Aprendizaje social y emocional: Un camino a construir en la Educación Superior

 

Lida Valenzuela

 E-mail: [email protected]

 

Mirna Miño

E-mail [email protected]

Universidad Nacional de Pilar

 

 

RESUMEN

El trabajo analiza la importancia del aprendizaje social y emocional en la educación superior. Se justifica considerando que la educación social y emocional permite una formación integral en las personas. El objetivo de este estudio consistió en determinar la necesidad de incorporar la educación emocional en las aulas universitarias. La metodología respondió a la revisión bibliográfica, recopilación de materiales referentes al tema, se realizó una búsqueda de artículos en las principales bases de datos disponibles (portal CICCO y en Google Académico), y en materiales proveídos en el curso de Especialización en Educación e Inteligencia Emocional. Se adoptó el enfoque cualitativo, con diseño analítico, descriptivo. El resultado del análisis demostró que el aprendizaje social y emocional puede ayudar a cambiar las actitudes o mejorar la comprensión de las emociones ante los problemas e incertidumbres propias de la actualidad, por lo que podría aportar en el nivel universitario un aprendizaje integral, adecuado a las necesidades y vicisitudes del entorno social y cultural buscando construir efectivamente una educación holística e integral del ser humano.

Palabras clave: Aprendizaje social, aprendizaje emocional, Educación Superior, formación integral

 

 

 

 

 


 

Social and emotional learning: A way build in Higher Education

 

ABSTRACT

The work analyzes the importance of social and emotional learning in higher education. This approach is justified considering that social and emotional education allows comprehensive training in people. The objective of this study was to determine the need to incorporate emotional education in university classrooms. The methodology responded to the bibliographic review, compilation of materials related to the subject, a search was made for articles in the main available databases (CICCO portal and in Academic Google), and in materials provided in the Specialization course in Education and Intelligence Emotional. The qualitative approach was adopted, with an analytical, descriptive design. The analysis showed that social and emotional learning can help change attitudes or improve understanding of emotions in the face of current problems and uncertainties, which is why it could provide comprehensive learning at the university level, adapted to the needs and vicissitudes of the social and cultural environment seeking to effectively build a holistic and comprehensive education of the human being.

Keywords: Social learning, emotional learning, Higher Education, comprehensive training

 

Artículo recibido: 05 de Abril 2021

Aceptado para publicación: 28 de Mayo 2021

Correspondencia: [email protected]

    Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 


 

INTRODUCCIÓN

Incorporar la formación emocional en la educación superior supone un cambio de perspectiva acerca del papel del docente, del estudiante, de la Facultad y sobre todo de las interacciones en el aula, a fin de preparar al educando para una vida personal y profesional que responda a los momentos de crisis, de incertidumbres, características propias de la sociedad del momento (Vivas Garcia, 2003).

La pandemia que tomó de sorpresa a toda la población mundial, impactó muy fuerte en la Educación en general y de manera muy particular a la Educación Superior.

En este sentido la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación  calcula que en los 23 países de la comunidad iberoamericana miembros de la OEI, existen 14 millones de niños y niñas en el nivel infantil que han visto interrumpidas sus clases, 46 millones en educación primaria, 44 millones en secundaria y más de 18 millones de estudiantes universitarios, por lo que ante más de 122 millones de estudiantes afectados en Iberoamérica, la gran pregunta es ¿están las instituciones educativas preparadas para afrontar las crisis generadas ante situaciones como la ocasionada por el COVID 19 (Oliva, 2020)

El presente trabajo pretendió resaltar la importancia y atención que se presta actualmente a la educación emocional en las instituciones educativas: su valor para la vida, formación de los alumnos, para su éxito personal y profesional (Niño González, Garcia Garcia, & Caldevilla Domínguez, 2017)

Se buscó responder las siguientes interrogantes: ¿El aprendizaje social y emocional es una herramienta eficaz para responder a los momentos de crisis mundial? ¿Podría la educación emocional y social, contribuir desde la educación superior, a formar profesionales con capacidades que les permita enfrentar y superar los diversos escenarios de crisis e incertidumbre?

Cobra importancia el análisis y la incorporación de la educación emocional en la educación superior a fin de lograr a “alcanzar una vida plena, gracias a las habilidades emocionales y no exclusivamente intelectuales, como se pensó mucho tiempo” (Gutierrez, 2018, p.6)

Rol del profesor en la educación emocional

Es muy importante analizar el rol del profesor para incorporar efectivamente la educación emocional, empezando con sus actitudes y comportamientos, éstos deben ofrecer un clima de seguridad, respeto y confianza. Es preciso vivenciar el desarrollo de la capacidad empática con el estudiante para establecer relaciones de confianza y cordialidad, ser receptivo con el ser humano para facilitar la comunicación afectuosa y establecer relaciones positivas en el entorno del aprendizaje ya sea virtual, a distancia o si se puede presencial (López, 2012), más aun considerando estos tiempos de pandemia y de crisis emocionales en la población estudiantil.

Por lo tanto, abordar y contrarrestar la ansiedad social y la carga emocional que ha desatado el COVID-19 en la Educación Superior es necesario, desarrollar habilidades socioemocionales entre el profesorado, las familias y sobre todo los estudiantes, así lo afirman diversos organismos internacionales según las expresiones de Bosada (2020).

Pero, ¿qué es la educación emocional? Según Goleman (2010), la educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente (puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículo académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida), que pretende desarrollar el conocimiento sobre las propias emociones y las de los demás con el fin de capacitar al individuo para que adopte comportamientos que tengan presentes los principios de prevención y desarrollo humano.

La educación emocional tiene un enfoque de ciclo vital. A lo largo de la vida se pueden producir conflictos que afectan al estado emocional y que requieren una atención psicopedagógica (Valenzuela, 2010). 

En efecto, esta autora especifica claramente las siguientes consideraciones:

Educar con inteligencia emocional implica que el profesorado sepa identificar sus sentimientos y emociones, sepa controlar su expresión, no reprimirla sino ofrecer modelos adecuados de expresión, sobre todo cuando se trata de emociones negativas que suelen ser más difíciles de comunicar de una forma respetuosa. Uno de los requisitos para que el profesorado asuma la misión de desarrollar la inteligencia emocional de sus alumnos es que se comprometa a desarrollar su propia inteligencia emocional (Valenzuela, 2010, p. 55).

Apoyando estas ideas, Bourdieu (2011) resaltó la importancia  y la necesidad de saber enfrentar las incertidumbres, los conflictos que actualmente afloran en la sociedad y es en este contexto de incertidumbres  que se realiza hoy el ejercicio de la profesión docente y en este contexto se debe  lograr aprendizajes, para la vida personal y profesional.

Se puede afirmar considerando las palabras de Bisquerra que la educación emocional, debe ser un proceso educativo, continuo y permanente, que permita potenciar el desarrollo de las competencias emocionales en los estudiantes como un elemento esencial del desarrollo integral de la persona, a fin de capacitarlo para la vida, con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social (Bisquerra, 2005).

Enfatizando esta postura, Hurtado (2015) destaca que las emociones envuelven a la persona, por tanto, una enseñanza que parta de las emociones, dará lugar a una educación holística e integral del ser humano.

Con estas premisas amerita propiciar un clima académico, con enfoque de atención a las emociones para desarrollar las competencias emocionales, desde la planificación del docente universitario hasta el logro de esa capacidad, por medio de diversas situaciones y estrategias didácticas conforme al nivel y a las necesidades del entorno

La competencia emocional constituye un conjunto de capacidades emocionales individuales e interpersonales que influyen en la formación del profesional para responder ante las presiones del medio que lo rodea. Frente a esta situación académica, ser emocional y socialmente inteligente significa gestionar con eficacia el cambio personal desde las aulas de la educación superior, a fin de ayudar a la “formación social y ambiental de manera realista y flexible, es decir, afrontar las situaciones inmediatas, resolver problemas, tomar decisiones y mostrar optimismo, actitud positiva y automotivación” (Bar-On, como se citó en Ruvalcaba, Gallegos, & Fuerte, 2017, p.78).

Importancia del aprendizaje social y emocional en tiempos de pandemia en la Educación Superior

El aprendizaje social y emocional es una herramienta eficaz para responder a los momentos de crisis mundial, incluir la educación emocional en el currículum de la Educación Superior y formar a toda la comunidad educativa en competencias socioemocionales ayudará a mejorar la enseñanza-aprendizaje durante la crisis sanitaria (Bosada, 2020).

Cobra relevancia en este contexto lo señalado por Morín (1999) cuando destacó que se debe enseñar la condición humana, considerar lo físico, biológico, psíquico, cultural social e histórico de la naturaleza humana, por lo que integrarlo a la educación superior es un reto y una decisión de los gerentes educativos del nivel universitario a fin de abordar el aprendizaje disciplinario considerando esa identidad compleja común de todos los humanos (Morín, 1999).

Enfatiza este autor sobre la aventura incierta de la humanidad, situaciones que ni estaban planificadas, ni pensadas ocurren, como ser el caso del Covid 19, las aulas universitarias deben fortalecer la preparación para lo incierto, para las crisis, ya nada es estable ni seguro. “Una nueva conciencia empieza a surgir: el hombre, enfrentado a las incertidumbres por todos los lados, es arrastrado hacia una nueva aventura” (Morín, 1999, p. 45).

Por consiguiente, implementar en el nivel universitario el enfoque del aprendizaje emocional y social puede ayudar a conocer la naturaleza humana, cualquiera sea la carrera universitaria y el objeto de estudio. Conocer y comprender las propias conductas, permite desarrollar la capacidad social; por lo tanto la vivencia de la asertividad, resolución de conflictos y el desarrollo de valores, constituyen competencias emocionales muy necesarias para enfrentar la realidad circundante.

|Las universidades han tomado acciones para garantizar su función a través de diversas modalidades flexibles de educación, teletrabajo y comunicación virtual. De esa manera, las universidades permanecen abiertas cumpliendo con su función, al mismo tiempo que siguen las recomendaciones de salud pública. (Calderón, 2020).

Hurtado (2015) menciona que en la actualidad está aceptado el hecho de que cuando se educa de forma integral, teniendo en cuenta la educación emocional, son múltiples los beneficios que se obtienen: “mejora la autoestima, el bienestar emocional, la salud, la prevención de adicciones, las relaciones y cohesión del grupo, la disminución de conductas disruptivas, potencia el desarrollo cognitivo, por lo tanto se desarrolla el mayor potencial de los estudiantes” (p. 24). Afirmaciones que fundamentan la importancia del aprendizaje social y emocional.

Acciones pertinentes desde la Educación Superior

Ante este escenario se debe responder a la sociedad realizando cambios significativos en el enfoque del desarrollo del aprendizaje en todas las carreras que ofrece una universidad. Teniendo en cuenta que las clases sean en forma virtual o semipresencial, en la educación superior sería de suma importancia, llevar a la práctica lo destacado por Calderón ( 2020) quien menciona aspectos relevantes a implementar en este nivel; como ser el seguimiento personalizado enfocado en las emociones, en los problemas sociales que vive el estudiante, considerar el entorno, flexibilidad en los tiempos de aprendizaje y, por último, innovaciones en los procesos de aprendizajes.

Estos argumentos constituyen de vital importancia para   implementar un modelo flexible con un régimen académico virtual con parámetros que fomentan y buscan en forma permanente la calidad del proceso.

A sugerencia de Hurtado (2015) es importante contar en el nivel universitario, en el plan curricular de cada carrera con un “Plan de Atención a la Diversidad del Alumnado” (p.27); donde se contemple la atención a la implementación de valores y el respeto por las diferencias potenciando los puntos fuertes de cada uno, la empatía y la asertividad en las relaciones sociales.

Camino a la calidad.

El camino a la calidad en el nivel universitario es un camino de construcción permanente, es una búsqueda que debe apuntar a contextualizar la educación que se necesita conforme al momento histórico que se vive.

Calidad en la educación superior implica encontrar nuevas formas y mecanismos para adaptar las funciones universitarias a las exigencias sociales del entorno y no solo las del mercado lo que se puede traducir de esta manera que el trabajo universitario responde  a la Pertinencia social, criterio considerado en la actualidad como un indicador de calidad (Aguila, 2014).

En este aspecto se puede destacar que, calidad en la educación superior implica el constante perfeccionamiento, la reiterada actualización y búsqueda de una formación crítica y con enfoque social (Voice, 2020). Por lo tanto calidad no es un concepto estático, es una característica que indica perfeccionamiento, mejora, logro de metas.

Destaca Voice (2020), que en el texto de Contradicciones y mitos: Universidad en Paraguay (Rocco y Giménez, como se citó en Voice, 2020) mencionan que se necesita articular una educación superior que forme personas capaces de cuestionar la realidad social en la que cada institución está inserta, para poder responder a los desafíos del entorno. La educación debe problematizar su medio y su actualidad, y es por eso que se deben formar universitarios que tengan una visión crítica y acertada del mismo, que se conozcan a sí mismos y a los demás.

Por las fundamentaciones expuestas se puede afirmar que para lograr efectivamente la calidad en la educación superior corresponde destacar como una estrategia válida el aprendizaje de habilidades sociales y emocionales ya que ésta brinda la oportunidad reconocer y comprender las propias emociones y situaciones de cambios conductuales en el entorno. Es sintonizar con esa realidad interna y externa para gestionar mejor las situaciones conflictivas y problemas sociales. Es juzgar cómo los propios estados emocionales afectan a nuestras reflexiones, conductas y medidas a ser tomadas como profesionales del nivel universitario a fin de que la pertinencia social de la educación universitaria se cumpla a cabalidad

Se puede observar de esta manera que el desarrollo integral de la persona, le posibilita estar capacitado para emerger a situaciones inciertas, conflictivas, se instala por ende la necesidad de cambiar y vivir la resiliencia, para así mejorar la calidad de vida, capacidad de comunicación, aprender a resolver conflictos, tomar decisiones, planificar su vida, elevar su autoestima, incrementar su capacidad de flujo, y sobre todo, desarrollar una actitud positiva ante la vida (Bisquerra, 2005). Características que hacen necesarias hoy para responder a la globalización y sobre todo a la pandemia instalada, que originó nuevas formas de vida y a partir del mismo ya nada será igual, por lo que para lograr la tan anhelada calidad educativa, es necesario el abordaje del aprendizaje emocional personal e interpersonal.

2. METODOLOGÍA

Se realizó una búsqueda bibliográfica, donde se definieron criterios de inclusión y exclusión. El enfoque del estudio fue cualitativo, de corte descriptivo-interpretativo, de revisión y análisis pormenorizado, selectivo y crítico sobre informaciones del tema: el aprendizaje social y emocional en la educación superior.

A fin de orientar la investigación, se ha seleccionado las palabras clave, los conceptos principales que constituyeron las variables en el presente trabajo de revisión, consistente en la recuperación, evaluación y validez de artículos seleccionados

3. DISCUSIÓN Y ANÁLISIS DE LOS Resultados

En relación a la primera pregunta del presente trabajo ¿El aprendizaje social y emocional es una herramienta eficaz para responder a los momentos de crisis mundial?, se destaca:

Luego del análisis de las diversas informaciones, se puede afirmar que el aprendizaje social y emocional constituye una herramienta eficaz para lograr el aprendizaje integral en el estudiante, es muy importante considerar ya que no solo de conocimientos teóricos se necesita en la actualidad, es un elemento, pero no el todo.

Incorporar las competencias sociales y conductuales en la formación profesional de las carreras de grado y posgrado, constituye responder a un concepto de calidad: la pertinencia social del aprendizaje significativo del estudiante, además permite la formación integral y ayuda a desarrollar el pensamiento crítico, con lo cual se puede analizar y buscar soluciones en los diferentes ámbitos de las relaciones humanas. Las emociones envuelven a la persona, por tanto, una enseñanza que parta de las emociones, dará lugar a una educación holística que alcance a toda la persona (Hurtado, 2015)

El aprendizaje social y emocional posee conceptos muy relevantes que implican grandes beneficios en el  entorno laboral  educativo, que conllevan a procesos continuos y permanentes, apuntan al desarrollo de las  competencias emocionales, que al decir de Bisquerra (como se citó en Pérez & Filella, 2019) promueven al interior del proceso educativo elementos que potencian un avance significativo acerca del reconocimiento en el ser humano de la inteligencia múltiple, la inteligencia emocional y sobre todo el funcionamiento del cerebro emocional.

Considerar el desarrollo de las Competencias Emocionales en la formación profesional de las carreras de grado y posgrado constituye un desafío y un derecho humano.

Es un desafío, pues en la educación formal, prevalece el dominio del razonamiento como prácticamente, única vía del conocimiento, sin embargo se debe buscar también el logro de competencias emocionales como lo destacan Fernández, Cabello, & Gutierrez (2017) que  “las competencias emocionales favorecen el desarrollo de un clima escolar positivo al disminuir los comportamientos agresivos y promueve el desarrollo de las conductas prosociales entre los iguales, favoreciendo así el aprendizaje y el bienestar personal” (p. 18).

Es un derecho humano considerar las competencias emocionales en la Educación Superior, sobre todo considerando que  las competencias emocionales al ser desarrolladas eficientemente poseen una influencia en el clima escolar, así como lo afirman López, Salovey y Strauss (2003)quienes enfatizan  que los alumnos que obtienen logros  más alto en inteligencia emocional mostraban mayor satisfacción en sus relaciones interpersonales, mayor apoyo parental y tenían menos conflictos que los que puntuaban bajo. (Como se citó en Ruvalcaba, Gallegos, & Fuerte, 2017, p.79).

En relación a la segunda pregunta planteada: ¿Podría la educación emocional y social, contribuir desde la educación superior, a formar profesionales con capacidades que les permita enfrentar y superar los diversos escenarios de crisis e incertidumbre?

Los diversos aportes analizados mencionan la necesidad de considerar en forma holística la formación de los universitarios para enfrentar y solucionar problemas y situaciones emergentes, nunca antes vivida por la humanidad.

Cobra relevancia desarrollar las competencias emocionales en los curso de grado y posgrado, ya que implica potenciar el desarrollo de comportamientos y habilidades que los estudiantes universitarios pueden poner en práctica en su vida social teniendo en cuenta las características del contexto en el que se desenvuelven. (Fernández, Cabello, & Gutierrez, 2017, p.32).

Por consiguiente, propiciar un clima académico positivo que se ve favorecido por las competencias emocionales, que se definen como un conjunto de capacidades emocionales individuales e interpersonales, influyen en la capacidad total de un individuo para responder ante las presiones del medio que lo rodea. Ser emocional y socialmente inteligente significa gestionar con eficacia el cambio personal, social y ambiental de forma realista y flexible, es decir, afrontar las situaciones inmediatas, resolver problemas, tomar decisiones y mostrar optimismo, actitud positiva y automotivación (Bar-On, 2006, como se citó en Ruvalcaba, Gallegos, & Fuerte, 2017,  p.78).

4. CONSIDERACIONES finales

Se destaca la importância de lograr aprendizajes sociales y emocionales en el ámbito universitario, posee benefícios; vivenciar estas competencias, supone el conocimiento y manejo consciente de sentimientos y emociones propias y ajenas y gracias a eso se potencia decisiones favorables, al generar el correcto control de las emociones ayuda a conocer más al ser humano, favorece el equilibrio emocional y además ser empático y reflexivo en la vida

Incorporar el aprendizaje social y emocional en la educación superior implica el entender que la educación es un proceso interpersonal, permeado de emociones que influyen en el acto educativo, provocando reacciones según la situación de enseñanza - aprendizaje vivenciada, a partir del manejo, conocimiento y entendimiento de las emociones, para lograr esto es necesario transformar las prácticas de enseñanza y aprendizaje de una manera significativa en el ámbito universitario

En este sentido es preciso dar énfasis a las emociones, al aprendizaje del mismo los cuales deben ser considerados   en el currículo ya que proporciona muchas ventajas a los estudiantes a nivel educativo y personal. Con la comprensión de las emociones se adquieren herramientas que pueden ayudar a saber cómo enfrentar diversas situaciones que se presentan con otras personas, o inseguridades personales que se puedan dar.

Cabe resaltar que el aprendizaje social y emocional puede ayudar a cambiar las actitudes o manejar las emociones frente a los problemas e incertidumbres propias de la actualidad. El aprendizaje en el nivel universitario podría ser más profundo y adecuado a las necesidades y vicisitudes del entorno social y cultural.

Además, las competencias del aprendizaje social y emocional incluyen necesariamente la capacidad de gestión con personas, con la organización, conlleva a desarrollar cabalmente las capacidades metacognitivas y por sobre todo: la habilidad de convertir las dificultades en oportunidades.

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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