salud en materia de investigación de
salud, ha establecido los lineamientos y principios a los cuales deberá cometerse la investigación
científica y tecnológica destinada a la salud. Debe atender a aspectos éticos que garanticen la dignidad
y el bienestar de la persona a investigación, mismos que se promulgan en los siguientes artículos:Título
segundo de los aspectos éticos de la investigación en seres humanos. Artículo 13.- En toda investigación
pág. 1415
en que el ser humano sea sujeto de estudio, deberá prevalecer criterio del respeto a su dignidad y la
protección de sus derechos y bienestar. Artículo 14. IV. Deberán prevalecer siempre las probabilidades
de los beneficiados esperados sobre los riesgos predecibles. V. Contará con el consentimiento informado
y por escrito del sujeto de investigación o su representante legal, con las excepciones que este
Reglamento señala. I. Será elaborado por el investigador principal, indicando la información señalada
en el artículo anterior y de acuerdo a la norma técnica que emita la Secretaría. Il.- Será revisado y, en su
caso, aprobado por la Comisión de Ética de la institución de atención a la salud. Ill.- Indicará los nombres
y direcciones de dos testigos y la relación que éstos tengan con el sujeto de investigación. IV. Deberá
ser firmado por dos testigos y por el sujeto de investigación o su representante legal, en su caso. Si el
sujeto de investigación no supiere firmar, imprimirá su huella digital y a su nombre firmará otra persona
que él designe. VI.- Deberá ser realizada por profesionales de la salud a que se refiere el artículo 114 de
este reglamento, con conocimiento y experiencia para cuidar la integridad del ser humano, bajo la
responsabilidad de una institución de atención a la salud que actúe bajo la supervisión de las autoridades
sanitarias competentes y que cuente con los recursos humanos y materiales necesarios, que garanticen
el bienestar del sujeto de investigación. Artículo 16. En las investigaciones en seres humanos se
protegerá la privacidad del individuo sujeto de investigación, identificándolo sólo cuando los resultados
lo requieran y esté lo autorice. Artículo 17. Se considera como riesgo de la investigación a la
probabilidad de que el sujeto de investigación sufra algún daño como consecuencia inmediata o tardía
del estudio. Según el Artículo17 la presente investigación se considera como una Investigación sin
riesgo pues se aplicarán dos encuestas en la que no se manipulara la conducta del sujeto, refiriéndose
este artículo en su inciso l a estudios que emplean técnicas y métodos de investigación documental
retrospectivos y aquellos en los que no se realiza ninguna intervención o modificación intencionada en
las variables fisiológicas, psicológicas y sociales de los individuos que participan en el Estudios entre
los que se consideran: cuestionarios, entrevistas, revisión de expedientes clínicos y otros en los que no
se le identifique ni se traten aspectos sensitivos de su conducta Los principios éticos básicos señalados
en el Informe Belmont (1979) que sustentan toda la investigación con sujetos humanos: respeto por las
personas, beneficencia y justicia. Los aspectos señalados en la Ley General de Salud (7 de febrero de
1984, última reforma DOF 12-07-2018) en su Título quinto, Investigación para la salud, Capitulo único:
pág. 1416
desarrollo de acciones que comprende al investigación para la salud (artículo 96); bases conforme a las
cuales se debe desarrollar la investigación en seres humanos (artículo 100); y sanciones correspondientes
que se hará acreedor quien realice investigación en seres humanos contraviniendo lo dispuesto en dicha
Ley (artículo 101). El Reglamento de la Ley General de Salud en materia de investigación para la salud
(6 de enero de 1987, última reforma DOF 02-04-2014): Título segundo, de los aspectos éticos de
investigación en seres humanos: Capítulo I (Disposiciones comunes). Del respeto a la dignidad y la
protección de los derechos y bienestar de los seres humanos sujetos de estudio (Artículo 13); de las
bases conforme a las cuales deberá desarrollarse la investigación realizada en seres humanos (artículo
14); y de la protección de la privacidad del individuo en las investigaciones en seres humanos (artículo
16). En lo que respecta al riesgo de la investigación (artículo 17, de acuerdo al reglamento de la ley
General de Salud en Materia de Investigación), el presente estudio se clasifica en la siguiente categoría:
SIN RIESGO. Son estudios que emplean técnicas y métodos de investigación documental retrospectivos
y aquéllos en los que no se realiza ninguna intervención o modificación intencionada en las variables
fisiológicas, psicológicas y sociales de los individuos que participan en el estudio, entre los que se
consideran: cuestionarios, entrevistas, revisión de expedientes clínicos y otros, en los que no se le
identifique ni se traten aspectos sensitivos de su conducta.RIESGO MÍNIMO. Estudios prospectivos
que emplean el riesgo de datos a través de procedimientos comunes en exámenes físicos o psicológicos
de diagnósticos o tratamiento rutinarios, entre los que se consideran: pesar al sujeto, pruebas de agudeza
auditiva; electrocardiograma, termografía, colección de excretas y secreciones externas, obtención de
placenta durante el parto, colección de quido amniótico al romperse las membranas, obtención de
saliva, dientes deciduales y dientes permanentes extraídos por indicación terapéutica, placa dental y
cálculos removidos por procedimiento profilácticos no invasores, corte de pelo y uñas sin causar
desfiguración, extracción de sangre por punción venosa en adultos en buen estado de salud, con
frecuencia máxima de dos veces a la semana y volumen máximo de 450 Ml. en dos meses, excepto
durante el embarazo, ejercicio moderado en voluntarios sanos, pruebas psicológicas a individuos o
grupos en los que no se manipulará la conducta del sujeto, investigación con medicamentos de uso
común, amplio margen terapéutico, autorizados para su venta, empleando las indicaciones, dosis y vías
de administración establecidas y que no sean los medicamentos de investigación que se definen en el
pág. 1417
artículo 65 de este Reglamento, entre otros. RIEGO MAYOR QUE MÍNIMO. Son aquéllas en que las
probabilidades de afectar al sujeto son significativas, entre las que se consideran: estudios radiológicos
y con microondas, ensayos con los medicamentos y modalidades que se definen en el artículo 65 de este
Reglamento, ensayos con nuevos dispositivos, estudios que incluyan procedimientos quirúrgicos,
extracción de sangre 2% del volumen circulante en neonatos, amniocentesis y otras técnicas invasoras
o procedimientos mayores, los que empleen métodos aleatorios de asignación a esquemas terapéuticos
y los que tengan control con placebos, entre otros. En cuanto a lo relacionado al consentimiento
informado, el presente estudio considera lo descrito en los artículos 20, 21, 22 y 24, del mismo
reglamento. (Anexo 2) y además, derivado de que la información se obtendrá a partir de los registros
existentes en el expediente clínico, no amerita carta de consentimiento informado por parte de los
investigadores. Título sexto. De la Ejecución de la Investigación en las Instituciones de atención a la
salud. Capitulo único La conducción de la investigación estará a cargo de un investigador principal
(artículo 113), que desarrollará la investigación de conformidad con un protocolo (artículo 115), estando
encargado de la dirección técnica del estudio y con las atribuciones señaladas (artículo 116), siendo el
quién seleccione a los investigadores asociados (artículo 117), así como al personal técnico y de apoyo
(artículo 118), teniendo la responsabilidad, al término de la ejecución de la investigación, de presentar
al comité de investigación de la institución de atención a la salud un Informe técnico (artículo 119),
pudiendo publicar informes parciales y finales del estudio (artículo 120). El presente protocolo se
enviará a revisión al CLIS y CEI con sede en Oaxaca de Juárez, Oaxaca, para su dictaminación y se
agrega carta de autorización del director, ya que se realizará en la misma unidad de adscripción del
investigador responsable. La información de los derechohabientes contenida se manejada con
confidencialidad y resguardada (físicamente y en formato electrónico) en el área que los comités
consideren con la finalidad de cumplir en las potenciales supervisiones de COFEPRIS y
CONBIOÉTICA.
Aspectos de bioseguridad. El proyecto corresponde a una investigación con riesgo mínimo ya que no se
realizan procedimientos invasivos. Únicamente se llevará a cabo la aplicación de encuestas para
valoración del nivel de disfunción eréctil en pacientes diabéticos tipo 2 y su repercusión en su
funcionalidad conyugal.
pág. 1418
RESULTADOS
Se incluyeron en el presente estudio un total de 83 pacientes, entre quienes el promedio de edad global
fue de 59 años con una desviación estándar de 8.8 años (DE); el promedio de edad entre los casados fue
de 58.8 años (DE=9.2), mientras que entre aquellos en unión libre fue de 59.5 años (DE=7.7 años). La
composición de la población según el grupo de edad se presenta en el Gráfico 2.
Gráfico 1 Composición de la población estudiada, según el grupo de edad.
El 72% (n=60) de los pacientes se reportaron con estado civil casado, mientras el 28% como en unión
libre (n=23). El 37.3% (n=31) de los pacientes contaban con licenciatura concluida, el 26.5% (n=22)
con bachillerato concluido, otro 26.5% con secundaria concluida y el 9.6% solo primaria concluida
(Gráfico 2, Tabla 1).
18%
27%
48%
7%
40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 y más
Porcentaje de pacientes
Grupo de edad
pág. 1419
Gráfico 2 Grado de escolaridad de los pacientes estudiados, proporción total.
Según el estado civil, el 40% de los casados contaba con licenciatura concluida, seguidos en mayor
proporción por aquellos con bachillerato concluido que fueron el 27%. Mientras que entre aquellos en
unión libre la mayoría contaba solo con secundaria concluida (39%), seguidos por aquellos con
licenciatura concluida (30%) (Tabla 1).
Tabla 1 Estado civil según escolaridad de los pacientes.
Estado civil
Grado de escolaridad
Porcentaje
CASADO
BACHILLERATO
27%
LICENCIATURA
40%
PRIMARIA
12%
SECUNDARIA
22%
Subtotal
72%
UNION LIBRE
BACHILLERATO
26%
LICENCIATURA
30%
PRIMARIA
4%
SECUNDARIA
39%
Subtotal
28%
Total
100%
El promedio de años con diagnóstico de DM 2 fue de 8.4 años (DE=2.2), con un mínimo de 5 y un
máximo de 15 años. El grupo de edad con mayor promedio de años viviendo con DM 2 fue el de 70 y
más años con una media de 11 años (DE=2.4), seguido por el grupo de 40 a 49 años con media de 9.7
31
22
22
8
0 5 10 15 20 25 30 35
LICENCIATURA
BACHILLERATO
SECUNDARIA
PRIMARIA
NÚMERO DE PACIENTES
MÁXIMO GRADO DE ESCOLARIDAD
pág. 1420
años (DE=2.4) (Tabla 2).
Tabla 1 Tiempo de diagnóstico de DM 2 entre la población estudiada, según el grupo de edad.
Grupo de edad
Promedio de años con DM 2
Desviación estándar
40 a 49
9.7
2.4
50 a 59
7.4
1.7
60 a 69
8.2
2.0
70 y más
11.0
2.4
Total
8.4
2.2
El 55% (n=46) de los pacientes no se encontraban en control metabólico durante su última consulta
(HbA1c >7%), el 45% restante si se encontraba en control (n=37). Entre aquellos fuera de control, el
promedio de años con diagnóstico de DM 2 fue de 8.3 años (DE=2), mientras aquellos con control
tuvieron una media de 8.5 años con DM 2 (DE=2.6).
El puntaje promedio de funcionalidad conyugal (FC) fue de 83.9 puntos, la mayoría de los pacientes se
encontró con un nivel de FC funcional (78%, n=65), seguidos por aquellos con FC moderado (18%,
n=15), y solo el 4% (n=3) se encontró con FC disfuncional severo Gráfico 3.
Gráfico 3 Nivel de funcionalidad conyugal en la población estudiada.
Entre aquellos pacientes sin control metabólico, el 37% (n=31) se encontró con una FC funcional,
seguidos por aquellos con FC moderado (16.9%); mientras que aquellos en control metabólico tuvieron
en su mayoría un nivel de FC funcional (41%), seguido por aquellos con FC disfuncional (2.4%). El
mayor porcentaje de pacientes con FC funcional se encontró entre los pacientes en control metabólico
78%
1
4%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
FUNCIONAL DISFUNCIÓN MODERADA DISFUNCIÓN SEVERA
pág. 1421
(41%) (Tabla 3, Gráfico 4, Gráfico 5).
Tabla 2 Nivel de funcionalidad conyugal, según la presencia de control metabólico evaluado por
HbA1c.
Control metabólico
Funcionalidad conyugal
Total
Sin control
Funcional
37.3%
Disfunción moderada
16.9%
Disfunción severa
1.2%
Con control
Funcional
41.0%
Disfunción moderada
1.2%
Disfunción severa
2.4%
Gráfico 4 Funcionalidad conyugal, en pacientes CON control metabólico (HbA1c <7).
6,0%
10,8%
20,5%
3,6%
1,2%
2,4%
40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 y más
Disfunción severa
Disfunción moderada
Funcional
pág. 1422
Gráfico 5 Funcionalidad conyugal, en pacientes SIN control metabólico (HbA1c >7).
El 54.2% (n=45) de los pacientes se encontraron con disfunción eréctil y el restante 45.8% (n=38) se
encontró sin disfunción eréctil (Gráfico 6). Según el grupo de edad, el mayor porcentaje de pacientes
con disfunción eréctil se encontró en aquellos de 60 a 69 años, seguido por aquellos de 50 a 59 años
(Tabla 4, Gráfico 7). Entre los pacientes sin control metabólico el 41% presentaba un nivel moderado
de disfunción eréctil, el 2.4% de tipo severo y en el restante 12% no existió DE; mientras que entre los
pacientes con control metabólico la mayoría no presentaba disfunción eréctil (33.7%), seguidos por
aquellos con disfunción eréctil moderada (9.6%), y solo el 1.2% presentaba disfunción eréctil severa
(Tabla 5, Gráfico 8).
Gráfico 6 Prevalencia de disfunción eréctil entre los pacientes estudiados
10,8%
10,8% 15,7%
1,2%
4,8%
10,8%
1,2%
40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 y más
Disfunción severa
Disfunción moderada
Funcional
45,8% 50,6%
3,6%
NO EXISTE MODERADO SEVERO
Porcentaje de los
pacientes
Disfunción eréctil
pág. 1423
Tabla 3 Nivel de disfunción eréctil según grupo de edad
Nivel de disfunción eréctil
Grupo de edad
Total
40 a 49
50 a 59
60 a 69
70 y más
Sin DE
8.4%
14.5%
21.7%
1.2%
45.8%
DE moderada
9.6%
12.0%
25.3%
3.6%
50.6%
DE severa
0.0%
0.0%
1.2%
2.4%
3.6%
Tabla 4 Nivel de disfunción eréctil, según la presencia de control metabólico.
Control metabólico
Disfunción eréctil (DE)
Total
Sin control
Sin DE
12.0%
DE moderada
41.0%
DE severa
2.4%
Con control
Sin DE
33.7%
DE moderada
9.6%
DE severa
1.2%
Estadístico X2
Valor de p
<0.05
Gráfico 7 Disfunción eréctil según el grupo de edad
8,40%
14,50%
21,70%
1,20%
9,60%
12,00%
25,30%
3,60%
0,00% 0,00% 1,20% 2,40%
40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 y más
Porcentaje de pacientes
Grupo de edad
NO EXISTE MODERADO SEVERO
pág. 1424
Gráfico 8 Disfunción eréctil según el control metabólico
Tabla 5 Distribución de la presencia de disfunción eréctil según la presencia de disfunción conyugal
Disfunción
eréctil
Funcionalidad conyugal
Disfuncional
Moderado
Funcional
Sin DE
0
0
38 (n=45.8%)
DE moderada
1 (n=1.2%)
14 (n=16.9%)
27 (n=32.5%)
DE severa
2 (n=2.4%)
1 (n=1.2%)
0
X2 p <0.05
Mediante prueba chi cuadrado se identificó una relación estadísticamente significativa entre el control
metabólico y la presencia se disfunción eréctil moderada, severa y la ausencia de esta. Un mejor control
metabólico, definido por la evaluación del control glicémico a través de HbA1C <7%, se relacionó con
la ausencia de disfunción eréctil (Tabla 5).
La mayoría de pacientes con FC funcional (45.8%) no cursaba con disfunción eréctil, mientras que todos
aquellos con algún grado de disfunción conyugal presentaron algún grado de disfunción eréctil, en el
18.1% de nivel moderado y en 3.6% de nivel severa; esta diferencia entre la presencia de disfunción
eréctil respecto de la presencia de disfunción conyugal mostró una asociación estadísticamente
significativa (Tabla 6). Esta diferencia también se observó al evaluar mediante estadístico T de Student,
para la cual se generó una variable dicotómica: con o sin disfunción eréctil; la diferencia en el puntaje
de la funcionalidad conyugal fue estadísticamente significativa (p<0.02)(Tabla 7).
41,0%
9,6%
12,0%
33,7%
2,4% 1,2%
Sin control met Con control metabólico
Porcentaje de pacientes
Estatus de control metabólico
DE moderada Sin DE DE severa
pág. 1425
Tabla 6 Puntuación de disfunción conyugal según la presencia de disfunción eréctil
Disfunción
eréctil
Puntuación media de
funcionalidad conyugal
Desviación estándar
Intervalo de
confianza al
95%
Sin DE
90.2
2.6
89.3-91.06
Con DE
78.6
15.8
73.9-83.4
T test2 p <0.02
DISCUSIÓN
Los resultados del presente estudio, realizado en 83 pacientes varones con diagnóstico de diabetes
mellitus tipo 2 (DM2), ofrecen una perspectiva integral sobre la relación entre el grado de disfunción
eréctil y la funcionalidad del subsistema conyugal. En primer lugar, el perfil sociodemográfico de los
participantes mostró un promedio de edad general de 59 años (DE = 8.8), lo cual coincide con la
literatura que indica que la disfunción eréctil tiende a incrementarse con la edad, especialmente a partir
de la sexta década de vida (Kumar & Singh, 2015). Este patrón se mantuvo entre los subgrupos de estado
civil, ya que tanto los hombres casados como aquellos en unión libre presentaron promedios de edad
similares, sin diferencias sustanciales. Asimismo, el tiempo promedio de diagnóstico de diabetes fue de
8.4 años, siendo más prolongado en el grupo de mayores de 70 años, lo cual es esperable dado el curso
crónico de la enfermedad.
Uno de los hallazgos más relevantes fue que el 50.6% de los pacientes evaluados presentaron algún
grado de disfunción eréctil, siendo el tipo moderado el más prevalente, lo que representa una proporción
considerable en una población con una media de casi una década conviviendo con diabetes. Este
resultado encuentra eco en lo reportado por Moreno et al. (2007) en un estudio realizado en México,
donde se encontró que el 86.3% de los participantes presentaba algún nivel de disfunción eréctil. Sin
embargo, en dicho estudio la funcionalidad conyugal se mantenía en el 59.17% de los casos, una cifra
inferior a la encontrada en nuestra investigación, donde el 78% de los pacientes fueron identificados
como pertenecientes a parejas funcionales. Esta diferencia podría atribuirse a diversas variables
contextuales como el acceso a atención médica integral, diferencias culturales en la percepción del rol
conyugal o características propias de la muestra estudiada.
Asimismo, es pertinente contrastar estos hallazgos con el estudio de Rodríguez et al. (2014) realizado
en Brasil, en el que se reportó una prevalencia de disfunción eréctil del 78.8% entre pacientes con DM2
pág. 1426
descontrolada, junto con una disfunción conyugal del 40%. Estos datos refuerzan la hipótesis de que el
control glucémico es un factor determinante tanto para la función sexual como para la salud de la
relación de pareja. En efecto, en nuestro estudio, se observó que el 41% de los pacientes con descontrol
glucémico presentaban disfunción eréctil, mientras que entre quienes tenían un adecuado control
metabólico solo el 9% presentó disfunción moderada, y ninguno presentó disfunción severa. Esto pone
de manifiesto el efecto protector de un adecuado manejo glucémico no solo sobre las complicaciones
somáticas de la diabetes, sino también sobre aspectos menos visibilizados como la salud sexual.
Otro estudio relevante para el análisis comparativo es el de Arrieta et al. (2008), quienes examinaron
una cohorte de 219 hombres con diabetes tipo 2 de larga data, encontrando que el 35.6% presentaba
disfunción eréctil moderada y el 23.3% disfunción severa. En su análisis, entre los pacientes sin control
metabólico, el 41% tenía disfunción eréctil moderada y el 2.4% severa; mientras que entre los pacientes
con control adecuado, el 33.7% no presentaba disfunción, el 9.6% tenía disfunción moderada y apenas
el 1.2% severa. Estos porcentajes se asemejan a los hallazgos de nuestro estudio, en el que la disfunción
moderada fue la más común (50.8%), seguida por una disfunción severa en el 3.6% y ausencia de
disfunción en el 45.8% de los participantes.
Lo notable de los hallazgos actuales es que, a pesar de la alta prevalencia de disfunción eréctil, la
mayoría de los pacientes conservaba una pareja funcional. Esto puede interpretarse desde varios
enfoques. En primer lugar, la funcionalidad conyugal no es determinada exclusivamente por la
actividad sexual, sino que también incluye aspectos como la comunicación, el afecto, el apoyo mutuo,
la resolución de conflictos y la satisfacción emocional (Spanier, 1976). En segundo lugar, es posible que
en parejas de larga duración, como las que se estudiaron, exista un grado de adaptación o resiliencia
frente a cambios físicos y funcionales del envejecimiento y la enfermedad. En tercer lugar, se puede
considerar que, culturalmente, algunas parejas puedan minimizar o resignificar la importancia de la
sexualidad en etapas avanzadas de la vida, priorizando otros aspectos de la convivencia.
También cabe destacar que el análisis por estado del control metabólico reveló diferencias significativas.
Entre los pacientes con descontrol glucémico, el 37% mantenía una pareja funcional, mientras que entre
los que sí tenían control, el 41% mostró funcionalidad conyugal plena. Esta asociación sugiere que los
beneficios del buen control glucémico no se limitan a la prevención de complicaciones vasculares o
pág. 1427
neurológicas, sino que también inciden positivamente sobre la vida afectiva del paciente.
Este hallazgo resalta la necesidad de incluir la dimensión conyugal dentro de la atención integral del
paciente con diabetes. La salud de la relación de pareja puede actuar como un factor protector ante el
deterioro funcional y emocional, facilitando la adherencia al tratamiento y promoviendo un
afrontamiento más efectivo ante la enfermedad. Diversos estudios han mostrado que el apoyo emocional
de la pareja se relaciona positivamente con la autorregulación del tratamiento, la frecuencia de
monitoreo de glucosa y el mantenimiento de hábitos saludables (Fisher et al., 2010).
La relación entre funcionalidad conyugal y salud sexual, aunque íntimamente relacionada, no es
unidireccional. Es decir, mientras que la disfunción eréctil puede provocar tensiones o distanciamiento
emocional en la pareja, también ocurre que una relación disfuncional, caracterizada por baja
comunicación o altos niveles de conflicto, puede agravar los problemas sexuales. Esta relación
bidireccional debe ser tenida en cuenta por los profesionales de salud familiar y comunitaria, quienes
deberían fomentar espacios de diálogo con la pareja y ofrecer consejería sexual cuando se detecten
problemas persistentes.
Por otro lado, es importante subrayar que un porcentaje significativo de pacientes (45.8%) no reportó
disfunción eréctil, lo que contradice en parte la tendencia global que reporta prevalencias más altas,
particularmente en varones con más de cinco años de evolución de la diabetes. Esto podría deberse a
factores metodológicos como la forma de recolección de datos (heteroaplicación de encuestas) o a la
posible subdeclaración de síntomas por vergüenza o desconocimiento. En este sentido, es fundamental
mejorar la sensibilización de los pacientes respecto a los problemas sexuales como parte integral de su
salud y no como un tema tabú o secundario.
En términos generales, los resultados del presente estudio están alineados con la literatura existente y
fortalecen el cuerpo de evidencia que relaciona de forma significativa la diabetes mellitus tipo 2 con la
disfunción eréctil y, en menor medida, con la disfunción conyugal. A diferencia de otras investigaciones,
este estudio pone énfasis en el subsistema conyugal como una unidad de análisis válida y necesaria para
comprender mejor la experiencia de los pacientes diabéticos. Esta perspectiva aporta valor clínico y
social al trabajo, y abre líneas futuras de investigación sobre las intervenciones psicoterapéuticas y
educativas dirigidas a parejas que enfrentan enfermedades crónicas.
pág. 1428
Finalmente, es necesario reconocer algunas limitaciones del estudio. La muestra fue tomada de una sola
institución y se basó en una técnica no probabilística, lo cual limita la generalización de los resultados.
Asimismo, no se incluyeron variables como la duración de la relación de pareja, la presencia de
comorbilidades psiquiátricas o la percepción subjetiva de satisfacción conyugal. A pesar de ello, el
estudio aporta hallazgos relevantes que pueden orientar la práctica clínica, especialmente en el primer
nivel de atención.
En conclusión, esta discusión pone de relieve la compleja interrelación entre la salud física, la
funcionalidad sexual y la dinámica conyugal en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, y sugiere que una
atención integral debe considerar no solo el control de los niveles de glucosa, sino también la promoción
del bienestar afectivo y relacional del paciente.
CONCLUSIONES
Los hallazgos de este estudio permiten concluir que existe una relación significativa entre el control
metabólico, la presencia de disfunción eréctil y el nivel de funcionalidad conyugal en pacientes varones
con diabetes mellitus tipo 2. A pesar de que más del 50% de los participantes presentó algún grado de
disfunción eréctil, la mayoría mantenía una relación de pareja funcional, lo cual resalta el papel resiliente
del subsistema conyugal ante los efectos crónicos de la enfermedad. Los pacientes con adecuado control
glucémico mostraron menores niveles de disfunción sexual y mayores niveles de funcionalidad
conyugal. Estos resultados subrayan la importancia de una atención médica integral que contemple tanto
la dimensión física como la emocional y relacional del paciente diabético, promoviendo intervenciones
que incluyan el acompañamiento de la pareja como parte fundamental del tratamiento.
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