ESTEREOTIPOS DE GÉNERO: PARTICIPACIÓN E
INTERACCIÓN EN ACTIVIDADES FÍSICO
DEPORTIVAS EN EL ÁREA DE EDUCACIÓN FÍSICA

GENDER STEREOTYPES: PARTICIPATION AND

INTERACTION IN PHYSICAL AND SPORTS ACTIVITIES IN

THE AREA OF PHYSICAL EDUCATION

Jeison Zuluaga Calderon

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Jocabeth Peggy Lopez Salcedo

Corporación Universitaria Minuto de Dios
pág. 3894
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i6.21495
Estereotipos de género: Participación e interacción en actividades físico
deportivas en el área de educación física

Jeison Zuluaga Calderon
1
jeison.zuluaga@uniminuto.edu.co

https://
orcid.org/0009-0003-7187-0185
Corporación Universitaria Minuto de Dios

Colombia

Adriana Obando Aguirre

aobando1@uniminuto.edu.co

https://orcid.org/0000-0003-1987-7235

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Colombia

RESUMEN

El estudio analiza la influencia de los estereotipos de género en la participación e interacción de los
estudiantes en las clases de educación física, recreación y deportes. El objetivo consistió en identificar
los estereotipos prevalentes en la realización de actividades físicas y deportivas en el contexto escolar.
Se desarrolló una investigación cualitativa con enfoque interpretativo y epistemología hermenéutica,
empleando como instrumento una entrevista semiestructurada, aplicada a estudiantes de los grados
octavo, noveno y décimo de educación secundaria. Los datos se analizaron mediante categorización e
interpretación narrativa, lo que permitió identificar la persistencia de estereotipos tradicionales que
asocian el deporte competitivo con la masculinidad y relegan la participación femenina a roles
secundarios o de apoyo en dichas actividades. Los resultados revelan que las prácticas físico-deportivas
continúan mediadas por creencias culturales y comportamientos diferenciados por género, influyendo
en la autoestima, la motivación y la integración de los estudiantes. Se concluye que la educación física
sigue siendo un espacio donde se reproducen desigualdades simbólicas, pero también constituye un
escenario con potencial transformador mediante la implementación de metodologías activas y
cooperativas que promuevan la equidad de género y la participación inclusiva en el ámbito escolar.

Palabras clave: estereotipos de género; educación física (ef); participación; interacción

1
Autor principal
Correspondencia:
jeison.zuluaga@uniminuto.edu.co
pág. 3895
Gender stereotypes: Participation and int
eraction in physical and sports
activities in the area of
physical education
ABSTRACT

This study analyzes the influence of gender stereotypes on student participation and interaction in

physical education, recreation, and sports classes. The objective was to identify the prevailing

stereotypes in the performance of physical and sporting act
ivities within the school context. A qualitative
study with an interpretive approach and hermeneutic epistemology was conducted, employing a semi
-
structured interview as the instrument, administered to students in grades eight, nine, and ten of

secondary s
chool. The data were analyzed through categorization and narrative interpretation, which
allowed for the identification of the persistence of traditional stereotypes that associate competitive

sports with masculinity and relegate female participation to se
condary or support roles in these activities.
The results reveal that physical and sporting practices continue to be mediated by cultural beliefs and

gender
-differentiated behaviors, influencing students' self-esteem, motivation, and integration. It is
con
cluded that physical education continues to be a space where symbolic inequalities are reproduced,
but it also constitutes a scenario with transformative potential through the implementation of active and

cooperative methodologies that promote gender equit
y and inclusive participation in the school
environment.

Keywords
: gender stereotypes, physical education (pe), participation, interaction
Artículo recibido 20 octubre 2025

Aceptado para publicación: 15 noviembre 2025
pág. 3896
INTRODUCCIÓN

En la actualidad, la educación física escolar enfrenta el reto de superar las desigualdades derivadas de
los estereotipos de género que aún condicionan la participación de los estudiantes. Las clases,
tradicionalmente orientadas hacia modelos androcéntricos y competitivos, continúan reproduciendo
patrones que asocian la fuerza, la resistencia y la competencia con lo masculino, mientras limitan la
participación femenina y fomentan percepciones de inferioridad o exclusión. Esta problemática afecta
el desarrollo integral del alumnado y restringe los espacios de convivencia y aprendizaje colaborativo.

Diversos estudios recientes evidencian que, a pesar de los avances en políticas de equidad e inclusión,
las dinámicas escolares reproducen roles tradicionales que legitiman diferencias de género en el deporte
y la actividad física. Investigaciones europeas y latinoamericanas han identificado que tanto docentes
como estudiantes mantienen percepciones estereotipadas sobre las capacidades físicas y los intereses
deportivos de hombres y mujeres, lo que condiciona la participación e interacción de los géneros en los
entornos escolares.

El objetivo de esta investigación busca identificar los estereotipos de género prevalentes que se
manifiestan durante la realización de actividades físicas y deportivas dentro del área de educación física,
recreación y deportes. Con lo que se orienta el estudio hacia la comprensión de cómo las construcciones
sociales de género pueden condicionar las dinámicas escolares y las actitudes frente a la práctica físico-
deportiva. En coherencia con ello, es importante comprender los factores que facilitan o limitan una
participación equitativa.

Ante este panorama, surge la necesidad de analizar las formas en que los estereotipos de género influyen
en la participación y la interacción en actividades físico-deportivas dentro del ámbito educativo,
comprendiendo cómo dichas construcciones sociales y culturales impactan las relaciones y experiencias
en las clases de educación física, además de visualizar estereotipos existentes en este contexto especifico
y así poder generar estrategias pedagógicas que fomenten la igualdad y la inclusión. El contexto de
investigación corresponde a estudiantes adolescentes de la institución educativa León XIII del municipio
de El Peñol, Antioquia, quienes representan un grupo diverso en edad, intereses y diferencias
socioculturales.

Marco teórico
pág. 3897
La educación física (EF) se constituye como un componente esencial del proceso educativo, dado que
fomenta aprendizajes que trascienden la dimensión meramente corporal a través de la práctica motriz,
el juego y el deporte. Desde esta perspectiva, la EF no solo busca el fortalecimiento de las capacidades
físicas, sino que promueve valores fundamentales como la cooperación, el respeto, la disciplina y la
equidad, favoreciendo la formación de una ciudadanía activa y comprometida. No obstante, a pesar de
su potencial formativo, la EF escolar enfrenta el desafío de superar las desigualdades históricas
impulsadas por los estereotipos de género. Las clases, orientadas tradicionalmente hacia modelos
androcéntricos y competitivos, han reproducido patrones que asocian cualidades como la fuerza, la
resistencia y la competencia con lo masculino, lo que consecuentemente limita la participación femenina
y fomenta percepciones de inferioridad o exclusión.

La revisión de la literatura y trabajos investigativos similares evidencian que, a pesar de los avances en
políticas de equidad, las dinámicas escolares persisten en la reproducción de roles tradicionales.
Investigaciones recientes (González-Gijón et al., 2024; Chihuailaf-Vera et al., 2024; García, 2023)
destacan la persistencia de prácticas sexistas y la necesidad de replantear los modelos pedagógicos. Este
condicionamiento social influye directamente en la elección deportiva, asociando deportes como el
tbol o el baloncesto con lo masculino, y el voleibol o la gimnasia con lo femenino. En este sentido, la
participación, entendida como el grado de involucramiento activo del estudiantado en las actividades
físico-deportivas, se ve limitada por los estereotipos, donde muchas mujeres se sienten restringidas por
el miedo a la crítica o por la falta de confianza, asociándose la fuerza a lo masculino y la agilidad a lo
femenino. Asimismo, los estudiantes asocian la participación ideal con la posibilidad de practicar
libremente cualquier deporte sin ser limitado por creencias de género. Por su parte, la interacción se
refiere a las relaciones sociales que se establecen durante las prácticas, mediadas por valores de
cooperación, respeto y equidad (Guzmán-Brand, 2022; Llanos, 2023).

Investigaciones a nivel internacional se han enfocado en las desigualdades de género y los
comportamientos sexistas en Educación Física (EF) la relación a la persistencia de la desigualdad hay
estudios etnográficos en España que demuestran que los comportamientos sexistas y la permanencia de
estereotipos, tanto en el alumnado como en el profesorado, siguen influyendo en la discriminación de
pág. 3898
género en la EF, concluyendo que persisten desigualdades en el ámbito deportivo y en la ejecución de
actividades físicas (Sánchez, 2020).

También señalan a través del diseño intervenciones sociales como la estrategia "Deportigualízate" en
España, enmarcadas en la pedagogía feminista crítica, para desafiar el sexismo a través de contextos
físico-deportivos. Los hallazgos indican que aún persisten discursos y prácticas que marginalizan ciertas
identidades y (re)producen el status de género (Castro García, 2023). La influencia cultural en un
contexto multicultural encontró que los chicos tienen más arraigados los estereotipos de género que las
chicas, y que la procedencia cultural (incluyendo estilos de crianza y valores) influye en la consolidación
de estas creencias (González-Gijón et al., 2024).

Por otro lado, la implementación de modelos pedagógicos como la Educación Deportiva y el
Aprendizaje Cooperativo (a veces hibridados con la Enseñanza Comprensiva del Deporte) ha
demostrado resultados positivos. Estos modelos incrementan los niveles de actividad física, motivación,
autonomía y competencia, y mejoran las relaciones sociales, ofreciendo beneficios en los dominios de
aprendizaje físico, cognitivo, afectivo y social (Rocamora Ortega, 2021; Guijarro, 2021; Evangelio,
2021). Las actividades extraescolares muestran cómo los chicos practican más los deportes colectivos y
las chicas deportes individuales, y que la actividad física extraescolar se reduce con el paso del tiempo
(Aznar Ballesta, 2022).

En el contexto colombiano, las investigaciones abordan la perspectiva de género, la inequidad y la
formación integral, donde el contexto educativo se ha identificado una desarticulación entre los
proyectos educativos y las problemáticas sociales, afectando la pertinencia de la formación en relación
con los cambios sociales esperados (Pedraza Goyeneche, 2022, p. 294). Teniendo relación con los
estereotipos y la violencia. Además, el androcentrismo ha dominado históricamente en todos los campos
del progreso social, manifestándose en el lenguaje, los puestos de poder y el acceso a oportunidades
(Alonso, 2022, p. 30).

(Cárcamo Vergara, 2020, p. 86). Destaca la necesidad de trabajar el cuerpo en EF no solo para el
desarrollo de habilidades y salud, sino también para fomentar la cohesión social y la equidad de género
dentro y fuera de las escuelas, así mismo (Moreno & Franco, 2022).
pág. 3899
han encontrado que la discriminación por género está tan normalizada que se invisibiliza como
problemática en el departamento de Antioquia. Es así que los mismos discursos patriarcales de los
docentes perpetúan las desigualdades de género, transmitiendo estas acciones mediante la comunicación
verbal y las construcciones culturales (Ríos Tejada et al., 2023). Finalmente, se evidencia que los
estereotipos y las barreras de género persisten en el deporte en la sociedad antioqueña, haciendo
necesario el apoyo y reconocimiento de las mujeres deportistas (Taborda Quiroz et al., 2023)

Teniendo en cuenta la revisión de la literatura anteriormente descrita, el núcleo conceptual de esta
problemática reside en los estereotipos de género, que Hentschel et al. (2019) definen como
generalizaciones socialmente compartidas que asignan características, comportamientos y roles
diferenciados a hombres y mujeres, influyendo en cómo se perciben en diversos contextos. Estos
estereotipos son construcciones socioculturales que determinan roles y expectativas (Santa-Vega, 2022).
Los participantes en la investigación comprenden estos estereotipos como ideas o creencias
generalizadas que dictan cómo deben actuar y comportarse hombres y mujeres, identificándolos como
prejuicios o ideas preconcebidas impuestas por la sociedad o la tradición. La literatura establece que
estos estereotipos no son aleatorios, sino que son resultado de estructuras históricas y culturales que
legitiman la desigualdad, siendo la familia, la escuela y los medios de comunicación los principales
agentes de socialización que reproducen estos esquemas (Martínez-Abajo et al., 2020). Esta
socialización diferencia las expectativas, asociando la fuerza y la competitividad con los hombres, y la
delicadeza o cooperación con las mujeres (Kollmayer et al., 2018).

Es por esto que, en el contexto práctico de la EF, los discursos de igualdad en la práctica educativa a
menudo se ven afectados, ya que la organización de la clase regularmente viene acompañada de criterios
diferenciados que refuerzan el mito de la superioridad física masculina (Pedersen et al., 2021). Esta
división se basa en tradiciones culturales más que en criterios científicos (Barrón-Luján et al., 2024).
Además de las barreras internas, los medios de comunicación desempeñan un papel crucial al mantener
una cobertura predominante del deporte masculino y visibilizar el deporte femenino bajo un enfoque
estético y sexualizado (Salido-Fernández & Muñoz-Muñoz, 2021), lo que afecta la autoestima de las
jóvenes deportistas. El discurso meritocrático que sugiere que el éxito es solo esfuerzo individual oculta
pág. 3900
las desigualdades estructurales (económicas, institucionales y simbólicas) que enfrentan las mujeres
(Barrón-Luján et al., 2024; Cooky et al., 2015).

Este panorama genera un impacto psicológico y social, donde el miedo a la crítica disuade a los
adolescentes de participar en deportes "no tradicionales" (Meier et al., 2021), derivando en ansiedad y
autoexclusión. Para contrarrestar esto, la EF debe ser un espacio con potencial transformador,
implementando metodologías activas y cooperativas que promuevan la equidad de género y la
participación inclusiva, liberando así tanto a hombres como a mujeres de los mandatos rígidos del género
tradicional. El objetivo del estudio, de hecho, se centró en analizar cómo estas construcciones sociales
influyen en la participación e interacción de los estudiantes, concluyendo que la EF sigue siendo un
espacio donde se reproducen desigualdades simbólicas, lo que subraya la necesidad de fomentar
prácticas educativas que reconozcan la influencia de los estereotipos para construir entornos más justos
y formativos

METODOLOGÍA

La investigación se desarrolló bajo un enfoque cualitativo y un paradigma interpretativo, sustentado en
una epistemología hermenéutica, que permitió comprender las percepciones y experiencias de los
estudiantes sobre los estereotipos de género en las prácticas deportivas. El tipo de estudio fue
descriptivo-interpretativo, orientado a analizar los significados atribuidos por los participantes a sus
interacciones cotidianas en el área de EF.

La selección de los participantes se realizó mediante un muestreo intencional o por conveniencia, el cual
permite identificar sujetos que posean información relevante y significativa sobre el fenómeno
investigado. El grupo estuvo conformado por 15 estudiantes de educación secundaria con diversidad de
género, de los grados octavo, noveno y décimo, los cuales están entre los 13 y 17 años, seleccionados
desde muestreo intencional o por conveniencia. La participación fue voluntaria, y todos los sujetos
firmaron un consentimiento informado que garantizaba el respeto a los principios éticos de
confidencialidad y anonimato.

El instrumento empleado para la recolección de datos fue una entrevista semiestructurada, un
instrumento flexible y dinámico que permite profundizar en los discursos de los participantes y, al mismo
tiempo, mantener una guía temática que oriente la conversación a dar solución al objetivo de central de
pág. 3901
investigación, que fue identificar los estereotipos de género prevalentes en la realización de actividades
físico-deportivas en el área de EF. La entrevista estuvo compuesta por 7 preguntas abiertas, organizadas
en torno a ejes temáticos de EF, concepciones sobre el género, experiencias en la práctica deportiva y
percepciones sobre la igualdad y desigualdad de oportunidades en el ámbito deportivo y social.

Se realizaron dos entrevistas grupales, una conformada por ocho participantes y la otra por 7
participantes seleccionados de acuerdo con criterios de diversidad de edad, curso, género o participación
en actividades físico-deportivas, Las sesiones se desarrollaron en un ambiente tranquilo y propicio para
la conversación, con una duración aproximada de 40 minutos cada grupo. Durante la entrevista, cada
integrante fue respondiendo de manera individual a las preguntas planteadas. Este formato favoreció
tanto la expresión personal como la construcción colectiva de significados.
Contando con la autorización
de los entrevistados para que las conversaciones fueron grabadas en audio y posteriormente transcritas
textualmente para su análisis.

El proceso metodológico se desarrolló en tres fases:

1.
Planeación, en la que se definieron los objetivos, se elaboró la guía de entrevista y se gestionaron
los permisos éticos correspondientes.

2.
Aplicación, donde se llevaron a cabo las entrevistas de acuerdo con la disponibilidad de los
participantes.

3.
Sistematización, que incluyó la transcripción de los registros, la codificación de las respuestas
y la organización de la información por categorías.

La interpretación de la información se realizó mediante la técnica de análisis de contenido temático, la
cual permite identificar categorías emergentes y patrones de significado dentro de los discursos. Se
siguieron las etapas de lectura, codificación, categorización e interpretación, para el correcto análisis de
los hallazgos se enumeraron las respuestas como P1 (Participante 1) P2 (Participante 2) y así
sucesivamente, garantizando los aspectos éticos, la confidencialidad de los participantes y el uso
exclusivo de la información con fines académicos, siguiendo las normas de investigación educativa
establecidas por la Corporación Universitaria Minuto de Dios.

RESULTADOS
pág. 3902
En esta sección se presentan los resultados obtenidos a partir de la implementación de la entrevista. Los
hallazgos se organizan por categorías, lo que permite describir con claridad las percepciones, prácticas
y dinámicas de participación que manifiestan los estudiantes en torno al género y su influencia en las
actividades físicas y deportivas. La exposición de estos resultados busca ofrecer una lectura coherente
de los patrones identificados y su relación con el objetivo del estudio.

Categoría 1: Educación física

Respecto a la categoría educación física (EF) emergieron como subcategorías relevantes: disciplina
pedagógica, promoción de la salud y el bienestar, desarrollo corporal, habilidades motrices y juego y
recreación, las cuales se presentan en la Tabla 1 conforme con las opiniones de los participantes respecto
a su percepción sobre la EF.

(Tabla 1)
Opiniones de estudiantes respecto a la educación física
Tabla 1

¿Qué es la educación física para ti?

Participante 1
Es una disciplina escolar donde nos enseña sobre la corporalidad, cómo manejar
pues nuestro cuerpo y todo eso.

Participante 2
Es una disciplina que se centra en la salud, en el cuerpo y en las motricidades de
cada persona

Participante 3
Es una disciplina pedagógica que nos ayuda a mejorar la salud, el cuerpo y nuestro
desarrollo físico.

Participante 4
Es algo escolar que nos enseña sobre nuestro cuerpo, métodos de entrenamiento
y entretenimiento

Participante 5
Es una forma de liberar estrés. Después de estar sentados tanto tiempo, está bueno
moverse. Me gusta que podemos hacer juegos.

Participante 6
Pues para mí es, pues deporte, actividad física donde uno puede quemar energías
y hacer actividad física

Participante 7
Es una disciplina que nos ayuda a mejorar con nuestro cuerpo y es mucha
recreación

Participante 8
Es una disciplina que nos enseña a usar nuestro cuerpo y nuestras habilidades en
una materia o esta disciplina.

Participante 9
Es una rama educativa que nos ayuda a mejorar nuestro desarrollo corporal y
también a desarrollar nuestras habilidades sociales

Participante 10
Bueno, para mí es actividad física y se divide en varias formas como lúdica,
recreativas y formando actividades de esa manera y es una disciplina escolar.

Participante 11
Es una materia que ayuda a la salud y el cuerpo mediante el ejercicio y
actividades.

Participante 12
La educación física debería ser más que solo correr o jugar. A veces siento que es
bueno que se tome en cuenta lo que nos gusta a todos.

Participante 13
Yo veo la educación física como una forma de aprender sobre nuestro cuerpo y
cómo mantenernos activos.
pág. 3903
Nota: elaboración propia

Las narrativas de los estudiantes destacan diversas percepciones acerca del área y reflejan una
comprensión amplia y multifacética de esta área escolar. La EF identificada como un eje central que
permite el desarrollo integral del alumnado a través del movimiento, fomentando la salud, el desarrollo
motor y la convivencia social. Reconociendo el área en diferentes facetas y propiciando los siguientes
hallazgos:

Doble Función Reconocida: Los estudiantes perciben el área de Educación Física de manera
multifacética. Por un lado, la reconocen como una disciplina escolar formal o pedagógica (mencionada
por participantes P1, P2, P3, P4, P8, P9, P10, P15). Por otro lado, priorizan su función en la promoción
de la salud y el bienestar, al relacionarla con el cuidado corporal, la actividad física y el fortalecimiento
de la salud física y emocional (P2, P3, P11, P13, P14).

Valor Recreativo y Emocional: Una parte importante de los entrevistados resalta su componente
recreativo y de disfrute, concibiéndola como un espacio de liberación de estrés, juego y esparcimiento
frente a las rutinas escolares (P5, P6, P7, P10, P12, P14).

Desarrollo Integral: También se subraya la función de la EF en el desarrollo de habilidades corporales
y motrices (P1, P3, P7, P8, P9, P13, P15).

Los hallazgos reflejan que los estudiantes otorgan a la EF un valor que trasciende lo meramente
instrumental, abarcando dimensiones emocionales, sociales y formativas. El área es valorada desde el
aspecto social, promoviendo valores esenciales como la cooperación, el respeto y la solidaridad,
elementos cruciales para la convivencia y la cohesión social. La EF es vista como un espacio donde se
posibilita el desarrollo de habilidades comunicativas asertivas y de relacionamiento afectivo. Sin
embargo, a pesar de este reconocimiento de su potencial transformador, sigue siendo un espacio donde
se reproducen desigualdades simbólicas.

Categoría 2: Estereotipos de genero

En esta categoría se agrupan las percepciones y comprensiones de los estudiantes en torno a los
estereotipos de género, entendidos como construcciones sociales que determinan los comportamientos,

Participante 14
Es una materia donde podemos movernos y salir un poco de las clases normales.
Importante para aprender a cuidar el cuerpo y estar saludables.

Participante 15
Es una disciplina y es un desarrollo de habilidades que conocemos en el colegio
pág. 3904
roles y características atribuidas a hombres y mujeres, de la cual emergieron como subcategorías
relevantes:(a) creencias generalizadas, (b) prejuicios, (c) imposición cultural y (d) aplicación en el
contexto deportivo.

La siguiente tabla presenta las respuestas de los entrevistados en relación con la categoría estereotipos
de genero (Tabla 2)
Opiniones de estudiantes respecto a los estereotipos de genero
Tabla 2

Opiniones de estudiantes respecto a los estereotipos de genero

Participante 1
“Bueno, estereotipos de género para mí es como, ¿cómo ve usted a un grupo? O
pues, ¿cómo lo percibe? Digámoslo así, sea en cuanto a lo religioso, lo artístico,
no sé, nacionalidad.

Participante 2
“Son creencias generalizadas por características o roles que se le ascienden a una
persona.

Participante 3
“Son ideas sobre algún grupo de personas.
Participante 4
Son ideas principalmente prejuicios a un grupo de personas o a uno mismo.
Participante 5
Son ideas generalizadas y simplificadas sobre que deben ser y comportadas a las
personas según su sexo”

Participante 6
entiendo de estereotipos de género es tener una idea o un pensamiento sobre
cualquier cosa, sea diferente o igual a la de otra persona.

Participante 7
Son como creencias o habilidades que tiene entre la mujer y el hombre
Participante 8
Lo que puedo entender por estereotipos de género es como uno también puede
ver a cada grupo, sea su estilo o su forma de pensar o forma de ser.

Participante 9
“Son una serie de tradiciones que se imponen a las personas en las cuales dicen
que un hombre es más fuerte o que tiene más recursos para el deporte que la mujer.
También se puede entender que una mujer puede llegar a ser según esto más débil
o con menos capacidad deportiva lo cual yo puedo decir que es mentira.”

Participante 10
“Son ideas preconcebidas de cómo actúan las personas en su diferente sexo para
ver cómo actúan sobre la actividad física o en lo que se deja de ser.”

Participante 11
“Son como limitaciones por expectativas sociales basadas en su género como por
desigualdades o diferencias”

Participante 12
“un estereotipo de género para mí es la experiencia sobre la desigualdad sobre
que puede ser un hombre y una mujer y que no puede ser un hombre y una mujer.
¿Esto basa en que en el deporte hay un arreglamiento a nivel deportivo para los
hombres que no haya nivel deportivo?

Participante 13
“Siento que son creencias generalizadas sobre cómo debe verse o debe
comportarse un hombre o una mujer o por el ejemplo de que a veces limitan
mucho a los géneros, por ejemplo, de que el fútbol es solo para hombres y por el
ejemplo el voleibol es solo para mujeres.”

Participante 14
“Son como esas ideas o creencias que tiene la sociedad a los hombres y mujeres
independientemente. ¿Cómo podría ser de que las mujeres tengan un deporte que
las haga ver femeninas y los hombres un deporte que los haga ver masculinos?”

Participante 15
“Para mí sería que el estereotipo de género es como una creencia o idea, ya
digamos que como sea el deporte de fútbol también que eso es para los hombres
o por ejemplo para los géneros que también digamos que es más femenino, pienso
eso.”
pág. 3905
Nota: elaboración propia

Los hallazgos permiten identificar que los participantes comprenden los estereotipos de género
principalmente como ideas o creencias generalizadas y socialmente construidas sobre cómo deben
actuar o comportarse las personas según su sexo. Esta comprensión evidencia la persistencia de
imaginarios tradicionales, aunque en varios casos se observa una postura crítica frente a dichas
creencias.

a) Creencias generalizadas: La mayoría de los participantes (P2, P3, P4, P5, P6, P7, P10, P13, P14 y
P15) conciben los estereotipos de género como ideas o creencias generalizadas que establecen cómo
deben comportarse hombres y mujeres. Estas respuestas reflejan una comprensión de los estereotipos
como construcciones sociales que determinan los roles y comportamientos aceptables según el sexo.

b) Prejuicios: Algunos estudiantes (P4, P10 y P11) asocian los estereotipos con prejuicios o ideas
preconcebidas, lo cual evidencia una visión crítica sobre la manera en que estas creencias pueden generar
desigualdad y discriminación. En sus discursos se reconoce que los estereotipos funcionan como filtros
sociales que limitan la libertad individual, reproduciendo esquemas de desigualdad y exclusión,
particularmente en espacios de interacción como el aula o el deporte.

c) Imposición cultural: Un grupo de participantes (P9, P12, P13 y P14) relaciona los estereotipos de
género con una imposición cultural o social, destacando que estas ideas se transmiten a través de la
familia, los medios de comunicación y las tradiciones, configurando comportamientos que se naturalizan
desde la infancia. Estas respuestas reflejan una comprensión del género como una estructura social
aprendida, reforzada por la cultura y las expectativas colectivas.

d) Aplicación en el contexto deportivo: Una subcategoría clave corresponde a la aplicación en el
contexto deportivo, mencionada por P9, P10, P12, P13, P14 y P15. Los estudiantes evidencian que los
estereotipos de género se expresan de manera concreta en la práctica deportiva, a través de creencias
como que “el fútbol es solo para hombres” o que las mujeres “tienen menos fuerza o capacidad física”.
Estos discursos revelan cómo el deporte sigue siendo un espacio donde persisten imaginarios de
masculinidad y feminidad asociados al rendimiento físico, la fuerza o la estética, condicionando la
participación y la valoración de las capacidades según el género.
pág. 3906
De manera global, los resultados reflejan que una mayoría significativa de los participantes rechaza los
estereotipos de género, especialmente en el ámbito deportivo, manifestando una actitud favorable hacia
la igualdad de oportunidades y la inclusión. No obstante, aún se identifican posturas neutras o
tradicionales, lo cual evidencia que las creencias estereotipadas siguen presentes, aunque de forma más
sutil, en los imaginarios juveniles.

Este panorama sugiere la necesidad de fortalecer procesos educativos orientados a la reflexión crítica
sobre el género y el deporte, promoviendo espacios donde tanto hombres como mujeres puedan
reconocerse desde la equidad, el respeto y la diversidad. En consecuencia, la educación física se
configura como un escenario fundamental para cuestionar y transformar los imaginarios que sustentan
los estereotipos, favoreciendo prácticas más justas e inclusivas.

Categoría 3: Participación

La categoría Participación aborda las percepciones de los estudiantes en torno a la posibilidad de
involucrarse libremente en actividades físico-deportivas, considerando las limitaciones o
condicionamientos derivados de los estereotipos de género. emergieron como subcategorías relevantes:
(a) limitaciones por estereotipos de género, (b) inequidad y (c) prejuicios sociales.

Las respuestas obtenidas reflejan diversas percepciones sobre la relación entre los estereotipos, la cultura
deportiva y la equidad de género. A continuación, se presentan las opiniones textuales de los estudiantes,
organizadas en la Tabla 3, “¿Crees que los estereotipos de género influyen en la forma en que las
personas participan en actividades deportivas? ¿Por qué?” Tabla 3
Opiniones de estudiantes respecto a
la categoría participación

Tabla 3 Influencia de los estereotipos en la participación

Participante 1
Bueno, pienso que sí. Por ejemplo, en el fútbol hay muchas mujeres que de
pronto no se arriesgan a practicarlo porque muchas veces suelen ser criticadas,
pero no debería ser así.

Participante 2
Creo que eso influye mucho porque lo que dicen las sociedades creo que
inculca mucho en lo que son las personas.

Participante 3
Creo que eso influye demasiado porque una mujer, por ejemplo, en el ámbito
del boxeo es vista como una marimacha, por así decirlo, y no es reconocida
como tal.

Participante 4
Creo que esto incluye mucho porque, por ejemplo, la mujer destaca por su
agilidad y el hombre por su fuerza y así.

Participante 5
Yo pienso que sí, porque en el voleibol, por ejemplo, hay muchos hombres y
es más como de mujer
pág. 3907
Participante 6
Pienso que no es una buena idea decir que el fútbol tiene que ser para hombres
o el voleibol para mujeres porque no hay igualdad de género y tanto hombres
como mujeres pueden jugar o hacer deportes.

Participante 7
Pienso que sí porque digamos que en el rugby los hombres de por sí siempre
los verán con más fuerza y las mujeres las criticarán mucho porque no son
como que digamos que tengan tanta estabilidad y fuerza

Participante 8
Sea como el fútbol o como los hombres en el voleibol porque las mujeres
piensan que los hombres ejercen mejores deportes en fuerza y los hombres
piensan que las mujeres ejercen mejores deportes en habilidades.

Participante 9
Eso sí influye ya que las personas se pueden ver limitadas a practicar el deporte
que les gusta por esas tradiciones que se inculcan desde que las personas son
jóvenes como por ejemplo que el fútbol es netamente para hombres o que el
patinaje artístico es solo para mujeres.

Participante 10
Bueno, eso para mí sí limita muchas cosas porque como decimos el fútbol es
más masculino y el baloncesto es como más femenino y algunas mujeres son
limitadas para jugar fútbol o micro porque sienten miedo o de pronto pueden
criticarlas o no encaren la sociedad.

Participante 11
Bueno, eso más que todo se basa como en elecciones limitadas ya que algunos
los ven de distintos puntos de vista. Más que todo es una creencia desde hace
mucho que se puede reflejar que es más que todo femenino sobre lo que lleva
el hombre casi no lo practica

Participante 12
Yo opino que sí influye debido a que los estereotipos se basan en los deportes
masculinos y los deportes femeninos ya que piensan que los hombres tienen
más fuerza o tienen más habilidades para desarrollar una competencia a nivel
deportivo que las mujeres.

Participante 13
Bueno, yo opino que claro que sí influye porque a veces puede haber
limitaciones de participación como muchas niñas no se sienten apoyadas a
participar sobre un deporte que se considera masculino o también sobre el
autoestima y confianza de que no son capaces de creer en sus propias
capacidades para practicar ciertos deportes.

Participante 14
Bueno pues mi opinión pues digo que sí o sí influyen porque sí pues por así
decirlo eso le puede generar un cierto nivel de desconfianza a no sentirse
capaces a realizar ciertos deportes también pues se sentiría muy inseguro con
una desigualdad muy muy grande.

Participante 15
Para mí eso sí influye ya que algunas mujeres también se sienten muy
desconfiadas y no tienen la capacidad de digamos que practicar el deporte y a
veces las mujeres a veces se sienten que no son capaces

Nota: elaboración propia

El análisis de las respuestas evidencia un consenso general entre los participantes en que los estereotipos
de género sí influyen significativamente en la forma en que las personas participan en actividades
deportivas. Las percepciones recogidas permiten organizar los hallazgos en tres subcategorías
relevantes:

a) Limitaciones por estereotipos de género: Una de las ideas más reiteradas por los estudiantes (P1, P10,
P13, P14 y P15) es que los estereotipos generan limitaciones psicológicas y sociales, especialmente para
pág. 3908
las mujeres, quienes temen ser juzgadas o criticadas al practicar deportes considerados “masculinos”.
Esta situación afecta la confianza y autoestima deportiva, generando un sentimiento de inseguridad
frente a la práctica libre.

b) Inequidad: Diversos participantes (P6, P9, P11, P12 y P13) reconocen la existencia de inequidad en
las oportunidades de participación y visibilidad, tanto en el contexto escolar como en los medios de
comunicación. Se evidencia que los deportes masculinizados gozan de mayor reconocimiento y
legitimidad, mientras que las disciplinas asociadas a las mujeres son subvaloradas. Esta inequidad se
reproduce desde las tradiciones culturales y se refuerza mediante la escasa representación femenina en
el deporte competitivo.

c) Prejuicios sociales: Otra dimensión relevante se relaciona con los prejuicios sociales persistentes
sobre la diferencia entre fuerza y habilidad, donde lo masculino se asocia a la potencia física y lo
femenino a la gracia o la estética (P3, P4, P7, P8, P12). Estas percepciones contribuyen a mantener las
fronteras simbólicas entre deportes “de hombres” y “de mujeres”, reproduciendo estereotipos que
condicionan la elección y el desempeño deportivo.

En conjunto, los resultados de esta categoría muestran que los estereotipos de género siguen siendo un
factor limitante para la participación equitativa en actividades deportivas. La mayoría de los estudiantes
reconoce que estas creencias condicionan las oportunidades y afectan la autopercepción, especialmente
entre las mujeres, quienes enfrentan mayores barreras simbólicas y sociales.

Sin embargo, también se identifican posturas más críticas (como las de P6 y P9), que promueven una
visión igualitaria del deporte y la ruptura de los roles tradicionales. Estas perspectivas sugieren la
emergencia de un cambio generacional en la manera de concebir la práctica deportiva como un espacio
inclusivo, evidenciando la necesidad de fortalecer estrategias pedagógicas en el área de educación física
que fomenten la participación libre, la equidad y la reflexión sobre los estereotipos, promoviendo un
ambiente donde el género no sea un determinante para el acceso ni la valoración de las capacidades
deportivas.

DISCUSIÓN

Los resultados permiten comprender de manera integral las percepciones, experiencias y significados
que los y las estudiantes atribuyen a su participación en las actividades físico-deportivas, a partir de las
pág. 3909
tres categorías que estructuran esta investigación: Educación Física, Estereotipos de género y
Participación. Cada una de ellas aporta elementos fundamentales para interpretar cómo las
construcciones sociales asociadas al género influyen en la forma en que los jóvenes se relacionan con el
cuerpo, el movimiento y el deporte dentro del contexto escolar.

Se halló la presencia de diferentes estereotipos de género que están asociados a creencias generalizadas,
costumbres, tradiciones e ideas preconcebidas sobre roles específicos de cómo deben de actuar según el
género. Estos estereotipos de género influyen en la manera en que perciben la práctica deportiva y la
actividad física, tanto en el ámbito educativo que lo consideran como un espacio donde se establecen
encuentros de esparcimiento y recreación entre pares, como en el ámbito social, ya que representa una
acción de interacción donde les posibilita el desarrollo de habilidades comunicativas asertivas, de
relacionamiento afectivo.

Por medio del análisis de las respuestas otorgadas por los y las estudiantes en la entrevista permitieron

caracterizar
los estereotipos de género prevalentes en la no realización de actividades físico deportiva y
se agruparon en subcategorías emergentes que permiten explicar de mejor manera los resultados (figura
1) subcategorías emergentes y su relación

Figura 1
subcategorías emergentes y su relación
pág. 3910
Nota: Elaboración propia

A continuación, se presenta la Tabla 4, en la cual se sintetizan los principales resultados obtenidos a
partir del análisis de los instrumentos aplicados. Esta tabla permite observar de manera organizada las
categorías y subcategorías emergentes, así como las respuestas más representativas de los participantes,
evidenciando las tendencias y patrones identificados en relación con el objeto de estudio.

Tabla 4. Análisis de subcategorías

Categoría
emergente

Descripción
general

Aspectos clave
identificados

Interpretación
analítica

A. Concepciones y
origen de los
estereotipos

Hace referencia a
la manera en que
se construyen
socialmente las
ideas sobre lo
masculino y lo
femenino en el
deporte.

• Influencia de la familia en
la transmisión de roles
tradicionales.

• Impacto de las creencias
culturales que asocian fuerza
y competitividad con los
hombres, y estética o
delicadeza con las mujeres.

• Papel de los medios de
comunicación en la difusión
de modelos deportivos
diferenciados por género.

• Formación de preferencias
deportivas desde la infancia.

Los estereotipos de
género se originan en un
proceso de socialización
temprana que refuerza
diferencias entre niños y
niñas, limitando la
libertad de elección
deportiva y
consolidando normas
culturales que
determinan qué
prácticas son “propias”
de cada sexo.

B.

Efectos en la
participación y el
rendimiento

Analiza cómo las
creencias y los
prejuicios
influyen en la

Miedo a la crítica y
desmotivación por romper
con los roles tradicionales.

Las representaciones de
género condicionan la
forma en que los
estudiantes se implican
pág. 3911
motivación, la
autopercepción y
la participación
deportiva.

• Baja autoestima en quienes
no se ajustan a los modelos
de género esperados.

• Diferencias en la exigencia
física y en la valoración del
desempeño según el género.

Persistencia de
desigualdades en la práctica
y reconocimiento deportivo.

en las actividades
físicas, afectando su
seguridad, persistencia y
rendimiento. Estas
diferencias evidencian
un entorno que aún no
garantiza igualdad de
oportunidades ni
valoración equitativa.

C
.
Limitaciones
estructurales

Refiere a los
factores
institucionales y
sociales que
dificultan la
participación
equitativa en el
ámbito deportivo.

• Falta de apoyo institucional
y familiar.

• Desigualdad mediática y
menor visibilidad femenina.

Falta de políticas que
promuevan la equidad en el
deporte escolar.

Persistencia de entornos
que priorizan lo masculino.

Las barreras
estructurales refuerzan
la exclusión y reducen
las posibilidades de
participación femenina,
perpetuando
desigualdades que
trascienden el ámbito
educativo y reflejan un
problema cultural y
organizativo más
amplio.

D.

Cambios y
evolución social

Expone los
procesos de
transformación
hacia una mayor
equidad e
inclusión en las
prácticas
deportivas.

Incremento de la
participación cruzada entre
géneros.

• Mayor visibilidad de las
mujeres en distintos
deportes.

Apertura social hacia
nuevas formas de
participación y convivencia.

• Persistencia de estereotipos
a pesar de los avances.

Aunque los cambios son
graduales, se evidencia
una transición hacia la
aceptación de la
diversidad de intereses y
capacidades. La
inclusión deportiva
avanza, pero sigue
enfrentando tensiones
derivadas de creencias y
modelos tradicionales
que aún persisten en la
cultura escolar y social.

Las percepciones y experiencias recogidas evidencian cómo Las concepciones de los estereotipos se
construyen a partir de ideas y creencias socialmente compartidas que atribuyen características,
comportamientos y roles específicos a hombres y mujeres. las cuales siguen marcando las dinámicas de
participación en el ámbito físico-deportivo. Desde edades tempranas, la familia, la cultura y los medios
de comunicación transmiten ideas que asocian ciertos deportes y comportamientos con uno u otro
género, configurando así preferencias y limitando las posibilidades de elección.

La educación física (EF) como espejo de la sociedad: persistencia de estereotipos

La EF promueve valores como la cooperación, el respeto y la solidaridad, al mismo tiempo que fomenta
la integración y la construcción de ciudadanía a través de la práctica deportiva. Estas experiencias
colectivas no solo contribuyen al desarrollo de habilidades físicas y motrices, sino que también
pág. 3912
fortalecen la convivencia, el compañerismo, la comunicación y la cohesión, favoreciendo la formación
de individuos más participativos a nivel social (Cecchini et al., 2020; Lagunas, 2006) Desde el ámbito
educativo, Torres et al. (2022) plantean que la educación física busca acompañar y orientar al
estudiantado en el desarrollo de capacidades que les permitan decidir, explorar y volver a explorar su
entorno mediante el movimiento, promoviendo con ello su bienestar tanto físico como emocional.

No obstante, la EF refleja de manera significativa estructuras sociales que se tiene en relación a los
estereotipos de género, ya que históricamente se reproducen roles tradicionales que asocian
determinadas actividades, habilidades o actitudes con lo “masculino” o lo “femenino”. Y a pesar de las
políticas orientadas a la igualdad, los estereotipos de género permanecen arraigados en la escuela y en
la cultura deportiva. Desde la infancia, las expectativas sociales asocian a los hombres con la fuerza, la
competitividad y la resistencia, mientras que a las mujeres se les atribuyen cualidades como la
delicadeza, la estética y la cooperación (Kollmayer et al., 2018). Este condicionamiento social influye
directamente en la elección de disciplinas deportivas y en la autopercepción de las capacidades físicas.
Así, deportes como el fútbol o el baloncesto se asocian con lo masculino, mientras que el voleibol o la
gimnasia se vinculan con lo femenino. Estas clasificaciones actúan como marcos cognitivos que
restringen la libertad de exploración y expresión corporal, consolidando jerarquías simbólicas de género
(Chihuailaf-Vera et al., 2024).

Las raíces culturales y mediáticas de las creencias de género

Los estereotipos no son producto del azar, sino el resultado de estructuras históricas y culturales que
legitiman la desigualdad. La familia, la escuela y los medios de comunicación son los principales agentes
de socialización que reproducen estos esquemas (Martínez-Abajo et al., 2020). En el entorno familiar,
los discursos sobre masculinidad y feminidad se transmiten desde la niñez. A los niños se les incentiva
en deportes de fuerza o contacto, mientras que a las niñas se les orienta hacia actividades de estética o
ritmo. En la escuela, el currículo muchas veces mantiene una división por sexo bajo el argumento de las
diferencias biológicas, reforzando la idea de que las mujeres son menos aptas para el rendimiento
competitivo (Meier et al., 2021).

Por otro lado, los medios de comunicación desempeñan un papel determinante en la perpetuación de
estas desigualdades. La cobertura mediática del deporte masculino continúa siendo predominante,
pág. 3913
mientras que el deporte femenino se visibiliza en menor medida o bajo un enfoque estético y sexualizado
(Salido-Fernández & Muñoz-Muñoz, 2021). Esta narrativa refuerza la idea de que la fortaleza pertenece
a los hombres y la belleza a las mujeres, afectando la autoestima y las aspiraciones de las jóvenes
deportistas.

Educación física: entre la igualdad formal y la desigualdad práctica

Aunque los discursos institucionales promueven la equidad, la práctica educativa no siempre la
garantiza. En numerosos contextos escolares, las clases de educación física continúan organizándose
con criterios diferenciados: a los varones se les exige mayor esfuerzo físico, mientras que a las mujeres
se les asignan tareas menos intensas. Este tipo de prácticas refuerza el mito de la superioridad física
masculina y reproduce desigualdades simbólicas dentro del aula (Pedersen et al., 2021).

De acuerdo con Barrón-Luján et al. (2024), esta división no responde a criterios científicos, sino a
tradiciones culturales que han convertido el cuerpo masculino en el modelo de referencia del
rendimiento físico. Para revertir esta tendencia, se requiere una pedagogía crítica que cuestione los
fundamentos de la educación física tradicional y fomente el trabajo cooperativo, la empatía y la
valoración del esfuerzo individual.

Impacto psicológico y social de los estereotipos deportivos

Los estereotipos de género no solo afectan la participación deportiva, sino que también inciden en la
salud emocional y la construcción de la identidad. El miedo a la crítica o a la burla funciona como un
mecanismo de control social que disuade a los adolescentes de participar en deportes “no tradicionales”
para su género (Meier et al., 2021).

Este fenómeno genera consecuencias psicológicas como ansiedad, inseguridad, baja autoestima y
autoexclusión. En lugar de promover la confianza y el bienestar, la educación física termina, en muchos
casos, reforzando la autolimitación y el rechazo al propio cuerpo. La ausencia de referentes femeninos
exitosos en determinados deportes profundiza esta brecha y limita la proyección de las niñas y
adolescentes en el ámbito deportivo (González & Mora, 2021).

Las limitaciones estructurales en el deporte se manifiestan al mantener un discurso meritocrático que,
según el cual el éxito se debe únicamente al esfuerzo individual, oculta las desigualdades estructurales
de género. En este marco, las mujeres enfrentan barreras económicas, institucionales y simbólicas que
pág. 3914
no pueden ser compensadas únicamente por el talento o la perseverancia (Barrón-Luján et al., 2024). La
desigualdad es profunda, ya que las diferencias en recursos, visibilidad y oportunidades son factores que
determinan en gran medida las trayectorias deportivas, tal como lo plantean Cooky et al. (2015). En el
ámbito educativo, estas limitaciones se reproducen cuando las clases de educación física se organizan
con criterios diferenciados por sexo, como exigir mayor esfuerzo físico a los varones mientras que a las
mujeres se les asignan tareas menos intensas. Esta práctica no se basa en criterios científicos, sino en
tradiciones culturales que han convertido el cuerpo masculino en el modelo de referencia del
rendimiento físico (Barrón-Luján et al., 2024), lo cual refuerza el mito de la superioridad física
masculina (Pedersen et al., 2021)

Hacia una educación física con perspectiva de género

Transformar la educación física requiere una revisión profunda de sus fundamentos pedagógicos. Incluir
la perspectiva de género implica reconocer que el cuerpo es también un espacio político y social, donde
se reflejan las relaciones de poder. El profesorado desempeña un rol clave como mediador del cambio.
Su formación debe incluir competencias en equidad y diversidad, promoviendo metodologías
participativas que incentiven la cooperación y el respeto mutuo. Asimismo, las instituciones educativas
deben adoptar políticas de equidad que garanticen igualdad en el acceso, la evaluación y el Estereotipos
de género: Participación e interacción en actividades físico-deportivas en el área de educación física
generando reconocimiento del desempeño deportivo (Cecchini et al., 2020).

Una educación física inclusiva no solo beneficia a las mujeres, sino que libera también a los hombres
de los mandatos rígidos de la masculinidad tradicional, promoviendo una convivencia más empática y
equilibrada. El cambio cultural en torno al género y el deporte exige la participación de todos los actores
sociales. Los medios de comunicación deben comprometerse con una representación equitativa del
deporte femenino, destacando sus logros sin recurrir a estereotipos ni sexualización. Del mismo modo,
las familias desempeñan un papel crucial en la formación de actitudes igualitarias. Al alentar a los
jóvenes a explorar libremente cualquier disciplina deportiva, los padres contribuyen a romper las
barreras simbólicas que limitan el desarrollo integral. La comunidad educativa, en alianza con los
medios y las familias, puede convertirse en un agente de cambio capaz de construir una cultura deportiva
basada en la diversidad y la igualdad de oportunidades.
pág. 3915
CONCLUSIONES

La educación física (EF) continúa siendo un espacio atravesado por desigualdades de género. A pesar
de los avances en inclusión, las prácticas, discursos y representaciones sociales siguen reforzando la
jerarquía simbólica entre lo masculino y lo femenino. Superar esta realidad requiere una acción conjunta
entre escuela, familia y sociedad. La EF debe asumirse como un escenario de transformación social,
orientado a la equidad y la formación integral del individuo. El cuerpo, lejos de ser un instrumento de
discriminación, debe convertirse en un vehículo de libertad, identidad y ciudadanía. Solo cuando las
instituciones educativas adopten una perspectiva crítica y los medios promuevan la visibilidad
equitativa, se podrá construir un deporte verdaderamente inclusivo, donde todas las personas sin
importar su género puedan desarrollar su potencial físico, emocional y social en condiciones de igualdad.

Doble rol de la educación física: La EF sigue reproduciendo desigualdades simbólicas, pero, al
mismo tiempo, se configura como un escenario con un potencial transformador.

Asociaciones estereotípicas tradicionales: Se identificó la persistencia de estereotipos
tradicionales que asocian el deporte competitivo con la masculinidad y relegan la participación femenina
a roles secundarios o de apoyo.

Influencia en el desarrollo estudiantil: Las prácticas físico-deportivas siguen mediadas por
creencias culturales y comportamientos diferenciados por género, lo cual influye negativamente en la
autoestima, la motivación y la integración de los estudiantes.

El Cuerpo como vehículo de libertad: Para que el deporte sea verdaderamente inclusivo, el
cuerpo debe convertirse en un vehículo de libertad, identidad y ciudadanía, en lugar de ser un
instrumento de discriminación.

Necesidad de acción conjunta: Superar la realidad de las desigualdades de género requiere una
acción conjunta entre la escuela, la familia y la sociedad.

Condiciones para la inclusión genuina: La construcción de un deporte verdaderamente inclusivo
donde todas las personas puedan desarrollar su potencial físico, emocional y social en condiciones de
igualdad solo será posible cuando las instituciones educativas adopten una perspectiva crítica y los
medios de comunicación promuevan la visibilidad equitativa.
pág. 3916
Potencial transformador a través de metodologías: La transformación puede impulsarse
mediante la implementación de metodologías activas y cooperativas que promuevan la equidad de
género y la participación inclusiva en el ámbito escolar. Estas metodologías buscan liberar tanto a
hombres como a mujeres de los mandatos rígidos del género tradicional.

Avance generacional: Aunque los estereotipos persisten y la transformación es gradual, se
vislumbra una tendencia hacia la inclusión y la aceptación de la diversidad de intereses y capacidades.
Este cambio representa un avance significativo en la búsqueda de una práctica deportiva más justa y
equitativa

Asimismo, es importante reconocer algunas limitaciones del estudio, especialmente en lo referente al
tamaño de la muestra, lo cual restringe la generalización de los hallazgos a otros entornos educativos.
Sin embargo, los resultados aportan elementos valiosos y significativos para la comprensión de cómo
los estereotipos de género se configuran y se reproducen en las dinámicas de participación e interacción
dentro de las clases de EF. A partir de estos avances, se sugiere que futuras investigaciones incluyan
muestras más diversas, incorporen enfoques longitudinales y profundicen en el papel de docentes,
familias y contextos socioculturales, con el fin de consolidar una mirada más integral sobre las prácticas
y significados que sostienen las desigualdades de género en el ámbito escolar.

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