. En general podemos decir que la IA se considera una rama de la informática dedicada a
diseñar sistemas capaces de realizar tareas que requieren inteligencia simulando a la humana, como
aprender, razonar, percibir y tomar decisiones basadas en datos para alcanzar objetivos específicos,
alimentándose de la información que se proporcione y recopilando todos los datos para procesar la
misma efectuando una acción en base a la instrucción dada por el usuario, es decir necesita de la
información que proporciona el humano.
Ahora bien, con estas definiciones de IA, nos referiremos al uso de la misma en la contratación pública,
pues este tema ha ganado relevancia en los últimos años, especialmente en la detección de posibles
prácticas irregulares y la promoción de la transparencia como son el Análisis de Datos, pues la IA puede
procesar grandes volúmenes de información relacionados con contratos públicos, proveedores y
transacciones mediante técnicas de análisis de datos, se pueden identificar patrones inusuales que
podrían indicar inconsistencia entre el SOCE y la normativa aplicable en materia de contratación
pública, que es el objeto medular materia de este trabajo, sin perjuicio de que con su aplicación pueda
detectase acciones inusuales para combatir actos de corrupción como el posible direccionamiento de
contratos públicos o que los proveedores del Estado no sean los mismos en reiteradas ocasiones, pues
estas inconductas vulneran los principios de la contratación pública establecidos en el artículo 4 la
LOSNCP como son: legalidad, trato justo, igualdad, calidad, vigencia tecnológica, oportunidad,
concurrencia, transparencia, publicidad; y, participación nacional. Pues entendemos que una inconducta
es una acción o comportamiento que transgrede normas, reglas, principios éticos o expectativas
previamente establecidas en un contexto específico.
No podemos negar que la IA puede ser considerada sin lugar a duda como una herramienta estratégica
en la modernización de los procesos de contratación pública, destacándose por su capacidad para
analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones que pueden pasar desapercibidos para los
humanos. En este contexto, una de sus aplicaciones más relevantes es la identificación de
inconsistencias normativas en los procedimientos de adquisición, que pueden derivar en irregularidades,